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Llevan por bandera un mismo lema desde hace 11 años, y es que el deporte no hace distinciones, no juzga, no construye barreras. El deporte es la herramienta para mejorar la vida de las personas hasta niveles incalculables. Para algunos, incluso, es el mejor motivo ... para levantarse de la cama cada día. También lo es para muchos de ellos, chicos y chicas de distintas edades que aunque llegaron al mundo con diferentes condiciones, no se sienten diferentes al resto y mucho menos discapacitados.
Son personas con una sonrisa infinita, unas ganas de aprender y aportar sensacionales y sobre todo, una actitud de oro; personas que no ven problemas donde otros sí los encuentran. Y como bien saben Nini Conejo y las hermanas Carolina y Elsa Navarro, el deporte sí que les cambia la vida. Hace ya 11 años desde que nació Palas Para Todos, una asociación sin ánimo de lucro que cada vez va extendiendo más su nombre y su fin: demostrar que todo el mundo puede aprender, entrenar y jugar al deporte que aman, el pádel. «Empezamos con 6 chicos y ahora somos más de 60 habituales… Es un orgullo ver cómo crecemos cada día y, sobre todo, cómo crecen ellos, siempre ilusionados y felices», relata Elsa, sobre la progresión de la escuela de pádel adaptado que gestionan en el Real Club Mediterráneo desde entonces.
Realmente la idea nació gracias a Elsa y Nini, que decidieron formarse en deporte adaptado e iniciar el proyecto al que 'ipso facto', se unió la cabeza visible de la asociación, la que fuera durante 9 años número uno del pádel mundial, Carolina Navarro. Juntas, han sacado adelante la escuela, torneos, clínics, viajes de competición para los alumnos más avanzados que quieran testarse en los campeonatos de Andalucía y España de pádel adaptado… Pero sin duda, su mayor evento es el que vieron nacer hace 5 ediciones. El Torneo Palas Para Todos, con el impulso del Ayuntamiento de Málaga y la Diputación, cumplió su primer lustro el pasado fin de semana con un éxito absoluto de participación en Inacua.
Una competición en diferentes categorías, a las que se sumó una para los jugadores adaptados. Aunque sin duda, lo meramente deportivo pasó a un segundo plano cuando los verdaderos protagonistas del evento tomaron las riendas de las instalaciones. «Este torneo es nuestra fiesta del pádel adaptado, en la que nos unimos varias asociaciones con la misma causa. Es un día muy especial para ellos, porque se van conociendo ya entre todos y se dedican a compartir momentos en sociedad y sobre todo, a disfrutar de este deporte», relata la veterana jugadora.
Y añade, prácticamente entre lágrimas al ver disfrutar a 'sus chicos': «Es una alegría que cada vez se normalice más todo y que la asociación vaya creciendo para que podamos ayudar cada día a más personas. Es tan gratificante… El ver las caras de los chicos y cómo disfrutan con el deporte ya me sirve como recompensa. Mi tiempo es suyo».
Desde luego, no tiene precio ver cómo disfrutan jugando entre ellos, emocionados cada vez que dan un buen golpe, felices por hacer nuevos amigos de otras disciplinas, encantados de sentirse como auténticos deportistas de alto nivel y ser los protagonistas de las pistas centrales por un día, rodeados de público aplaudiéndoles y por su puesto, de familias que al ver sus sonrisas, lloraban de alegría.
Una jornada divertida a la que se unieron los deportistas de tres escuelas o equipos más, ansiosos por probar un nuevo deporte. Formaron parte de este evento el Málaga Genuine, la Academia 675 encabezada por Berni Rodríguez (allí presente con su equipo) y el Club de Deporte Adaptado Al-Andalus, de Torremolinos.
Alrededor de un centenar de deportistas que llenaron de color y alegría Inacua, desde su entrada triunfal con pasillo incluido hasta los diferentes clínics en los que disfrutaron conociendo a distintas jugadoras profesionales de Málaga, fijas en las previas del World Padel Tour, como Carmen Castillón, Alba Pérez, Lorena Vano, Ana Varo, Laura Gómez, Bruna Melo y Lucía García. Pero sobre todo, la reina de todas las miradas era Carolina Navarro, a la que ven con los ojos de unos absolutos fans de este deporte.
«Los chicos son superfelices haciendo deporte, lo vemos en cada clase. Y días como estos son muy importantes para darnos a conocer aún más. Hoy mismo ha venido una madre a preguntarme cómo puede apuntar a su hijo, y se me han caído las lágrimas, porque eso indica que algo estamos haciendo bien», cuenta, emocionada, Conejo, que no sólo pone énfasis en el plano emocional, también en los verdaderos beneficios de que estos chicos vivan una rutina ligada al deporte: «El deporte les ayuda de una forma que no os podéis ni imaginar. Además de hacer ejercicio físico, aprenden a memorizar jugadas, conceptos, jugadores… Disfrutan con los nuevos retos y todo este esfuerzo es buenísimo para sus vidas, incluso favorece a la hora de estudiar o trabajar, como hacen muchos de ellos». Una auténtica fiesta del pádel, pero sobre todo, una jornada para que diferentes deportistas demuestren al mundo que están capacitados para todo.
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