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Bea González y Marta Ortega han llegado para quedarse. No partían como favoritas ante la aparente imbatibilidad de las parejas uno y dos este curso, pero rompiendo todos los esquemas, no sólo se plantaron en la final del Open de Dinamarca, sino que no desaprovecharon la oportunidad y levantaron su primer título de Open de la temporada, el segundo de su trayectoria como pareja tras el Open de Madrid de 2020. Fue una final atípica, inédita este año, dado que se midieron a Mapi Sánchez Alayeto y Sofía Araujo, una pareja recién creada para este torneo por la lesión de la gemela de Mapi, Majo y que, pese a plantar cara, no pudo frenar a la versión más brillante de la malagueña y la madrileña (6-2 y 6-4).
'La Perla de El Palo' y 'La Doctora Ortega', como se las conoce dentro del World Padel Tour, se convirtieron ya en la revelación del torneo al tumbar en la semifinal a las líderes del 'ranking' Gemma Triay y Ale Salazar, que sólo perdieron un partido en todo el año. Con una seguridad y solidez reforzada por esta gesta, ambas llegaron a la final más preparadas que nunca. Y lo demostraron desde el inicio, que arrancó con un parcial de 2-0 y un posterior 3-1, eso sí, marcado por varias bolas de oro que mostraban la igualdad del encuentro.
Sin embargo, cuanto más tiempo pasaba, más se asentaba la pareja más joven, muy activa a nivel defensivo para sacar cualquier tipo de bola y contundente en el 'smash', especialmente gracias a Bea González. Alayeto y Araujo, frustradas por la explosividad de esta pareja, comenzaron a realizar varios errores no forzados consecutivos que impulsaron aún más a la malagueña y a la madrileña hacia la consecución del primer set (6-2).
No estaba todo dicho en el segundo set, que comenzó bastante más igualado; llegó a ponerse 2-2 con la dupla rival creando jugadas de estrategia para mover constantemente por la pista a González y Ortega y así pillarlas por sorpresa fuera de su posición. Pero a su vez, siguieron pecando de falta de complicidad en pista y de más errores no forzados, mientras que la paleña y su compañera seguían firmes en su juego intenso y agresivo, con fallos mínimos. Agotaron su último cartucho Araújo y Alayeto para sumar hasta dos juegos más con más carácter en la pegada (5-4). Una reacción así merecía tensión hasta el final y así fue; el partido se decidió en una bola de oro final y el resultado fue el anhelado. La espectacular versión de Marta Ortega y de Bea González merecían un título como éste.
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