andrés samper
Domingo, 28 de julio 2019, 00:08
Subir a las siete cumbres más altas de cada continente es un sueño que todo alpinista tiene en mente cumplir si se dan las circunstancias ideales. David Rodríguez, un malagueño de 45 años, está a punto de conseguir la que sería la quinta de las ... siete que conforman este reto. El Grupo de Montaña Boquerón lleva desarrollando desde 2005 el proyecto 'Málaga 7 cumbres', con el que culminar las cimas continentales más altas.
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La aventura dio comienzo con la subida al Aconcagua, en Argentina, en 2006, con 6.962 metros de altura y tras un intento fallido el año anterior. Ese mismo año, David tuvo la oportunidad de escalar el monte Elbrus, conocido como el techo de Europa con sus 5.642. Viendo su progresión, al año siguiente se propusieron subir el McKinley, en Alaska y ahora conocido como Denali, pero no fue hasta el año siguiente cuando lo conseguirían, en 2008, dada la dificultad que conlleva, con temperaturas extremas y siendo el segundo desnivel más grande de la Tierra. De esta manera, se convirtió en el primer malagueño en subir dicha cumbre.
«Teniendo ya tres cumbres, empiezas a pensar que eres capaz de conseguir el sueño de las siete», afirmó Rodríguez a este periódico. En 2010 tuvo en mente el reto del Everest, pero el nacimiento de su hijo le hizo cambiar sus prioridades y tener que posponer esa aventura que no retomaría hasta 2017, con la subida del Kilimanjaro junto a Juanito Oiarzabal.
Tras alcanzar cuatro de las siete cumbres que completarían este reto, David Rodríguez se dispone a partir mañana por la noche hacia Papúa Nueva Guinea donde le espera la Pirámide de Carstenz, la cima más alta de Oceanía con 4.884 metros. En esta expedición David irá solo con un guía local como acompañante, algo que hará más dura la travesía, que tendrá un coste aproximado de 10.500 euros más el gasto de material aparte. «La fuerza para este tipo de montañas son más las ganas que el aspecto físico», aseguró Rodríguez al hablar sobre el trabajo que supondrá subir al también conocido como monte Jaya. Esta cima no es tan alta, pero es muy trabajosa ya que conlleva una semana de trayecto a través de una selva tropical, además de aspectos clave como la higiene y la alimentación, nada fáciles allí. La zona que tendrá que atravesar es además un territorio de tribus con alto riesgo de retenciones, un monte muy inhóspito en comparación al resto de los que ha frecuentado. «Allí está la mayor cantera de oro del mundo a cielo abierto, por lo que es una zona conflictiva», explicó Rodríguez para referirse a que el camino será más trabajoso sumando también los problemas políticos y territoriales que vive Indonesia.
La ruta que tomará será la de la arista norte, por la que no tendrá problema con la zona glaciar de la montaña ya que en este camino es todo roca. La parte final de la subida será solo escalada, y asegura que será sencilla. Además, se trata de la montaña más alta dentro de una isla y también en la que más nieva del mundo. Dado que está muy cerca del ecuador y rodeada de mar, las lluvias allí son constantes, pero no cree que tenga problemas para subir, ya que es consciente de la adherencia de la roca y con los guantes adecuados se ve capaz de conseguirlo aún con lluvia. «Soy alpinista, pero lo que llevo dentro es ser montañero, y vivir esta experiencia de vida que es para mí», dijo Rodríguez ante este nuevo reto que se propone superar.
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CUATRO CIMAS YA HOLLADAS :
Aconcagua (Argentina, Sudamérica): Con 6.962 metros y en 2006.
Elbrús (Rusia, Europa): Con 5.642 metros y en 2006.
McKinley (EE.UU,, Norteamérica): 6.190 metros y en 2008.
Kilimanjaro (Tanzania, África): 4.496 metros y en 2011
TRES PENDIENTES :
Pirámide Carstenz (Papúa Nueva Guinea, Oceanía): Con 4.884, en los próximos días.
Vinson (Antártida): 4.892 metros y previsto para 2020-
Everest (Nepal, Asia): Con 8.848 metros, entre 2021 y 2022.
En cuanto al equipo que llevará consigo, será en su totalidad de escalada en roca, con fisureros, empotradores, casco, ropa térmica, botas semirrígidas y cuerdas, ya que la subida en sí serán solo dos días, y los dieciocho restantes serán de aproximación. «Cuando uno se enfrenta a este tipo de retos, la altura no es lo importante; conseguirlo te hace sentir vivo», afirmó Rodríguez sabiendo que está cerca de ser el primer malagueño en lograr la subida a la Pirámide de Carstenz. «Voy a pasármelo bien, sabiendo que voy a sufrir, pero a disfrutar», aseguró el montañero. Su preparación se ha basado en un entrenamiento semanal en rocódromo, bicicleta y carrera, además de las continuas visitas a la sierra los fines de semana.
Tras este quinto pico, sólo le faltarán dos para completar ese reto. Por un lado, el Everest, que pretende hollar entre 2021 y 2022 y, por otro, el Vinson, al que le gustaría subir el próximo año coincidiendo con la capitalidad de Málaga como ciudad del deporte. Las expediciones se desarrollan gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Málaga, la Fundación Deportiva Municipal, Unicaja, Mecanizados Torfrecamp y Atlantic Kayak, a los que quiso dar las gracias. Sólo queda esperar ahora que David Rodríguez sea capaz de volver siendo el primer malagueño en superar este reto.
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