El 'Team Enblando', en acción con su Toyota Land Cruiser Naturhouse durante una etapa del Dakar Classic. En el círculo, Kilian Revuelta, durante el acto de presentación del Dakar 2020 que se celebró en Arabia Saudí.SUR
Pionero en la nueva aventura del Dakar con coches clásicos
De empresario a piloto ·
Kilian Revuelta se lanzó a su primera vez en la mítica prueba de rallies y logró ser el primer español en ganar dos etapas de esta nueva categoría intermedia
Enamorado del mundo del motor desde siempre, el empresario Kilian Revuelta, se resistió a dejar de correr sobre las dunas un año más. Habitual competidor en los rallies de motos, no sabía que la mala noticia de cancelarse la carrera para la que se estaba preparando iba a abrirle una oportunidad única como participar en un Dakar, la organización más prestigiosa del sector. «Teníamos pensado ir al 1.000 Dunas, en Marruecos, pero por la pandemia se canceló. Nos quedamos sin esa cita y, al ver que salía la categoría del Dakar Classic, fue una gran oportunidad. Además, no iba a ir a 200 kilómetros por hora por el desierto con una moto y eso lo hacía menos arriesgado, por lo que en mi familia se quedaron también más tranquilos. Y así me lié para preparar todo esto», explica a modo de introducción en conversación con este periódico.
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«Dentro de este mundo de correr sobre tierra, el Dakar es lo más, y que se abriera una ventana para poder ir allí era una señal», resume antes de detallar la importancia que va a suponer en el sector la creación de la categoría de Clásicos. «El Dakar se ha convertido en una prueba muy profesionalizada, nada que ver con sus inicios. Ahora hay presupuestos muy altos y los objetivos han cambiado. Por eso, ir a la categoría reina era para los más grandes. Al final, lo que era más asequible era preparar un Dakar para hacerlo en 'buggies', pero no dejaba de ser muy arriesgado porque se competía a la misma vez y en el mismo recorrido que los coches más preparados. Entonces, la creación en esta edición del Dakar Classic abre una carrera para otros perfiles de personas que disfrutamos corriendo por el desierto. Han llenado un vacío que había mucha gente que quería disfrutar de esta carrera y no tenía oportunidad. Ahora, esta categoría, con otro recorrido, prima la regularidad en carrera. Es más asequible tanto económicamente –donde puede alcanzar el coste de hacer un Dakar en moto–, físicamente y a nivel de inversión de tiempo, porque son trece días», precisa Revuelta.
Entre los grandes pilotos
Estuvo al volante de un coche que tuvieron que desmontar por completo para adaptarlo a la carrera. «Nuestro coche, un Toyota Land Cruiser, no compitió en el Dakar. Pensamos que cuando lo prepararon en el año 96 fue concebido para comisario de la carrera, asistencia o incluso prensa. Lleva barras y va vacío al completo, pero que no tiene componente de carrera. De serie daba 125 c.c. y preparándolo lo hemos dejado en 205 c.c. siendo muy conservadores. Es un categoría que te permite ir con un coche así», explica el piloto, que compartió la carrera con Óscar Sánchez Hernández, quien fue su copiloto. Juntos forman el 'Team Enblando', a los mandos de un 4x4 patrocinado por Naturhouse, la empresa de la que Kilian Revuelta es vicepresidente. Una ocupación difícil de complementar con la competición. Aunque confiesa que tampoco tuvieron que invertir mucho tiempo en la puesta a punto personal.
«A nivel físico tampoco nos tuvimos que preparar mucho. Fuimos con el fondo que ya tenemos de haber competido en motos, que eso te exige también mucho, te exige dureza», razona Revuelta, quien cuenta que es una aventura para verdaderos convencidos de lo que hacen. «Si no te gusta mucho lo que haces, es una experiencia muy incómoda. Nosotros al final nos quedábamos en una tienda de campaña. Cuando salía de la ducha, en el trayecto de vuelta a la tienda ya estabas para ducharte otra vez. Es también parte de la aventura. Pudimos hacer una inmersión total porque recorrimos casi todo el país y conocí sitios y paisajes inimaginables. Es un país muy impresionante», narra.
«Un camión nos dio un golpe en un adelantamiento y casi nos quedamos en el sitio. Pensamos en dejarlo, pero resurgimos. Ese fue el mejor momento para mí»
Recuerdos imborrables
«Habrá que dejar algo para el año que viene, que yo espero que habrá muchos más competidores. Como mínimo, creo que se triplicará la participación»
El cuarto puesto
Entre sus anécdotas, tener que conducir por intuición entre las nubes de polvo. «A veces compartimos algunos kilómetros de recorrido con la competición de velocidad, donde están Carlos Sainz, Nasser Al-Attiyah o Peterhansel, y nos pasaban a 130 o 150 km/h, que eso en el desierto es mucho, y nos hacían tener que frenar porque nosotros debemos llevar una media de 80 km/h y nos montaban una polvareda donde seguir acelerando era un actor de fe», evidencia. Momentos límite que rompen los medidores de adrenalina, gasolina para seguir enamorándose de esta disciplina. Iban sin expectativas y se trajeron un cuarto puesto en la general.
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Una carrera llena de emociones
«Nuestro primer objetivo era acabar la carrera, que el coche aguantara y que nosotros termináramos bien físicamente. Hicimos un quinto puesto y un sexto en las primeras dos etapas y nos vimos bien. Luego, en la tercera etapa, empezamos a tener problemas mecánicos con el ventilador del coche. Teníamos un aspa rota y se calentó mucho el motor, por eso tuvimos que ir más despacio. Y luego un camión nos dio un golpe en un adelantamiento que casi nos deja en el sitio. Aquello fue de milagro», recuerda aún con asombro.
SUR
«Al día siguiente salimos de nuevo sin expectativas y lo hicimos muy bien, pero al final tuvimos un problema con el cronómetro. Eso fue un desastre. Nos planteamos abandonar incluso. Pero sacamos un segundo puesto luego y resurgimos. A partir de ahí hicimos dos segundos más, dos primeros, y luego un tercero y un cuarto. Y así hasta que llegamos a los últimos dos días, donde no podíamos mejorar más en la clasificación a no ser que alguien de delante se retirase y levantamos el pie», relata.
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Al final, un cuarto puesto que se va valorando aún más con el paso de los días. «En el momento nos lamentamos, pero tampoco podemos ganar a las primeras de cambio, habrá que dejar algo para el año que viene, que yo espero que incluso habrá muchos más competidores. Como mínimo creo que se triplicarán los participantes», augura Revuelta, que ya piensa en preparar la próxima edición. Por el momento, cambia el manillar por el volante.
Vinculado a Málaga: dueño del Hotel Las Dunas en Estepona
Kilian Revuelta es «más empresario que piloto», reconoce. Esto último es su gran pasión fuera del trabajo, reservado sólo para pequeños momentos, como disfrutar de Málaga, donde además de ser su lugar para recuperar energías es propietario del Hotel Las Dunas de Estepona y accionista de Starlite Marbella. Es cercano también al mundo del deporte por su afición al fútbol. Es directivo del Logroñés, equipo propiedad de su padre, el fundador de Naturhouse (entre otras grandes empresas internacionales), el riojano residente en la Costa del Sol Félix Revuelta.
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