Alejandro Aguilar hace historia para la orientación española en un Europeo

Si en la orientación a pie, el deportista ha de seguir una ruta pasando por varios puntos o balizas hasta la llegada en el menor tiempo posible, en trail u orientación de precisión, muy en boga gracias a la pandemia, se invierte un poco el reto. El competidor recibe un mapa con una serie de puntos con círculo que ha de identificar desde una ruta accesible (no más de dos kilómetros) y lineal por la que se puede mover de lado a lado. Una vez llegado al terreno se puede descubrir que hay una baliza o varias, con lo que tendría que elegir cuál de ellas es. El participante tiene varias soluciones posibles y ha de marcar la correcta en su tarjeta de control o, si no hay baliza, elegir la solución 'zeta'. Además, para posibles desempates en el número de puntos acertados, hay uno que es cronometrado.

En concreto, Aguilar, que pertenece al COMA (Club de Orientación de Málaga) lo bordó en Finlandia. Fue líder en la manga del jueves, al atinar en 23 de 25 puntos, y el viernes, con 25 de 28. En la combinada se impuso sobre el sueco Michael Johansson (con dos puntos menos) y el ucraniano Vladislav Vovk (cuatro menos). En la misma prueba hubo otro malagueño, el torreño Juan Emilio Montero, vigésimo tercero en la combinada. Ellos dos y el sevillano Miguel Ángel García obtuvieron en relevos el tercer puesto.

«Me podía esperar algo por lo que sucedió en los días previos (cuando ganó una competición de preparación también en Finlandia casi ante los mismos rivales), pero antes de viajar lo único en lo que podía confiar era en mejores resultados que el resto de compañeros españoles. De ahí a llegar a hacer un oro... Ni yo mismo me lo creo. Sigo sin asimilarlo», comentó emocionado a este periódico.

No era para menos ante su difícil historia personal. Estudiando TAFAD en Granada sufrió una lesión practicando atletismo en la cadera derecha. «Me hablaron de un pinzamiento en la zona, que la cabeza del fémur crecía más de lo normal y rozaba con los músculos produciendo el dolor». En octubre de 2018 se operó y no mejoró. Los músculos flexores de la cadera derecha se acortaron y no tenía una postura recta para correr. En 2019 pasó de nuevo por el quirófano, pero esta vez con una artroscopia y no hubo progreso, y en diciembre de 2020 hubo una tercera operación en la que se le recortaron tendones para estirar los músculos de la cadera, pero a pesar de ello el dolor siguió creciendo. El hueso de la cadera ha rotado, y sufre molestias de espalda, de la que también ha sido operado. No necesita muletas, pero cojea y no puede esprintar.

Aguilar practicaba orientación desde los 10 años con el COMA, pero en la modalidad a pie. A nivel nacional quedó tercero en relevos con el equipo andaluz, hasta que justo cuando llegaba a la edad sénior lo dejó por las lesiones, pero se reenganchó en 2019 participando en Trail Pre-O en el Campeonato de España Universitario. «Ahí fue cuando conocí esta modalidad, pero en 2020 apenas hubo pruebas por la pandemia, y en 2021 fui a algunas andaluzas y nacionales, y ya fui primero en la Liga Andaluza y tercero en el Campeonato de España y en la Liga española».

De ahí al Europeo y a un éxito rotundo. El próximo reto ha de ser el Mundial, del 19 al 23 de julio en Jelenia Gora (Polonia). Para un deporte tan poco implantado en España, cuesta encontrar ayudas económicas, y ese será ahora el gran reto para el malagueño. En Finlandia tuvo apoyo de la Federación Española de Orientación (FEDO), en concreto para el alojamiento y la inscripción, no para el viaje, y este 'handicap' le puede privar de participar en otras pruebas internacionales ahora que tiene un buen 'ranking'.

Estudiante de 4º de Educación Primaria en la Universidad de Málaga, los últimos meses ha estado de Erasmus en Coimbra (Portugal). Tras el «desgaste físico y mental de una prueba tan exigente», ya sólo piensa en celebrar este éxito con su pareja y su familia. «Me llamó mi padre llorando cuando se enteró del resultado y yo no me lo creía aún. Es como algo que no asimilo. Es muy fuerte», explica, y recuerda el recibimiento del resto de la delegación española en Espoo al regresar de la competición. «Cuando acabé, hasta la meta hay un tramo en el que descargas tus resultados y vas viendo los de los que van llegando al final. El segundo día no estaba tan contento de lo que había hecho y en el coche en el que nos traían de regreso iba conmigo un valenciano que fue décimo el primer día. Cuando vi que al recibirnos estaban todos con las banderas españolas pensé que era por él, y cuando me di cuenta de que se dirigían a mí...».