Una cantidad «ingente» de medusas obliga a Christian Jongeneel a abortar la travesía del Mar de Alborán después de 47 kilómetros nadados

El reto de cruzar a nado el Mar de Alborán tendrá que esperar para Christian Jongeneel. El nadador y activista malagueño se vio obligado a abortar su reto solidario después de la friolera de 47 kilómetros recorridos y casi doce horas en el agua. Su decisión estuvo motivada por la gran cantidad de medusas que había en la zona y que le hicieron imposible aguantar las picaduras.

Jongeneel se había propuesto cubrir los 100 kilómetros que unen la isla de Alborán con la costa de Almería para recaudar fondos para la Fundación Vicente Ferrer y financiar los estudios de Enfermería de 135 chicas de la India rural. Se trataba de un reto que nadie antes había afrontado, como tantos que el malagueño ha realizado en los últimos años y que están entre las mayores gestas de la natación en mar abierto. La recaudación para este fin benéfico sigue abierta en la web de Brazadas Solidarias.

Pero esta vez la naturaleza ha impuesto su ley. Según explicaba la asociación Brazadas Solidarias, Jongeneel sufrió picaduras desde la salida, pero llegó un punto en la que la cantidad de medusas que había en el agua era «ingente» y le impidió continuar con el nado porque peligraba su salud.

El cruce a nado del Mar de Alborán era un reto que ningún deportista había intentado antes, pero Jongeneel ha cubierto desafíos de enorme dificultad en los últimos años también bastante complejos y en aguas difíciles. En los últimos años cruzó el Canal de la Mancha, el estrecho de Molokai (Hawai), el estrecho de Gibraltar (ida y vuelta), ha hecho una doble vuelta a la isla de Manhattan. Lo del Mar de Alborán queda aparcado, pero conociendo la tenacidad del malagueño queda apuntado para el futuro.

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