La Copa del Mundo de Rugby empieza con polémicas arbitrales

Australia lo hizo con Fiyi (39-21) con más esfuerzo del que indica el marcador e Inglaterra superó a Tonga (35-3) con claridad aunque sin desplegar un gran juego. Los equipos de las islas del Pacífico suelen desatarse en los mundiales pero aún les falta dar un salto de calidad que les permita medirse de igual a igual. La falta de recursos y de competencia y la permanente sangría que sufren por el éxodo de sus mejores jugadores conspiran para que ese salto posiblemente nunca acabe llegando. Más fácil lo ha tenido este lunes Gales ante Georgia, el mejor equipo europeo por fuera del VI Naciones que sin embargo no pudo hacer nada ante la marea roja.

En los cruces entre potencias el resultado más trascendente fue el Francia 23-Argentina 21 que puede dejar a los sudamericanos apeados prematuramente del torneo. Ambos equipos comparten grupo con Inglaterra y solamente pueden pasar dos, por lo que el cruce entre ambos era clave. Los galos sorprendieron en el primer tiempo y se fueron al descanso con un 20-3. En la segunda parte los argentinos remontaron y se pusieron 21-20 por encima a falta de diez minutos, pero los franceses volvieron a marcar y celebraron un triunfo que puede ser clave.

Menos parejos fueron los otros dos duelos. Nueva Zelanda, que defiende el título, dio pocas opciones a Sudáfrica (23-13) y volvió a presentar sus credenciales para el título, mientras que Irlanda, otro de los candidatos, barrió del campo a Escocia con un rotundo 27-3.

La nota saliente de los primeros días fueron las polémicas arbitrales, una cuestión siempre incómoda en un deporte en el que los fallos nunca se discuten.

En el Australia-Fiyi, un placaje alto de Reece Hodge sobre la estrella fiyiana Peceli Yato dejó a éste fuera del campo con una conmoción cerebral. Pese a que la World Rugby había advertido de que este tipo de jugadas serían duramente perseguidas, no hubo sanción. Después de la salida de Yato, Australia dio vuelta un partido que tenía hasta ese momento muy difícil. La sensación de que las potencias tienen un plus de condenscendencia arbitral vuelve a sobrevolar sobre el rugby.

También en el Francia-Argentina hubo decisiones polémicas, sobre todo al final, cuando en la última jugada los franceses recuperaron la pelota en fuera de juego, lo que le podría haber dado a los argentinos la posibilidad de remontar el partido. «Nos dirigieron como a un equipo chico», se quejó el entrenador argentino, Mario Ledesma, nada más terminar. «En la primera acción, Picamoles toma el balón dos o tres metros en offside. El árbitro de touch se lo dice al principal, pero éste no le oye. Y en la última jugada, el tackleador no se aparta y nuestro número nueve no puede tomar la pelota. Y era un penal fácil para nuestro pateador», concluyó.

También el capitán neozelandés Kieran Read, se quejó tras el partido que su selección ganó frente a la sudafricana.