Adriana Cerezo: «Los Juegos son lo más grande para un deportista; a mí me cambiaron la vida»

–He leído que empezó en el taekwondo gracias a su abuelo, porque, aunque sus padres no querían que practicase este deporte, él la llevaba al gimnasio a escondidas, ¿es así?

-Sí (ríe). De primeras, el taekwondo sonaba a pelea, a 'pegarse', así que yo practicaba otras cosas como patinaje artístico, ballet, tenis, gimnasia rítmica… Pero no me convencía nada. Yo veía muchas películas y quería hacer lo que hacían los chinos de la tele, ponerle el kimono y tal, así que mi abuelo me bajó de 'extranjis' a un gimnasio… Mis padres ya se enteraron cuando me examiné del primer cinturón.

-¿Es de estas personas a las que se le da bien cualquier deporte que toque?

-Bueno… La cosa es que me enfado mucho si no se me da bien, siempre quiero ser la mejor, así que o soy buena, o no juego. Con los estudios también fui así.

-De hecho, sigue siendo buena estudiante y ahora compagina su vida deportiva con su carrera universitaria…

-Sí, me queda un año para terminar Criminalística, que me llamaba la atención por lo de los cuerpos especiales de la Policía.

-Con su disciplina académica y deportiva, más aún teniendo en cuenta la problemática real del abandono del deporte entre adolescentes y jóvenes, ¿es consciente de que es una referencia para la juventud?

-Ojalá pueda ser una referente porque hay que transmitir ese mensaje, y si yo he podido, no es que yo sea una extraterrestre, es que puede cualquiera. Si soy un ejemplo para los niños, encantada. Me encantaría transmitir que se pueden compaginar los deportes y los estudios, y decirle a los padres que sus hijos no tienen por qué ser siempre campeones de un deporte ni alumnos de matrícula de honor, pero se puede compaginar ambas vidas, por supuesto.

-Por cómo habla, siento que ha madurado mucho estos años, ya no es la niña de 17 años que deslumbró en los Juegos. ¿Es así?

-Claro, aunque sólo sean tres años más, soy un poco más madura gracias a las experiencias que voy viviendo, algunas de las cuales no son habituales de esta edad. De todas formas, siempre me han llamado la 'viejoven' (ríe).

-¿Cuáles son los primeros recuerdos que se le vienen a la mente en relación a esos Juegos de Tokio? Imagino que al ser de las más jóvenes del equipo español, a veces la sobreprotegerían, ¿no?

-Claro. Yo era una niña, ni siquiera era mayor de edad, así que si mis compañeros se tomaban algo para celebrar, yo no podía… Pero hasta el día de hoy, ha sido la mejor experiencia de mi vida. Unos Juegos son lo más grande que le puede pasar a un deportista. Eres vecina de Pau Gasol, bajas a comer y estás con Djokovic…

-¿Qué fue lo más emocionante para usted más allá del momento de la medalla?

-Pau Gasol dándome la enhorabuena, Carolina Marín haciéndome una videollamada diciendo que se había emocionado mucho en mi final… Son personas a las que admiro y de repente es un choque de realidades.

-Aun con la ilusión y ambición que desprende, ¿esperaba realmente conseguir esa medalla?

-Sí, yo iba a ganar. El día previo a la final me dijeron que si firmaba la medalla de bronce y yo dije que no, que quería el oro, no quería conformarme con nada. Aun así, la plata fue un sueño.

-Es medallista mundial, europea, nacional... Pero lo que es cierto es que ninguno de esos torneos genera la exposición mediática de los Juegos, ¿Siente que el 'boom' fue temporal y que, pasada la cita, volvió a la sombra?

-La verdad es que creo que, cuando ha empezado a bajar el 'boom' de los Juegos de Tokio, ya empieza a subir el 'boom' de París, así que siento que no ha bajado en ningún momento. Mola que se te reconozca así, está muy bien que tengamos voz, aunque sea cada cuatro años.

-¿Cómo le ha cambiado la vida desde que saltara a la fama con esa medalla olímpica?

-Me ha cambiado mucho a nivel de repercusión, de que la gente me conoce un poco más… Pero mi día a día sigue siendo el mismo: entreno en el mismo sitio, estudio, sigo con el mismo objetivo, que es ser campeona olímpica…

- También ha mejorado la cosa en cuanto a patrocinios y ayudas, ¿no?

- Sí, y ojalá siga yendo igual de bien, porque es importantísimo para los deportistas. En ese sentido sí que puedo decir que los Juegos me cambiaron la vida.

-Ya lo ha dicho: quiere ser campeona olímpica. ¿Cómo llega la Adriana de 20 años a sus segundos Juegos, en París?

-Con un plus de unos Juegos Olímpicos que parecía que no me correspondían y con la experiencia de haber conocido ya a las rivales, haber disputado muchos campeonatos de alto nivel… Creo que llego con un puntito de ventaja y lo vamos a aprovechar.

-Una gran cita, en este caso nacional, perfecta para testar su nivel, será este sábado en el Campeonato de España de Málaga…

-Pues sí, España tiene un nivel muy alto de taekwondo y si fuera una baza segura llegar y ser campeona, no me plantearía ir. Hoy por hoy, buscaremos herramientas que nos ayuden cara a los grandes eventos, por lo que será un campeonato interesante.

-¿Conoce Málaga? ¿Ha estado ya?

-Estuve sólo una vez, de pequeña. A mi padre le encanta.

-¿Qué le diría al público malagueño para que se anime a ir a ver el Campeonato?

-Que el taekwondo es un deporte muy guay, muy atractivo, y que van a ver un campeonato con deportistas de muy alto nivel, así que es un buen momento para ir a disfrutar y aprender.