Ángel Trinidad vuelve a la selección de voleibol como gran referencia

La temporada no acaba hasta que dejas de saltar, y Ángel Trinidad aún tiene que dar muchos brincos detrás de la red. El colocador marbellí se incorporó ayer a la selección española de voleibol en Guadalajara para preparar la Golden European League, primera de las dos grandes citas que marca el calendario desde este mes hasta septiembre, cuando se celebrará el Campeonato de Europa. Con los galones propios de la capitanía del equipo, 120 internacionalidades, el organizador del juego regresa al combinado nacional tras un 2020 de pausa para centrarse en su temporada inaugural en la Champions con su club, el Verva Warszawa polaco.

La selección española de voleibol es un lugar de encuentro común para una generación en plena madurez. En su hoja de servicio cuenta con un subcampeonato de Europa júnior en 2012, el título de campeón del mundo juvenil en 2011 y una plata en los Juegos del Mediterráneos de 2018. Trinidad, a sus 28 años, es consciente de que su sueño de competir en los Juegos Olímpicos de París en 2024 está todavía demasiado lejos. Por eso, uno de los objetivos más tangibles es conseguir que la selección cambie de destino y se concentre en Málaga para fomentar la práctica del voley. «Es algo que llevo tiempo pensando y lo he hablado con directivos de la federación para intentar llevar este deporte a distintos sitios de España y a San Pedro en particular. Estoy convencido de que el pabellón Elena Benítez de San Pedro podría albergar partidos de la selección que atraería seguro a gran parte de aficionados de toda Andalucía», explica a SUR. Consultado sobre esta posibilidad, el concejal de Deportes de Marbella, Manuel Cardeña, confirma que ya se ha puesto en contacto con Trinidad para presentar una propuesta formal a la federación para organizar una concentración.

De momento Trinidad se centra en la CEV Volleyball European Golden League, que disputarán 12 selecciones divididas en tres grupos desde el día 28, durante tres fines de semana en régimen de concentración. España figura en el grupo A, junto Bélgica, Estonia y Letonia. Jugará del 28 al 30 en Estonia y del 4 al 6 de junio en Letonia. El objetivo no es otro que ganar para escalar a la élite de las selecciones. «Los dos finalistas acuden a un torneo de clasificación que te mete en la Liga Mundial. Sería un logro muy grande. Viajaríamos a Brasil, Japón y sería un gran escaparate para todos».

Diez meses solo en el crudo y cíclico invierno polaco, en la temporada más agresiva para cualquier deportista de élite debido a la pandemia, ha sido el duro peaje que ha padecido un jugador acostumbrado a vivir fuera desde adolescente, cuando se mudó a Palencia para formar parte de la selección permanente. La medalla de bronce en la competición nacional equivale a la de un Campeonato de Europa de selecciones si atendemos a la calidad de los clubes. Trinidad es el único extranjero en un equipo lleno de campeones olímpicos, mundiales y europeos. «Lo más difícil es soportar la tensión, la presión, para no cometer ningún error, porque te penaliza hasta jugando contra el último. El nivel es altísimo. Hemos conseguido plaza directa para jugar de nuevo la Champions y ha sido un gran éxito. Empezamos la temporada muy mal porque todos pasamos la Covid y volvimos para jugar hasta cuatro partidos en una semana», relata. Su carácter ganador, ávido de aprender y mejorar, lo aleja de la comodidad. «Cambio de países para salir de la zona de confort y crecer. Esta temporada ha sido el paso más grande de mi carrera. Profesionalmente he crecido muchísimo en Polonia. Si me comparo a hace un años, he crecido por las difíciles condiciones que he pasado aquí». El mayor referente malagueño en el voleibol mundial jugara de nuevo el año que viene en el Verva Warszawa.