Álex Ruiz y Momo González, decididos a hacer historia en Marbella

La verdadera felicidad no se manifiesta con palabras, se refleja en la cara, se transforma en lágrimas, en sonrisas de oreja a oreja, en un brillo especial en los ojos, en un titubeo al hablar y una presión diferente en el pecho. La verdadera felicidad es la que pudimos ver este sábado en las caras de Álex Ruiz y Momo González, cumpliendo un sueño en el lugar donde tenía que ser, en casa, ante su público, ante los que nunca dejaron de creer en ellos. Esta pareja de malagueños se ha convertido ya en la primera de la historia que disputará toda una finalísima del World Padel Tour, y no cualquiera, si no la del primer Master de la temporada, en el Marbella Arena, nada menos que ante los números uno del mundo, Juan Lebrón y Ale Galán, este domingo.

Superaron a duplas muy complicadas, fueron de menos a más, dieron la campanada al tumbar a los número 2 del 'ranking Paquito Navarro y Martín Di Nenno en sólo dos sets en cuartos y ayer consumaron toda una gesta: llegar a la que, para ambos (tanto individualmente como por separado) será su primera final de Master. Lo consiguieron en un agónico duelo ante los correosos argentinos Fede Chingotto y Juan Tello (6-2, 3-6 y 7-6), la pareja más consolidada del World Padel Tour. Firmaron un primer set escandaloso, prácticamente perfecto los malagueños.

El alhaurino y el antequerano siguieron la misma tónica de ayer: fueron incombustibles en la defensa, devolviendo cualquier tipo de bola con una exhibición de recursos y sentenciaron muchos puntos por la vía ráìda, con su efectividad en la pegada y arropados por más de 4.000 personas que no dejaban de animar a esta dupla anfitriona. Público y jugadore se fundieron, se compenetraron desde el minuto uno y se ayudaron mutuamente, sobre todo cuando más lo necesitaban, porque tras el brillante 6-2 del primer set, sacaron su arsenal ofensivo Chingotto y Tello. Mucho más acertados y explosivos en el ataque, rompieron 2-1 el segundo set y fueron directos hacia la tercera manga; se resistían a caer en dos sets en una gran cita como ésta y en la que también reconocen como su tierra, porque se formaron aquí en su llegada a España. Y a base de insistiencia, de buscar mejores ángulos para conseguir sumar 'winners' y menos errores forzados que los malagueños, lo consiguieron (6-3). Este partido necesitaba un tercer set.

Y de hecho, los argentinos llevaron la iniciativa también en el último, lo que hizo decaer el ánimo de Ruiz y González por un momento, mermados por el insufrible calor y la intensidad que estaba alcanzando el encuentro. Pero gracias a las instrucciones de su 'coach' el malagueño Jorge Cárdenas y con el ánimo de la grada, remontaron en el momento preciso. Y, como no podía ser de otra forma, llegó el 'tie-break'. Una muerte súbida que los malagueños defendieron a ultranza, llegaron a ponerse hasta cinco puntos arriba, y, aunque regalaron dos bolas consecutivas, no les tembló el pulso y sellaron el 'tie-break' con una demostración de pegada, definición y compenetración. Hasta 23 'smashes' y 44 'winners' en uno de los mejores partidos que han protagonizado hasta la fecha.

Además, esta también se trata de su primera final en la provincia. La emoción del antequerano era contagiosa: «No me van a salir las palabras... Gracias a todo el público. Es increíble jugar en casa, es lo que siempre he soñado, llegar a un final en casa delante de todo mi público; gracias a Álex y a tomo el equipo, estoy muy contento con todos, también mi familia y amigos, que está aqui. Os espero en la final, que va a ser un momento muy bonito», valoró. De la misma forma, el alhaurino, entre lágrimas, explicó tras el triunfo: «Hemos dado el 500% porque si no es imposible ganar a este tipo de pareja. El calor de Málaga es increíble y quiero dedicar esto a mi familia, que está en la grada. Este triunfo lo llevaba bucando mucho tiempo, estamos llenos de emoción. Por primera vez en la historia, dos malagueños vamos a disputar una final así que tienen que venir mañana a apoyarnos, a intentar llevarnos el título en casa».

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