Secciones
Servicios
Destacamos
La lista es larga y hasta farragosa de enumerar, pero Rafa Baena (Estepa, 1982) ha sido plata en el Europeo de 2016 con España y lo ha ganado casi todo a nivel de clubes, entre otras cosas dos Bundesligas, una Copa alemana y ... dos Supercopas en ese país, además de ser máximo goleador en la Liga Asobal, en las filas del Balonmano Antequera (2010-11), precedente del actual proyecto del Iberoquinoa.
Por cercanía a casa ha vuelto al equipo de El Torcal. Con este veterano pivote, pese a sus 37 'tacos', ha renacido la ilusión tras un curso en el que la pandemia cercenó la posibilidad de jugar unos 'play-off' de ascenso a la máxima categoría. «El proyecto es muy motivante, porque queremos subir a la Asobal y eso no es cualquier cosa, no es fácil. Estaba en Alemania, pero acababa contrato. Nos pilló el confinamento y las dos opciones para seguir allí no me convencían. Había que esperar. Desde que me fui allí tenía ya pensado con mi familia –tiene dos hijas, de 5 y 7 años– volver a casa».
Así que a Baena, después de un lustro en la mejor liga mundial (con el Rhein Neckar Lowen y el Bergischer), no se le caen los anillos por bajar de categoría. Ahora hace a diario en coche el corto trayecto de ida y vuelta Antequera-Estepa y ni siquiera se plantea el horizonte de una retirada: «De momento estoy bien físicamente. Dependerá de eso, de mis posibilidades de terminar estudios (último año de doctorado en Ciencias del Deporte, con la UCAM) y de encontrar trabajo. Cada vez se alargan más las carreras y quiero sacarme el título de entrenador nacional el próximo verano. Tendría las dos vías abiertas para seguir vinculado al balonmano, porque también hice ADE y tengo idiomas...».
Y es que el balonmano de competición en España difícilmente da de comer a día de hoy. La crisis tiene muchas aristas, en su opinión: «No nos podemos comparar con Alemania o Francia (también jugó, en el Créteil), donde hay más cultura de balonmano y la gente se divierte más en las gradas. Otra cosa es a nivel de calidad de los jugadores o de los entrenadores. En eso estamos de los mejores del mundo, y sacamos muy buenos jugadores de cantera». Al menos considera que hay una pequeña curva ascendente ahora: «Cuando comenzó la crisis, en 2008 o 2009, había que analizar cómo estaban los presupuestos y que dinero se recibía en los clubes de entidades públicas o privadas. Han desaparecido muchos, hubo impagos, y creo que desde hace tres o cuatro años ya se ha tocado fondo y al menos las entidades están saneadas. ¿Que los sueldos han bajado mucho y que el nivel ha caído? Por supuesto. Pero ahora esta pandemia de nuevo está haciendo daño al balonmano«.
Pero si este deporte en España no tiene visos de repuntar de forma rápida, al menos Baena sí tiene un reto inmediato: subir a la Asobal con el Iberoquinoa. «Creo que hay un grupo cohesionado. Llevan bastantes años juntos, y con una buena edad, alrededor de los 30 años la mayoría. Hay tres o cuatro veteranos y ocho canteranos. Es una buena mezcla. Ya llevan desde el año pasado con la idea de subir. Saben lo que quieren y son exigentes». En este sentido, asume su rol de líder. «Debo serlo inconscientemente. No es una pegatina que tengas por venir con un buen palmarés, va con la personalidad de cada jugador, con el día a día con los compañeros. Pero no se puede vivir del pasado. Siempre he pensado que en cualquier etapa se puede aprender, y en eso estoy«, afirma humilde.
Con los años Baena, cuya figura llama la atención por su fortaleza, admite que ha ido perdiendo peso: «Cuando debuté en la Asobal estaba en 130 kilos, con 25 años. No me encontraba mal, pero no me había entrenado aún a nivel profesional, mañana y tarde. He ido perdiendo peso cada temporada y ahora estaré en los 116«.
El exinternacional español (entre 2009 y 2016) se alegra también del renacimiento del balonmano en Málaga. Le gusta el proyecto del Trops, rival directo este curso en la División de Honor Plata: «Málaga es una de las cunas del balonmano, siempre lo fue. Creo que tanto el de ellos como e nuestro son dos proyectos asegurados, porque mueven una cantera amplia detrás. Ojalá se consoliden». «En cuanto a lo del Rincón Fertilidad femenino -añade– es la primera vez que un club andaluz gana un título de esa categoría (la Copa de la Reina lograda en Alhaurín de la Torre). En Málaga está el fútbol, y también el baloncesto está arraigado, y por eso espero y deseo que un éxito como ese sirva para que se haga más caso al balonmano«.
Baena tuvo una cuarentena algo más suave en Alemania: «Oíamos las noticias a distancia y al principio se decía lo mismo que aquí: que esto era en Italia, en España o en China, que no iba a llegar a Alemania... Fue un confinamiento menos duro, porque podíamos ir a pasear dos por familia o ir al bosque a correr, y se llevó mejor». Ahora, en una segunda oleada del virus, extrema la prudencia: «No tengo casi contacto con nadie, sólo con la familia cerrada. A mi madre le di un beso y un abrazo el día que nos hicieron el test PCR y di negativo. Ese día llegaba de Alemania, y después no le he dado más besos. Nos jugamos la salud y tenemos que estar concienciados».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.