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Beatriz Gil recibe un ramo mientras recibe el aplauso de Manuel Barón y Francisco Blázquez.
El balonmano le rinde tributo a Pepelu

El balonmano le rinde tributo a Pepelu

Antequera llenó anoche el pabellón Fernando Argüelles para el homenaje del jugador malagueño

Antonio J. Guerrero

Lunes, 28 de diciembre 2015, 00:41

Hay noches que tardan en olvidarse, y la de ayer en el pabellón Fernando Argüelles fue una de ellas. Todo invitaba a que el partido entre España y el Combinado de la Asociación Jugadores de Balonmano sería todo un espectáculo, como así fue. Juego, público, entrega y muchos recuerdos, unos ingredientes que dieron lo mejor de sí, y en la mente la imagen imborrable de José Luis Pérez Canca, Pepelu, y ese trasfondo social de la lucha contra el cáncer.

Más emoción, imposible. Primero con el homenaje al jugador, donde una emocionada viuda, Beatriz Gil, recibió reconocimientos de las federaciones y una camiseta con el nombre de su marido. Y luego, una lluvia de peluches a la cancha, como apoyo a la campaña Stop cáncer, promovida por la organización Cris Contra el Cáncer y mandando SMS al 28014, colapsándose los envíos por los 2.600 espectadores que abarrotaron el pabellón.

Lleno como en las grandes citas del balonmano en la ciudad de los dólmenes, con una larga cola en la puerta gracias a las entradas agotadas para el partido. La afición calentó el ambiente desde el principio, los jugadores de uno y otro equipo invitaron a ello. El speaker, Paco Peramos, hizo su trabajo al cien por cien, los primeros instantes de esta cita fueron espectaculares con los jugadores anunciados uno a uno entre destellos de luces y humo, con el público entregado, acompañados de Rosca y Superpiedra, mascotas de los Hispanos y de Los Dólmenes.

Pero, sin duda, el momento inolvidable fue cuando la viuda de Pérez Canca entró al parqué. El público se puso en pie aplaudiendo durante varios minutos a este gran jugador de balonmano que dejó su huella en el deporte español, y en Antequera, donde jugó sus últimos años de profesional. Beatriz Gil, su mujer, emocionada recogió distintos galardones que le ofrecieron en su memoria, como la camiseta de la selección son su número y nombre.

El partido en sí mismo contó con dos partes bien diferenciadas, una primera mitad de respeto mutuo entre ambas formaciones y una segunda donde España hizo gala del gran equipo que tiene. Manolo Cadenas probó a todos sus jugadores, cambiando varias veces el siete inicial casi en su totalidad, signo de la preparación para el Europeo que está a las puertas. Los primeros en adelantarse fueron los de Antonio Carlos Ortega (que volvió también a la que fue su casa durante tantos años), el marcador fue de ellos en los primeros instantes, tanto que hizo al entrenador nacional pedir tiempo muerto, aquello no le gustó demasiado a Cadenas. Y es que sus jugadores salieron un poco fríos, dejando jugar más de lo esperado a su rival.

A partir de ahí esa igualdad se rompió un poco más, aunque no sería hasta una parada de Vargas en la línea de 7 metros a Carrillo, cuando el equipo español aprovechó esa pequeña distancia, para marcharse con más goles, momento elegido además por Cadenas para cambiar a todo su equipo, salvo Morros y Vargas, que siguieron en cancha, entrando Gurbindo, Antonio García, Ugalde, Mindegía y Dujshevaev. Al filo del descanso, y tal como se había anunciado una y otra vez por megafonía, se pitó un siete metros a favor de España. Entrerríos cedió el balón al ahijado de Pérez Canca, Alejando Pérez Ballesteros, para que lanzara el balón que terminó anotando. Ahí fue cuando la cancha antequerana se llenó de peluches, todos los que estaban en los asientos repartidos en todo el Pabellón y los lanzaron a la pista.

Numerosos voluntarios los recogieron formando unas letras enormes en el parqué donde se pudo leer Stop cáncer, entre los aplausos de todos, jugadores, voluntarios y aficionados que los recogieron al finalizar. La asociación Cris Contra el Cáncer reunió los mismos y con donativos a través de SMS y al término del partido regalaron estos muñecos a todos los que quisieron colaborar. Fue el otro gran momento de la noche, la de la lucha contra el cáncer.

La segunda parte fue la más seria. Los españoles no dudaron en ir a por el partido con un 4-1 que le endosaron nada más salir al combinado de Ortega. No se amedrentaron y los de Cadenas quisieron más. El luminoso fue aumentando con grandes goles vitoreados por el público, aunque los de Miguelón, protagonista del partido siendo el máximo goleador, no fueron menos. El equipo de Ortega no se quedó corto, puso toda la carne en el asador, pero aún así no pudo con una España superior en estos segundos 30 minutos. Esas diferencias se notaron al final, llegando hasta el 33 a 23 del final.

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