Remo

El calvario de Teresa Díaz por una enfermedad

La remera malagueña de 23 años, que ahora lucha por ir a los Juegos Olímpicos, llegó a renunciar al deporte en 2021 al ser diagnosticada con el el Síndrome Antifosfolípido

Lunes, 26 de febrero 2024, 23:59

La vida siempre nos pone obstáculos, pero depende de nosotros la actitud con los que los afrontamos. Ella es el perfecto ejemplo de que, con tesón y perseverancia, los grandes problemas pueden convertirse en interesantes retos que afrontar. Desde luego, y aunque le llevó tiempo, ... logró encontrar la fórmula para no renunciar a sus sueños.

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Teresa Díaz, de 23 años, es uno de los mayores talentos del remo que ha dado jamás la provincia. Internacional desde las categorías inferiores, acumula numerosas medallas en remo de mar y en diferentes categorías de remo olímpico. Por desgracia, problemas de salud la obligaron a hacer un alto en el camino en 2021, pero renació como el ave Fénix, más fuerte que nunca. En 2022 acudió al Mundial sub-23 y se proclamó campeona de Europa de beach sprint en skiff y subcampeona en el doble scull mixto. Y, el pasado fin de semana, se proclamó subcampeona de España de skiff de peso ligero, sólo superada por su paisana Natalia de Miguel, consiguiendo así ambas un hito para el deporte malagueño. Y es que, por primera vez en la historia, dos costasoleñas acudirán juntas a un Preolímpico, buscando el pasaporte para París en doble scull.

Atraviesa su mejor momento Teresa, a la que nadie borra ya la sonrisa de la cara...Pero no todo fue un lecho de rosas. En pleno despegue de su exitosa carrera, Teresa sufrió un duro revés. En 2021 la joven malagueña llegó a dejar el deporte durante todo un año al diagnosticársele el Síndrome Antifosfolípido, un trastorno autoinmunitario que provoca coágulos de sangre, entre otros males. «Era algo que yo tenía genéticamente, pero me 'saltó', por así decirlo, al tomar las pastillas anticonceptivas. Ahora estoy con un tratamiento anticoagulante», explica.

SUR

Esta patología le causó trombos en los pulmones, llegando a estar ingresada en el hospital, con problemas de respiración. «Dejé el deporte un año. Al principio no sabía lo que tenía, sólo sentía los pinchazos, pero creía que era simplemente muscular. Pero empezaron a hacerme pruebas y cuando me descubrieron esto me dijeron que no podría volver a remar ni nada, me restringieron mucho la comida, me dijeron que no podía tomarme ni una cerveza...«, recuerda, sobre su calvario.

Un infierno que incluso más que físico, fue psicológico: «No llegué a tener depresión, pero anímicamente estuve muy mal entonces, tenía miedo de que pudiera desangrarme por dentro, por choques de traumatismos o aceleración del corazón… Llegué a estar ingresada, me costaba respirar y todo. Estaba amargada».

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Por fortuna, más adelante dio con un médico más optimista, que con el tratamiento adecuado y, con precaución, le hizo ver que podría llevar una vida 'normal'. «Doy las gracias también a mis compañeras Natalia y Celia (De Miguel) y Marta (De las Heras), que un día vinieron a mi casa, lograron sacarme y empecé a remontar». Con el apoyo de sus más allegados, el optimismo de su doctor y su propia fuerza de voluntad, regresó para hacer historia.

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