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marina rivas
Sábado, 10 de agosto 2019, 00:53
Siempre se dice que los porteros están hechos de otra pasta, sobre todo por la responsabilidad que suele pesar sobre ellos. Estos adictos a trabajar bajo presión sólo disfrutan dentro de la pista, asumiendo tanto los aciertos como los errores, pero desde luego jugando. Aquí comenzaron las frustraciones de la alicantina Estela Carrera, que desde hace unos años, en su exequipo no sentía pasar por su mejor momento, al menos en el plano psicológico.
La nueva cancerbera del Rincón Fertilidad pasó por el quirófano hace en torno a dos años para una operación en el hombro y en esos meses una de sus compañeras comenzó a adquirir un mayor protagonismo bajo los palos, a pesar de que ella trabajó y se recuperó físicamente. «He tenido etapas buenas y malas en el Guardés y este año lo he pasado mal. Empezamos siendo dos porteras, luego volvió al equipo Carratú (internacional argentina) y ya éramos tres con ganas de jugar. Tenía la sensación de que por mucho que hiciera no era suficiente. No sabía cuándo me iba a ganar el derecho a jugar. Psicológicamente lo pasé mal. No disfrutaba y me quería ir».
Con sus 27 años y una extensa trayectoria en el Elda (su localidad natal), el Monóvar, el Alcobendas y el Guardés, con el que consiguió un título liguero, no le faltaron las ofertas, y su deseo por buscar un cambio de aires iba a más. Además, sin saberlo, se terminó decantando por Málaga, destino que más tarde también aceptaría la que fuera capitana del Guardés y una de sus mejores alianzas en el equipo, otra Estela, Doiro. «Nos enteramos de casualidad. Las dos teníamos más opciones. Algunas incluso coincidían, y yo me decidí primero por venir aquí porque me gustaba la ciudad, el ambiente y cómo ha ido creciente el proyecto», explica.
Antes, en el Monóvar ya coincidió con las malagueñas Sole y Espe López, que ya comenzaron a salir de casa hace una década, aunque de Málaga no conocía nada más allá de las instalaciones de Carranque, donde siempre ha jugado como rival. Ahora, ya hecha a la ciudad, comparte piso con Doiro y con Rebeca Castell, otro de los fichajes, y se entrena junto al resto del equipo con una amplia sonrisa. «Vengo sin aspiraciones de jugarlo todo de inicio. Lo principal para mi este año va a ser recuperar la confianza en mí misma», asegura la alicantina, que compartirá portería con la brasileña Diva, renovada y uno de los pilares del cuadro de la pasada campaña. Carrera no puede menos que ensalzarla: «Me gusta mucho. Creo que puedo aprender de ella, porque es muy diferente a mí. Yo le puedo aportar explosividad y algunas claves desde los nueve metros, pero a ella se le dan mejor los seis metros, por la colocación; así que creo que podemos aportarnos mucho la una a la otra».
Carrera podría pasarse horas y horas hablando largo y tendido sobre técnicas, juego y, en general, sobre balonmano, el deporte que siempre le apasionó. En su casa siempre repite lo mismo: «Mi hermano es el estudiante y yo, la deportista. Nunca fui buena en los estudios, sobre todo porque no sabía lo que hacer». Era una niña nerviosa y sigue guardando trazos de aquellos inicios. A veces la suelen confundir con una andaluza por lo rápido que habla.
Eso sí, la primera vez que jugó al balonmano, en su colegio, no quería guardar la portería, quería ser central y, en realidad, aún siegue teniendo esa espinita clavada. «En cuanto acabe mi carrera de portera, me meto a jugadora de pista. Yo no me retiro sin jugar al menos un año como jugadora, aunque sea en un equipo de una categoría inferior», asegura sin bromas. Sin embargo, sorprendió a su primer profesor con sus reflejos y, con el tiempo, creció tanto que hasta llamó la atención de la selección, en categorías inferiores e incluso en la absoluta. «No me llamaron hasta de juvenil por lo pequeña que era», recuerda. Ya hace casi dos años que no acude con las 'guerreras' y le encantaría, como a todas, regresar. Pero antes necesita recuperar su mejor versión.
Además, uno de sus próximos retos será retomar los estudios. «Quiero estudiar Psicología. Estos años me ha hecho mucha falta, porque en este aspecto me he sentido un poco inferior. Por eso quiero estudiarlo, porque veo lo importante que es en el deporte y lo poco que se trabaja todavía», explica. Y lo intentará en su paso por Málaga, aunque su prioridad está en el Pérez Canca, a las órdenes de Suso Gallardo, que tomó las riendas del equipo tras el fallecimiento de Diego Carrasco.
Carrera recuerda su sensación al enterarse de la noticia: «No me lo creía, pensé que era una broma. Me apetecía un montón entrenarme con él. Desde fuera veía que era un entrenador que no se casaba con nadie, que si jugabas bien te ponía y, si no, no. Y eso era lo que quería». «Cuando sucedió –continúa–, me quedé con la duda de '¿y ahora qué?' Tenía miedo del entrenador que pusieran, pero creo que ha sido un acierto total poner a Suso». Carrera cuenta, además ,que Gallardo fue uno de los primeros que se puso en contacto con ella para mostrarle el interés del club; la primera en hacerlo fue Pepa Moreno, la presidenta de la entidad. No será la campaña más sencilla en Málaga, pero con la actitud y el compromiso de las jugadoras siempre es más fácil seguir creciendo.
-Cantante o grupo favorito.
-Izal, como grupo, y como canción concreta 'Con las ganas', de Zahara.
-Un amuleto o manía a la hora de competir.
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-Pasaría un día en la piel de...
-...Mi madre, porque creo que a veces no valoramos lo que las madres hacen por nosotros y me gustaría vivir eso.
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-Dani Martínez, el presentador.
-Un segundo deporte.
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