La historia de Christian Bazán, con sólo 30 años, daría ya de por sí para un libro. Exgimnasta de primerísimo nivel, campeón de Europa júnior en 2008, acariciaba en su progresión unos Juegos Olímpicos, pero en pleno ciclo cara a Londres ... 2012 sufrió en el CAR de Madrid una grave caída de las paralelas, varias fracturas en la cara (párpado, pómulo, labio) y una brecha en la cabeza. Fue un punto de inflexión en una carrera que tuvo también algún obstáculo de índole personal, pero ahora triunfa de artista en Macao (en China) en el 'The House of Dancing Water', un prestigioso espectáculo de acrobacias con un centenar de protagonistas perfectamente comparable al célebre Circo del Sol.
Publicidad
Bazán ha surfeado el confinamiento por el coronavirus en un curioso periplo por el que cada país que iba abandonando entraba al cabo de días en los peores momentos de su crisis sanitaria. "El 26 de enero se cortó el espectáculo. No se podía hacer con público, y luego nos prohibieron los entrenamientos. La población se asustó, pero en Europa estaba todo normal", comienza su relato. El 4 de febrero el malagueño viajó desde su destino actual de trabajo hacia su tierra natal. "Entonces justo aparecieron dos casos de coronavirus en Macao. Hasta entonces habían sido sólo una decena, pero importados", explica y compara la excolonia portuguesa, que depende administrativamente de China con Torremolinos, al estar concentrada más de 600.000 habitantes en apenas 25 kilómetros cuadrados, con muchos casinos. "Los ferry estaban cortados y el único medio para ir a Hong Kong, muy cercano, era el puente –una célebre infraestructura de nada menos que 55 kilómetros sobre el agua–. Hice la ruta Hong-Kong, Londres, Barcelona y Málaga. Pensamos (él y su pareja, inglesa) que iba a haber controles en los aeropuertos, pero para nada. Aun así miramos si en algunos nos excluían o pedían cuarentena a los que llegaban, pero desde Macao y Hong Kong había excepciones a ello. Me extrañó", prosigue su relato.
"En Macao dieron dos semanas de cuarentena entonces. Justo estando en Málaga la empresa (de su espectáculo) adelantó las vacaciones y enlazamos dos semanas más. Estuve en casa (en Torremolinos), viajé a Italia, fui a Londres (con la familia de su novia)... Parece que nos perseguía el virus, porque al volver de Italia comenzó allí lo peor... Regresamos a Macao el 4 de marzo y ya estaba todo más normal", concluye en un periplo en el que curiosamente ha escapado del rigor del confinamiento.
Ahora vive la etapa de desescalada que se da en la mayoría de regiones de China. "Aquí hay controles de temperatura casi para acceder a cualquier sitio. Además, en Macao tenemos una aplicación en la que te tienes que registrar cada día con tu nombre y datos personales y respondes varias preguntas, entre ellas si tienes algún síntoma de fiebre. Es algo obligatorio, y alguna vez me han llamado para preguntar si todo está bien", explica sobre su día a día.
"El problema es ahora al revés, para los viajeros que vienen de Europa o de fuera hasta aquí. A la mínima el Gobierno no se lo piensa y cierra las fronteras. Si hubiéramos vuelto de España el 6 de marzo (dos días después de como lo hizo) hubiésemos tenido que estar en cuarentena y, una semana después, ya ni siquiera hubiéramos podido entrar. Tengo compañeros de mi espectáculo que se han quedado fuera. Hace 23 días que no tenemos casos en Macao. Todos siguen con mascarillas, pero los restaurantes están abiertos, aunque se ven pocos turistas. Nosotros hemos reanudado el espectáculo desde finales de marzo, aunque es verdad que viene poco público, pero hay que empezar otra vez".
Publicidad
A Bazán le sorprende haber podido entrar en España en febrero sin ninguna cortapisa, y previno a su entorno de lo que podía llegar, de que el coronavirus no era una broma. "Les advertí a todos de que se preocuparan, que tomaran mascarillas. Europa no estaba poniendo medidas de seguridad para la gente que llegaba de China. Cualquiera podía hacerlo". "Ahora Intento no ver muchas noticias", añade, aunque habla casi a diario con su familia.
Bazán vive en un piso con apenas dos habitaciones, pero no ha debido confinarse, En todo caso la población china ha cumplido a rajatabla las normas: "No es la primera vez que sufren un virus allí. No hace falta un policía para convencer. La gente cumple. Todo es super estricto".
Publicidad
El torremolinense es feliz con su vida actual después de haber sido gimnasta de élite. "Económicamente estoy bien y sigo haciendo deporte. El 'show' es espectacular y sigo disfrutando de la gimnasia, que ha sido mi vida. Empecé desde los seis años. Sinceramente, ahora no cambiaría nada. Sé que se sufre, pero también ha habido cosas buenas. No llegué a cumplir mi sueño de acudir a unos Juegos Olímpicos, pero lo veo con positividad. Nunca hay que ver las cosas mal. Gracias a la gimnasia estoy donde estoy ahora", resume.
Bazán hace prodigios con los 'straps' (parecidas a las anillas, en cuerdas de dos o tres metros) y también usa el trampolín. "Nos lanzan a casi diez metros y giramos en el aire para caer al agua. Nunca había trabajado con el agua. Me acuerdo de que al principio saltaba de pie desde siete metros y me asustaba, pero te vas adaptando", se sincera tras reconducir su vida con éxito.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.