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Un impresionante salto de un jugador en el Chiripones 2015.
La fiebre del Ultimate Frisbee

La fiebre del Ultimate Frisbee

La provincia cuenta ya con tres equipos de esta disciplina, en la capital, Fuengirola y Estepona

Vanessa swales

Lunes, 5 de septiembre 2016, 07:27

«¡Backhand!», «¡Forehand!», «¡End zone!», «¡Up!»... Cualquiera que oyera estas instrucciones en torno a un campo de juego podría pensar en una extraña mezcla de tenis, fútbol americano o voleibol. Sin embargo, en realidad se trata solamente del Ultimate Frisbee. No se trata de un simple juego que se practica mientras estás en la playa con los amigos. Es algo más que eso, un deporte que ha venido creciendo desde finales de los años 60 y que ahora está revolucionando España.

El Ultimate Frisbee introduce esa coletilla inicial porque va más allá de los parámetros normales del frisbee de playa.Es hoy en día un deporte de no contacto muy reconocido. Cada equipo posee cinco o siete jugadores dependiendo de si se juega en la playa o en un campo de césped. Los equipos más comunes son mixtos (hombres y mujeres), aunque también existen equipos para las categorías femenina y open (en su mayoría de hombres). El objetivo del juego es pasar el frisbee a un compañero de equipo dentro de la denominada end zone (la zona de puntuación) para lograr sumar un punto.

Existen muchas maneras diferentes de lanzar un frisbee, como backhand, forehand y hammer; algo parecido a los golpes de revés y de derecha en el tenis, y el mate en el baloncesto. Como se puede apreciar, prevalece el uso de palabras en inglés, de frases y términos frecuentemente utilizados en los partidos y entrenamientos. Esto se debe al hecho de que las raíces históricas de este deporte provienen de Estados Unidos.

El frisbee se remonta a la América de los años 40 y tiene sus orígenes en la Universidad de Amherst, donde jugaban con moldes de empanada y platos para hornear tartas antes de que existieran los frisbees de plástico. A su vez, el Ultimate Frisbee nació de un movimiento cultural, cuando el fútbol americano y el baloncesto predominaban y tenían más cobertura en los medios, a la vez que el movimiento hippie invadía la vida contemporánea.

Es el único deporte en equipo que no tiene árbitro e invoca el espíritu de juego, lo que se traduce en que cada jugador tiene la responsabilidad de pitar (o cantar) sus propias faltas y mantener la deportividad durante los partidos, ya sea en un campeonato mundial o en un entrenamiento.

El Ultimate Frisbee se juega en todo el mundo.Existen cerca de ocho millones de jugadores en unos ochenta países. En Estados Unidos hay dos ligas semiprofesionales y, actualmente, en España se está convirtiendo en un deporte muy popular entre estudiantes universitarios.De hecho, ya hay 35 equipos en el país y una Federación Oficial de Disco Volador. Muchos de los jugadores encuadrados en los equipos malagueños son originarios de la provincia.Sin embargo, a lo largo de los últimos dos años, se han sumado jugadores de todas partes de España y Europa para incluirse en los equipos locales. La página web llamada Ultimatecentral.com permite buscar y contactar con equipos de Ultimate Frisbee cuando se viaja a otros países.

Hace solo un año Andalucía contaba únicamente con tres equipos, en Granada, Sevilla y Málaga. Sin embargo, ahora también hay equipos en Cádiz, Almería, Huelva y Jaén. La provincia de Málaga posee ahora tres equipos: los Camaleones, en Málaga capital; los Bokerones, en Fuengirola, y los Volaores, en Estepona. Este mes se celebrará la Liga Regional en Salamanca, donde los mejores equipos de España se verán las caras. Además, en el mes de octubre Santander acogerá el Campeonato de España.

Gonzalo Ponce de León, entrenador y capitán de los Bokerones, fundó el equipo con Lucía Agüera Bravo, capitana, con el objetivo de impulsar la fiebre del frisbee que se ha apoderado de España los últimos años. La mayoría de sus jugadores, de hecho, conocieron el Ultimate Frisbee a través de amigos y familiares o por pura coincidencia. «Conocí el frisbee a través de una amiga muy cercana que me habló de este deporte y me animó a probarlo», explica Marta Quijano Quesada. Después de eso, se enganchó.

Al parecer, este es el caso de muchos jugadores. Muchos practicantes han sido estudiantes de Erasmus que buscaban hacer amigos y probar algo totalmente nuevo. Katharina Petry, de Tréveris (Alemania), estaba estudiando en Málaga cuando jugó por primera vez. Había oído hablar del deporte en su país y vio la oportunidad de ir a jugar en la playa durante sus cuatro meses de estancia. De este modo, Petry cayó en la cuenta de que esto era más que solo un juego: «El Ultimate Frisbee tiene su propio encanto. Combina todo lo bueno de los deportes más conocidos con un toque de fair play». Este espíritu de juego es el verdadero impulsor de esta disciplina.

David Urbano, entrenador y uno de los capitanes de los Camaleones, llega incluso a afirmar que es un deporte que tiene como objetivo impulsar valores:«No se trata de sobresalir ante un rival, sino de promover la tolerancia, aprender a escuchar diferentes puntos de vista y expresar tu opinión con argumentos». Sobre todo, Urbano destaca el hecho de que es una modalidad deportiva que te enseña sobre «tener autocontrol».

Al finalizar cada partido, se hace un spirit circle en el que los componentes de ambos equipos se juntan, lo que representa una forma de conectar con miembros del equipo contrario y de resolver algún conflicto que haya podido surgir. Es el momento de hablar de esos problemas o simplemente de resaltar los aspectos positivos del encuentro.

También el frisbee ayuda a relacionarse a muchas personas, hasta entones completos desconocidos. Es una mezcla de razas, géneros y orígenes, con un componente multicultural que a veces puede ser difícil de encontrar en las zonas turísticas de la Costa del Sol por la barrera del idioma. Originario de Caracas (Venezuela), Richard Matute Sandoval, otro capitán de los Camaleones, lleva tres años viviendo en España y practicando frisbee. «Me ha servido como herramienta para conocer gente nueva, alegre y abierta, a recibir a cualquiera que quiera probar el deporte, deportista o no», cuenta. «Fraternidad y respeto engloban bastante bien lo que este deporte tiene para brindarle a un mundo donde se están perdiendo muchos valores y principios para convivir en sociedad», añade.

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