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Se avecina el regreso del deporte profesional en España, y el fútbol incluso se ha atrevido con programar fases de ascenso de torneos semiprofesionales (los 'play-off' exprés para subir a Segunda y Segunda B o para decidir el título en fútbol-sala o el ... ascenso a Primera), pero nadie conoce ni una sola directriz en torno al deporte base o al escolar. «El que diga que sabe algo miente». Así de tajante se expresó a este periódico el director de cantera del Unicaja, Ramón García. Si es delicada la decisión sobre la vuelta a las clases en septiembre, si es que se adopta de forma homogénea por comunidades, qué decir de la práctica deportiva a nivel provincial o colegial.
Ramón García (Director de cantera del Unicaja)
Manuel Díaz (Presidente del Atlético Juval)
El peso que tienen estas actividades en Málaga es enorme. Son miles de niños y niñas federados, o incluso que compiten en sus colegios, por no hablar de los monitores que viven de esta actividad, compaginando incluso varios equipos. La incertidumbre lo preside todo, aunque predomina el optimismo de acuerdo a la evolución en las últimas semanas de la pandemia. No obstante, el virus seguirá sin controlar, a falta de vacuna, cuando toque comenzar la campaña, que en el caso del fútbol suele ser la más madrugadora. "La pretemporada debería empezar a mediados de julio", afirma Romualdo Núñez, el presidente del CDF Romeral, uno de los clubes de la capital más modernos, en virtud de su ubicación, en el entorno de Teatinos. "Ya van tarde. Creo que somos de los más abandonados a día de hoy. No tenemos ninguna información. Se ha abordado el fútbol profesional y el semiprofesional, pero ¿y el amateur?", cuestiona. "Somos 168 clubes en Málaga", añade indignado.
Estas entidades tienen en su mayoría instalaciones municipales, que ni siquiera se han abierto a la espera de la fase 3 de la desescalada o, incluso, de la 'nueva normalidad'. "Estamos como locos por empezar", afirma el presidente del Atlético Juval, Manuel Díaz. Dirige una entidad que es toda una institución en Málaga, en las Escuelas Ave María. "Hasta finales de mes o comienzos de julio no abriremos. El Ayuntamiento está en un compás de espera. Tenemos ya preparadas medidas de desinfección, pero para mí la incógnita es si después se van a atrever a jugar los más chicos, los menores de 14 años. La respuesta de los padres de momento veo que es muy desigual", explica. Aunque Díaz es "optimista", no oculta el grave quebranto económico al que han quedado abocado los clubes con la crisis sanitaria: "El 8 de marzo fue el último día de competición. Desde entonces no hay cuotas de niños, taquillas, peñas,... y ahora hay que pagar las inscripciones, con el gasto consiguiente en licencias, mutualidades, arbitrajes... unos 20.000 euros para empezar".
Romualdo Núñez (Presidente del CDF Romeral)
Raúl Romero (Delegado en Málaga de la FABM)
También el baloncesto mueve muchas licencias federativas, en concreto en torno a 12.000 (se calcula que algo menos de la mitad que el balompié), según la delegación en Málaga de la FAB. Hay un gran trabajo en la base en entidades como el EBG, quizás el único club junto al Unicaja (al que esta vinculado y, de hecho, sus instalaciones son de la Fundación Unicaja) que no depende de un colegio. Jugadores como Alberto Díaz pasaron por ahí. "Esto va a ser un antes y un después. Deporte tiene que haber. Los niños tienen que hacerlo. Por fuerza. El Estado nos tiene que dar alguna posibilidad. Estamos preparando opciones para ajustarnos a los que nos digan", expone su presidente Nicolás García, al frente de unos 750 federados (de 3 a 22 años) expectantes. "Quizás los padres ahora no puedan entrar en la pista, y habrá que incidir en la limpieza del sudor, de la protección de las canastas, balones, baños y de las pistas, que en nuestro caso son exteriores. Y que cada niño vaya con su material, sin intercambios de camisetas o de botellas", añade.
Por su parte, Ramón García, en la coordinación de 136 canteranos del Unicaja, se mantiene a la expectativa. "El lunes, cuando se pase a la fase 3 (cuando las competencias de la crisis pasen a las comunidades) la Junta de Andalucía deberá decidir qué se hace. Hasta entonces no habrá protocolos que se puedan usar en la Federación Andaluza de Baloncesto. En todo caso, está claro que se va a perder mucho tiempo". Y es que en la fase actual se permite jugar al baloncesto, pero sin contactos, sin defensa, sólo acciones técnicas, y los pabellones municipales siguen cerrados.
Miguel Rueda (Director de la Escuela Deportiva de la Fundación Victoria)
Salvi Merat (Directivo del Club deportivo Maristas)
En balonmano, que mueve en torno a 3.000 fichas, el delegado malagueño de la FABM, Raúl Romero, aporta algunas claves cara a un deporte muy vinculado a los colegios: "Todo dependerá de ver cómo se reanuda la educación. Si los colegios vuelven, el deporte tendrá que hacerlo. Deberá haber una responsabilidad compartida entre entrenadores, padres y clubes. Habrá que ver que si un niño tiene fiebre no se le podrá mandar a un entrenamiento. Y a lo mejor habría que adelantar la vacunación de la gripe común a agosto, para eliminar dudas". Romero no quiere pasar por alto la delicada situación para monitores de equipos, con "contratos precarios, que se extinguían cada año en mayo y junio".
¿Y qué sucederá con el deporte escolar? Para el director de la Escuela Deportiva de la Fundación Victoria, Miguel Rueda, "la mitad de las familias ya han manifestado su interés en continuar el curso; de lo contrario, dificultaría la conciliación". La Fundación cuenta con 24 colegios diocesanos de Málaga y provincia y unos 1.200 alumnos haciendo actividades deportivas. Tienen equipos federados de baloncesto, balonmano y voleibol, pero también hay gimnasia rítmica, fútbol-sala o natación.
Nicolás García (Presidente del EBG)
Manuel Pablo Gómez (Coordinador de Deportes del Colegio la Goleta)
Para Manuel Pablo Gómez, coordinador deportivo de La Goleta, con 900 escolares, de los que unos 350 hacen actividades deportivas, sobre todo de baloncesto (allí estudió Golden Dike, ahora en la NCAA) y fútbol-sala, "tratamos de darle a todo la mayor normalidad posible y también cuando hablamos con los padres, pero es un problema grande; el deporte base no es el deporte profesional, no podemos hacer test a los niños". Ademas, no oculta el temor a "que no se renueven convenios con centros públicos para jugar partidos en otras instalaciones".
Finalmente, el directivo del CD Maristas Salvi Merat, exgestor deportivo en el Ayuntamiento, es de los más pesimistas: "La consejería de Educación y Deportes debería dar ya algunas pistas. Las instituciones tienen que ir marcando el paso. Las federaciones están un poco perdidas por eso. Quizás no sea prioritario y lo veo complicado. Si en los centros escolares se nos puede pedir que no haya más de 15 alumnos por clase, y no más de cinco en Infantil, ¿cómo aventurarnos en el deporte base?". Con 700 alumnos en las escuelas deportivas del club (sobre todo, de baloncesto y balonmano), reclama "exenciones en los pagos".
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