Daniel Alcover: «Pienso que lo mejor para el club es que yo dé un paso atrás»

–¿Cómo ha ido la planificación del equipo, los fichajes?

–Recuerdo una página en la sección de deportes de SUR que decía que éramos el Bilbao del bádminton. Y era verdad, nosotros la filosofía con la que empezamos a jugar en la División de Honor era hacerlo con gente de la casa, porque tenemos jugadores muy formados. En nuestra época podíamos dar mucha guerra, pero ahora hay que fichar, aunque eso para nosotros no significa pagar porque intentamos hacer la ficha cubriendo gastos de jugadores con competiciones internacionales. Pero claro, este año cuando salimos al mercado eran impensables las cantidades de dinero que se pedían. Nosotros seguimos compitiendo en División de Honor y a mí me parece un milagro. Tenemos jugadores daneses porque somos parte de la estructura de formación de un club de allí y hay jugadores que compiten con nosotros, ya nos conocemos de hace años y es una buena relación.

–¿Qué opina del grupo que han formado?

–No sé si en nuestro grupo vamos a ganar muchos partidos, pero sé que vamos a dar guerra aunque no seamos los favoritos. Realmente no tenemos angustia o presión por bajar de categoría.

–¿Están preparados si hubiese que descender? ¿Se plantea esa posibilidad?

–Sin problema, es la crónica de una muerte anunciada que seguro que va a suceder. Si no es este año, el que viene o el otro. Es que tenemos en la cantera gente de 18 o 19 años que a esa edad dejan el bádminton, entonces no pueden llegar a disfrutar de la División de Honor y para nosotros eso es un inconveniente.

–Hay clubes en la Liga con presupuestos muy altos, pero ahí sigue Benalmádena.

–Igual hay gente que lee esta entrevista y piensa, joder si Dani dice que tienen 120.000 euros de presupuesto... Pero claro, es que la estructura de nuestra entidad es muy grande. Tenemos jugadores que compiten en muchas categorías y pagamos muchos de esos gastos, además, los empleados están dados de alta... Porque cuando haces las cosas bien tienen un coste. Por eso si viene un mecenas tiene que tener un crecimiento sostenible, no me vale que venga con 100.000 euros en un año y al siguiente no me da nada. Prefiero que venga tres años y me dé 30.000 euros cada temporada. Y con las subvenciones es complicado porque se desconoce la cantidad que recibes.

–¿El club está sobreviviendo?

–Un club, para poder jugar en División de Honor, tiene que aumentar los gastos si quiere competir. Cuando se sube hay que tener el dinero por adelantado y yo, por ejemplo, este año no tengo aún el dinero para sufragar la temporada actual. Por eso digo lo de los patrocinios de forma exponencial. Eso lo hacía desde el principio que llegué como presidente, que conseguí acabar teniendo liquidez suficiente y cuando llegó la crisis en 2013 y 2014 el club corrió con los gastos de mucha gente que no podía seguir en el bádminton, de eso es algo de lo que me siento muy orgulloso.

–¿Cuántos años lleva como presidente?

–En enero cumplo veinte años. Pienso que es contraproducente, igual que en la política. Ser presidente de una entidad deportiva es algo que tiene que ser ilusionante y yo más que ilusión tengo obligación. Pero si alguien viene con la misma ilusión con la que yo llegué hace 19 años podemos avanzar. Hace falta alguien que venga con ese hambre de querer mejorar y cambiar.

–¿No tiene ilusión?

–A ver, ilusión... Yo estoy en los partidos y me sigo poniendo igual de nervioso. Dedico al club más horas que a mis otras empresas, porque yo esto lo siento de verdad. Pero pienso que lo mejor para el club es que yo dé un paso atrás, lo pienso de verdad. No es que yo quiera abandonar al Bádminton Benalmádena, es que si otra persona cogiese las riendas y tuviésemos gente dedicada a cada área, yo podría estar en la sombra y poder ser más productivo dedicando mi tiempo a conseguir ingresos económicos.

–¿Cuánto tiempo lleva pensando eso?

–Seriamente unos cuatro o cinco años. Quiero dar muchos extras al club y no puedo porque, entre comillas, pierdo mi tiempo en muchas cosas que otra gente podría hacer.

–¿Ya tiene visualizado a alguien como presidente?

–Me gustaría que fuera una presidenta, nuestro ADN en el bádminton es la igualdad por la que el resto de deportes luchan. Aquí todo es al 50%, los chicos y las chicas puntúan lo mismo y ganan los mismos premios.

–¿Pero ha pensado en alguien en concreto?

–Cualquier mujer de mi club está capacitada, también cualquier hombre. Yo, por ejemplo, empecé en el Benalmádena con 23 o 24 años. Hay mujeres que reúnen las condiciones importantes para hacer ese trabajo, los clubes que más avanzan son los que tienen una estructura diversificada. Hemos conseguido muchas cosas, hemos sido el primer club de Málaga que participó en la Copa de Europa de su deporte. Ahora se puede decir que aquí existe una cultura deportiva.

–¿Lo mejor de estos casi 20 años?

–Si pienso en esta temporada es que el club en División de Honor va a contar con gente de la cantera y va a estar guay porque cuando suben de categoría hay una competitividad que es muy necesaria. Eso es lo que más me ilusiona de este año. Pero para mí, lo mejor de todo este tiempo ha sido poder dignificar a los empleados del club, poder viajar mucho al extranjero y la dignidad que le hemos dado a los jugadores. Esto es un aprendizaje total, me enorgullezco mucho de todo en todos los aspectos. Y, sobre todo, de haber seguido en una filosofía competitiva para crear una entidad referente en la provincia.