Una pareja destinada a reencontrarse en la élite

Hay caminos que están destinados a cruzarse, solo que en ocasiones, esta unión no llega de manera premeditada. Álex Ruiz (28 años) y Momo González (25 años) prácticamente se han visto crecer, aunque sus trayectorias siempre han sido paralelas, porque en las categorías inferiores, un año parece un mundo. Cuando el antequerano comenzaba a despuntar en categoría infantil, su paisano alhaurino ya se había convertido en un referente para él, o al menos, un ejemplo a seguir. Veía como un malagueño lo ganaba todo y, con sólo 16 años cumplía el sueño de debutar en el circuito profesional. Entonces Ruiz, cuando veía a Momo, sólo pensaba: «Cuidado, que ahí viene una camada malagueña importante». De aquella 'camada' un nombre destacó claramente por encima del resto y estos últimos años, al fin se ha hecho notar al más alto nivel.

Ruiz es, hasta la fecha, el mejor jugador de pádel que ha dado la provincia (en categoría masculina); nº7 del 'ranking' mundial, pareja nº 4 junto a Franco Stupaczuk hasta hace sólo unos días, campeón absoluto de Europa y del mundo con España y mejor pareja europea junto a Paquito Navarro, además de poseedor de dos títulos de Open del World Padel Tour. Y, sólo unos puestos más atrás y también con mucho margen de progresión, González ya puede decir que se ha convertido en el segundo mejor malagueño de todos los tiempos, siendo el nº 16 (fue pareja nº 8 con Javi Rico) y también parte de los últimos títulos internacionales de España. A partir de la semana que viene, en el Open de Bruselas, darán un giro en la historia de la provincia al ser la primera pareja malagueña que milita a tal nivel. «Era cuestión de tiempo y el momento ha llegado ahora que además estamos los dos en el alto nivel», afirma Ruiz.

Fue él quien lideró este nuevo equipo, porque como ya es sabido, su pareja Stupaczuk rompió lazos inesperadamente hace una semana para formar pareja con el nº12 Pablo Lima; en redes, el argentino alegó ciertos roces dentro de la pista. Aunque Álex corrige: «No había roces con Franco. Creo que él se expresó mal y quiso decir que él se sentía incómodo en la pista, que a lo mejor quería jugar otro estilo de juego y no lo estaba encontrando conmigo. Pero bueno, en este deporte si uno no está cómodo, puede cambiar. Está en nuestro día a día, no hay que dramatizar, aunque en el primer momento era chocante».

Le tocó romper una pareja y pensó en saldar una cuenta pendiente con alguien que le devolviera la confianza que de repente había perdido; buscó a un amigo, Momo. «Es un jugador muy rápido, habilidoso y también tiene esa parte agresiva, es consistente. Ha pegado un crecimiento muy fuerte en estos años y estuvo en la lucha por ser pareja 8», valora técnicamente sobre él. Y añade: «Creo que no van a querer jugar contra nosotros; eso sí, a la pareja hay que darle un margen, tiene que crearse química y unión, pero como pareja no creo que tengamos problemas, somos muy parecidos. Es fácil jugar con él».

En cierto modo, Momo aún sigue mirando a su compañero con los ojos de hace años: «Él fue mi veterano en la selección andaluza. Yo sí que me fijaba en él, porque yo era infantil, él júnior y siempre ganaba los torneos fácilmente», se sincera. Pero las tornas han cambiado ahora que han confiado el uno en el otro para buscar un objetivo común. Para él también fue ilusionante recibir esta llamada, aunque la ruptura con Javi Rico tampoco fuera deseada. «Se lo tomó bien. Le dije que a Álex lo conocía desde pequeño también, que tenía un 'ranking' muy superior al nuestro y lo entendió. Si a él le hubiese pasado lo mismo, lo hubiera hecho también y es lógico. Además nosotros somos como hermanos así que no hay problemas», asegura el antequerano. Él es el indicado para responder a una de las eternas dudas: ¿Formar pareja de batallas con un amigo une o separa? «Javi es mi amigo, por eso creo que jugar con un amigo es favorable, te da la confianza para decirle cualquier cosa sin miedo y sabiendo que no es para hacer daño, es siempre para mejorar».

Aunque es curioso, a pesar de haber entrenado juntos en ocasiones puntuales, sólo han jugado juntos en competición oficial dos veces: en el Europeo de Marbella y el Mundial de Doha, ambos en 2021. Por ello, la incógnita les hace ser cautos cara a los objetivos. «Queremos conseguir nuestro mejor nivel pero no fijarnos un objetivo de 'ranking' antes de empezar. Además, la igualdad en el circuito es tremenda, la pareja 20 puede ganar a la 5 si no tiene su mejor día. La gente no sabe lo difícil que es», asegura Momo, que aunque este año seguirá entrenando en Brunete (Madrid) a las órdenes de Gabi Reca, siendo objetivo sabe que acabará volviendo a Málaga. Esta campaña o lo hará ocasionalmente para entrenarse juntos, con el también malagueño Jorge Cárdenas como entrenador del equipo.

Será un calendario duro: ya son hasta cuatro las nuevas citas de Premier Padel (el circuito de la FIP y Al-Khelaifi) las que se han confirmado, además de las otras veinte pruebas que faltan del Worl Padel Tour (entre ellas, el Open de Málaga en julio y el Master de Marbella en junio). Una temporada muy extensa para consolidar a una pareja prometedora que, de plasmar en pista toda la complicidad que demuestra fuera de ella, podría aspirar a la dupla revelación. El talento malagueño unido en su máxima expresión.

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