Carmen Arellano, una de las malagueñas en completar los seis grandes maratones del mundo

No es baladí lo que esta malagueña ha logrado. De hecho, a falta de que se actualicen los datos oficiales tras la carrera disputada este domingo en Japón, sólo 495 españoles han obtenido la medalla de seis estrellas que se les concede a aquellos que han completado los 'Six Majors', siendo sólo 58 las mujeres que lo han conseguido en nuestro país. Ahora, Arellano, es una de ellas. Sólo le faltaban los 42 kilómetros de la capital nipona, y por desgracia, tuvo que esperar más de la cuenta para disputarlo. Se dispuso a hacerlo en 2020, pero la pandemia truncó sus planes.

El pasado 2023 fue el primer año que, tras la pandemia, se permitió el acceso a la carrera por parte de extranjeros (más allá de los atletas de élite), pero no pudo acudir, por una periostitis (lesión de la parte interna de la tibia). Este 2024, coincidiendo con el décimo aniversario de su debut en las 'Majors', llegó su momento. «Por fin conseguí mi objetivo tras muchos años de esfuerzo. Pasaban los años y no conseguía cerrar el círculo, pero con muchas sesiones de 'fisio', trabajo de musculación en gimnasio y muchos entrenamientos, al fin se ha conseguido».

Fue el maratón más duro de su vida, además de por el frío invernal de Japón, porque el dolor reincidió en su tibia en plena carrera. «En torno al kilómetro 25 empecé a notar de nuevo dolor en la pierna y noté que me faltaban energías y fuerza. De hecho, ha sido mi 'Major' más duro, porque me ha costado horrores terminarlo», reconoce. Pero abandonar no era una opción para ella, sobre todo sabiendo todo lo que implicaba esa cita. Por ello, sacó a relucir su fuerza mental. Comenzó a pensar en toda la gente que la apoyaba, los amigos con los que había entrenado, el trabajo de su entrenador, Rafa Morris; pensó en su madre y especialmente a su fallecido padre, al que le dedica cada carrera, y por supuesto, en su pareja, Jesús, que fue moviéndose por la ciudad para verla cada 10 kilómetros.

Finalmente lo logró, en 4 horas y 20 minutos, alejada de su marca 4:08.28, la que firmó en su segundo 'Major', en Chicago, aunque con la satisfacción de haber logrado el mayor reto de su vida. «Me emociono con todos los maratones que hago, pero la emoción que sentí al terminar este fue especial. En el tramo final se me saltaban las lágrimas, y ya cuando llegué a meta rompí a llorar», recuerda. De entre los 38.000 corredores de Tokio, ella puede sentirse orgullosa de ser una de las pocas que recibió al fin su medalla de las seis estrellas. «Lo duro de un maratón no es la carrera en sí, es la preparación que hay detrás, porque son unos 4 meses de trabajo específico, pero mucho esfuerzo a las espaldas. Sin embargo, cuando cruzas la meta y ves que lo has conseguido, sientes que merece la pena», cuenta.

Arellano quiere servir de ejemplo para que todo el que lo desee, sin atender a la edad o la complexión, se anime a iniciarse en el mundo deportivo, como lo hizo ella. De pequeña le gustaba correr carreras populares, pero nunca fue más allá. Sin embargo, un día, siendo ya adulta, decidió retomar el gimnasio y se dio cuenta de que correr en una cinta no era para ella. Buscó entonces un club de 'running' en la zona para empezar a correr y descubrió entonces la que sería su segunda familia, la del humilde Club Primeguis. No pasó mucho tiempo cuando varios de los corredores del grupo decidieron prepararse para disputar juntos el Maratón de Berlín.

Ahora, completados los 'Six Majors', no quiere parar. «Están diciendo que Sydney podría ser la próxima ciudad en entrar en los Majors y también Ciudad del Cabo más adelante, así que ahí tenemos dos destinos nuevos. Además, también quiero correr las maratones de Valencia, Barcelona y Málaga otra vez antes de retirarme».