La carrera del malagueño que sueña con las Paraolimpiadas de París 2024

El paratriatleta ha sido siempre un apasionado del ciclismo, aunque su vida cambió en un instante, hace una década, tras sufrir un accidente cuando practicaba su deporte favorito. «Era un trabajador normal, como una persona cualquiera, que tuvo la mala suerte de sufrir una caída de bici que me provocó una lesión medular». Perdió la movilidad de su tren inferior y eso le cambió la vida. «Tuve dos opciones. O me rendía y me quedaba en una silla de ruedas empotrado, o volvía a hacer lo que más me gustaba, que era hacer deporte», cuenta.

Ramos eligió la segunda opción y, de forma progresiva, empezó a ejercitarse. Primero con la 'handbike' (la bicicleta de mano); después, al tiempo, se consagró al triatlón de competición. «En 2016 participé en mi primer Campeonato de España y salí campeón», rememora.

Desde entonces no ha parado de aprender. Progresó tanto que su objetivo más cercano y realista hoy por hoy son los Juegos Paralímpicos de París 2024: «Me di cuenta en 2020 y desde entonces no he parado de trabajar en ello».

Conocedor del camino, sólo le queda hacerse con los puntos necesarios para asegurar la plaza: «Tienes que participar en todas las pruebas puntuables para los Juegos y coger las tres mejores que hayas conseguido. Y la cosa es que esas tres estén entre las nueve mejores marcas de España, que es el número de plazas que hay».

Séptimo en ese 'ranking' actualmente, piensa todavía con calma en el objetivo. «Ahora mismo estoy dentro, pero hasta junio, que es cuando se cierra la carrera por estar, tengo que seguir puntuando y mejorando. La cosa es que no me superen», explica.

Sobre sus sensaciones, asegura encontrarse bien. Cada vez mejor. «Tengo muchas ganas. Llevo muchos años detrás de esto. Estoy cada vez más fuerte y tengo mucho margen de mejora. Esta temporada vamos a sacar todo lo que haya. Tengo ganas e ilusión. Sería el culmen a mucho tiempo de trabajo».

No obstante, José Cristóbal Ramos ha tenido que sacrificarse, en ocasiones en exceso, en la persecución de su objetivo. «Por un lado, sacrificio físico, por tener que estar siempre al máximo nivel; y también económico. No soy de pedir, pero agradecería que alguien me apoyase en estos seis meses que me quedan. Muchas de las pruebas son lejos, en Abu Dhabi o Canadá, y si no tienes la colaboración de alguien que te ayude, puede despertarte del sueño. El sustento económico es importante», expresa.

A Málaga llega con especial ilusión por ser su tierra. La provincia en la que nació y creció. En el entorno del Puerto hará frente a 700 metros a nado, 20 kilómetros de bicicleta y cinco de carrera. «Va a ser en el centro, seguro que está entretenido», valora. Contento de estar aquí, no cree que eso suponga ser favorito.

Como curiosidad, compartirá prueba con Eva Moral, bronce paralímpico en Tokio 2020, que a la vez hace de ejemplo e inspiración para el de Villanueva del Rosario. «Con ella tengo mucho trato y me ha explicado cómo es. Es una referencia».