Sólo sesenta personas lo habían conseguido en toda la historia. Desde hoy son 61 y ese uno es malagueño. Christian Jongeneel añadió un nuevo hito a su particular y formidable palmarés de grandes desafíos superados. El nadador culminó con éxito el cruce solidario del Estrecho de Molokai, que separa la isla del mismo nombre de la de Oahu, en Hawái.
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Fueron más de diecinueve horas en remojo a lo largo de 55 kilómetros en una de las franjas de agua más complejas del mundo, con grandes olas y una fauna peligrosa entre las que hay varias especies de tiburones potencialmente peligrosos. Jongeneel tenía como objetivo recaudar fondos para instalar plantas potabilizadoras de agua en colegios de secundaria de áreas rurales en el distrito de Anantapur, en La India, de hecho, la captación de fondos todavía sigue abierta en la web de la asociación Brazadas Solidarias (www.brazadassolidarias.com). Un proyecto que cambiarán la vida a más de 1.500 niños y niñas que habitan en esta región, una de las más desérticas de la India. Esta asociación creada por Jongeneel colabora con la Fundación Vicente Ferrer, que realiza una gran labora en este país asiático se marcó como objetivo la recaudación de unos 15.000 euros.
Eran las seis de la madrugada hora española, las seis de la tarde en Hawái, cuando Christian Jongeneel entró al agua en la bahía de Kepuhi en la isla de Molokai. Al nadador le acompañaban un kayak y un barco de apoyo desde donde le fueron asistiendo durante la larga travesía para suministrale agua y atenciones básicas, así como también para velar por su seguridad. Las cambiantes condiciones meteorológicas en la zona obligaron a Jongeneel a aplazar el reto unos días, hasta que finalmente ayer pudo lanzarse al agua. La travesía discurrió casi en su totalidad durante la noche, aunque la diferencia horaria permitió que en España pudiese seguirse durante toda la jornada de ayer.
Fue llamativo que cuando llevaba nadados unos 13 kilómetros, desde el barco de asistencia en plena noche se publicó un vídeo en el que el nadador aparecía hidratándose al tiempo que recibía información. «Nos lo estamos pasando bien», bromeaba Ana Hidalgo, una bombero de Málaga, que iba en el barco de apoyo. «¿Cuánto llevamos», preguntó. «Unos 12 kilómetros y medio. Al malagueño le amaneció en el mar, también le llovió y mientras el día se clareaba en el horizonte se dibujó un arco iris perfecto...
Todo este reto se pudo seguir en directo, pues el barco que lo acompañaba tenía instalado un GPS que fue remitiendo de forma pormenorizada su posición en el Estrecho de Molokai en todo momento. Jongeneel finalizó su desafío pasada la medianoche, hora española, justo cuando en Hawái ya había amanecido.
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El nadador malagueño añadía así un hito más a su formidable palmarés de hazañas solidarias, pues es uno de los mejores nadadores de larga distancia del mundo. Hasta ayer su último desafío consistió en cruzar a nado y sin traje de neopreno desde la isla de Tenerife a Las Palmas de Gran Canaria, superando una distancia de 70 kilómetros en 24 horas de nado. Entre otros de sus retos destacan las travesías en Al-Assad (Siria), Puerta de la India, Estrecho de Gibraltar, Estrecho de Cook, Canal de la Mancha y la doble vuelta a la Isla de Manhattan de casi cien kilómetros (EE UU), donde se convirtió en el primer europeo en superar el reto, consiguiendo el tiempo más rápido (20 horas y media). Desde ayer, también lo conocen en Hawái.
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