Secciones
Servicios
Destacamos
Enrique Miranda
Domingo, 18 de septiembre 2016, 01:15
20 horas de nado ininterrumpido. Sin parar ni siquiera para comer y sin traje de neopreno. Con la única compañía de dos kayak y un barco que le seguía en todo momento. Una proeza sobrehumana.
Después de casi un día entero nadando alrededor de Nueva York, el nadador malagueño Christian Jongeneel ha conseguido el reto de darle dos vueltas a nado a la isla de Manhattan, una proeza que solamente habían logrado tres deportistas en toda la historia anteriormente (los tres estadounidenses).
Ayer por la noche, Christian logró darle la primera vuelta al recorrido y, después de pasar toda la noche en el agua, hoy lo ha terminado. La segunda vuelta ha contado con momentos complicados como el paso a través de diferentes puentes y por zonas de corrientes. Pero en todo momento el nadador se ha mostrado bien de ánimos y con fuerzas. Sobre las doce de la noche (6 de la madrugada española) y después de 17 horas de nado, por fin el deportista encaró la bajada del río Hudson, el tramo final. Dos horas más tardes tomó el último avituallamiento y el equipo que le se quedó sin baterías. Se perdió la señal de geolocalización a falta de diez kilómetros y el contacto con la organización. Pero ya apenas quedaban dos horas para completar la doble vuelta, que finalmente ha sido sobre las 4 de la mañana (10.00 hora española).
El reto comenzó a las 7.30 horas en Nueva York (13.30 en España) de este sábado. Jongeneel se lanzó al mar desde un barco y empezó su desafío, siempre acompañado de un equipo que le presta apoyo. El malagueño arrancó con un magnífico ritmo algo superior a los diez kilómetros por hora, pese a que el primer tramo de la prueba alrededor fue con la corriente en contra. El día amaneció con buenas condiciones, sin viento y con una temperatura de agua superior a los 20 grados, más caliente de lo esperado (Jongeneel nada sin traje de neopreno).
El nadador cruzó algunas de las zonas emblemáticas de Nueva York como el puente de Brooklyn y pasó frente a edificios como el Empire State o el edificio de las Naciones Unidas. Cada hora, desde las barcas de apoyo le ofrecían líquidos preparados, fruta o barritas para que el nadador se alimente en plena travesía, sin pararse ni agarrarse al barco. El deportista pasó por algunas zonas difíciles, de confluencia de corrientes, pero no tuvo problemas graves. El objetivo de estas proeza es recaudar fondos, a través de su fundación Brazadas Solidarias y de la Fundación Vicente Ferrer, para mujeres con VIH de la India rural. Los donativos se pueden hacer en la web www.migranodearena.org.
En estos mapas se ha podido seguir la evolución del nadador durante su travesía.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.