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fátima ávila-casanova
Lunes, 5 de junio 2017, 01:13
Elegancia, pasión y técnica son las armas secretas que han convertido a los patinadores Natalia Baldizzone y Jorge Granell en la pareja más temida del circuito nacional. Los deportistas del Club Patinaje El Tejar de Fuengirola se han proclamado hace escasos días campeones de España de parejas danza en categoría absoluta, sumando de este modo un nuevo entorchado a un palmarés repleto de oros nacionales e internacionales en las categorías de base. La madurez que demuestran cuando se colocan los patines (Baldizzone tiene 17 años, y Granell, 19) la han conseguido a base de trabajo y sacrificio.
Once años llevan entrenándose juntos y recorriendo las pistas de toda Europa en busca de hacerse un hueco entre la élite mundial de este deporte, algo que poco a poco van consiguiendo. La pasada temporada en categoría júnior, aunque hay que precisar que Natalia era juvenil, se colgaron la medalla de bronce en el Campeonato de Europa y concluyeron sextos en el Mundial. Sin duda, unos resultados que muestran el potencial y la calidad de esta joven pareja.
Ambos se entrenan a las órdenes de Angélica Morales en el pabellón Juan Gómez Juanito de Fuengirola, aunque varias veces al año acuden a Italia para recibir clases magistrales de la mejor preparadora de esta disciplina, Lorenza Residore, entrenadora de los actuales campeones del mundo absolutos. En el país alpino pasan periodos de diez días en los que realizan un trabajo intensivo centrado en la técnica, explica Baldizzone:«Con ella siempre trabajamos la parte obligatoria, ya que es donde se valora la limpieza, el dibujo, los pasos... Podemos decir que esa parte es técnica pura. La expresividad la puedes trabajar por tu cuenta, pero lo que los jueces te van a valorar es la fluidez de los movimientos que haces».
Familia de patinadores
A Baldizzone la pasión por el patinaje le viene de familia, ya que su madre es precisamente su entrenadora y su padre trabaja para la Federación Española de Patinaje. Sólo tenía dos años cuando comenzó a deslizarse sobre las cuatro ruedas, y eso le ha aportado una gran experiencia a pesar de su juventud. Jorge Granell, por su parte, es el único integrante de su familia que practica este deporte. Desde muy pequeño comenzó a formar pareja con Natalia y desde entonces forman un dúo espectacular.
Sus próximas metas se centran en el Campeonato de Europa y en el Mundial. A la cita continental están prácticamente seguros de que acudirán, ya que se han proclamado vencedores del Nacional, pero para el torneo mundialista deberán esperar a la convocatoria de la Federación Española, explica Angélica Morales:«Este año se disputa en China, así que la Federación debe decidir qué patinadores quiere que nos representen. Para eso, tenemos que esperar a que se celebre la próxima semana el Estatal individual júnior y absoluto. Una vez que hayan visto a todos los competidores decidirán quienes son los más adecuados para representar a España. Hay que tener en cuenta que el desplazamiento a China es costoso. Si fuese el Mundial en Europa, estoy segura de que irían».
Baldizzone y Granell son un matrimonio muy bien avenido. Llevan más de una década luchando por su sueño, con exigentes entrenamientos diarios y estresantes competiciones internacionales. Esto los ha convertido en hermanos, relata ella:«Creo que nos conocemos mejor de lo que nos conocen nuestras madres. Es mirarnos a los ojos y saber si hemos tenido un día malo o bueno». Mientras que él apostilla con una sonrisa:«Los dos somos muy cabezotas y en ocasiones discutimos porque no estamos de acuerdo con algo, pero siempre acabamos llegando a un punto intermedio;en ello suele ayudar Angélica».
El patinaje es su vida, aunque tienen claro que en España de este deporte es imposible vivir. Granell está actualmente cursando segundo de Ingeniería Mecánica, mientras Baldizzone está en Primero de Bachillerato y piensa seguir los pasos de su compañero, aunque estudiando Ingeniería Robótica. A pesar de las dificultades que supone compaginar una carrera universitaria con el deporte de alta competición, ambos tienen claro que seguirán patinando hasta que lleguen a lo más alto. «Cuando tienes pasión por algo, siempre sacas tiempo para ello. No obstante, cuando se acerca la época de exámenes intentamos flexibilizar los entrenamientos, y en la universidad he tenido que hablar con algún que otro profesor para intentar variar la fecha de alguna entrega o examen porque me coincidía con algún campeonato», explica Granell. Baldizzone, además, añade:«Organización desde luego que no nos falta en nuestras vidas».
El techo de esta pareja de campeones ni siquiera se vislumbra. Es muy posible que ni ellos mismos lo conozcan. Pero de seguir esta progresión, a buen seguro que de aquí a unos años formarán parte de la élite mundial del patinaje artístico.
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