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Belman posa con las camisetas del Algarrobo, el Santos Laguna y el Nacional de Madeira.
El exilio dorado de Belman

El exilio dorado de Belman

El malagueño descansa en Benajarafe después de triunfar como técnico en México

Sergio Cortés

Lunes, 19 de octubre 2015, 07:35

Aparentemente, a sus 44 años, en el habla de José Francisco Belman ya no queda rastro de su presencia en el extranjero, pero es en determinadas expresiones cuando sí se observa su paso por Portugal y México. «No me cuesta hacer la maleta. En mi vida lo único que me costó fue salir de Málaga a los 18 años. Pensé: ¿Dónde voy yo? ¿Cómo me llevo a mi madre? Pero a estas alturas...». El que apuntaba a portero blanquiazul para muchos años cuando desapareció el Club Deportivo Málaga ha vuelto a casa, a Benajarafe, después de un exilio dorado primero en el Nacional de Madeira y luego en el no menos modesto Santos Laguna, con el que ha logrado todos los éxitos junto a Pedro Caixinha en el país azteca.

Belman tuvo un azaroso recorrido como profesional en España e incluso en la Segunda inglesa. Todo comenzó en 1991, cuando el Málaga lo cedió al filial del Deportivo, el Fabril. «Allí me sentí a gusto y el Depor me quiso comprar, pero el Málaga no quiso. Y luego el club desapareció... Nada, está visto que mi vida y la del Málaga no se juntan. Sería fantástico porque mi ilusión no es solo trabajar en el Málaga, sino ganar algo importante». En un par de ocasiones lo tantearon (primero como futbolista y después ya como preparador de porteros), pero sin propuestas formales.

La vida cambió para Belman cuando aceptó marcharse a Madeira para jugar en el Nacional. Allí estuvo siete años como jugador y dejó muchos amigos. «Quisieron que me quedara en otras funciones, pero decidí volver a España. Me faltaba un nivel como entrenador y quería probar suerte». Hace siete temporadas le dieron la oportunidad de entrenar al Algarrobo y lo compaginó con el análisis de los partidos del Málaga en Punto Radio. Ya para entonces había estado a un paso del Real Madrid. «Me llamó Míchel y estuvimos reunidos en Valdebebas. Iba a ser el coordinador de porteros de las categorías inferiores. Llegamos a un acuerdo y le pedí dos meses para sacarme el último nivel de entrenador. Luego me dijo que habían pensado en un hombre de la casa, en Canales».

El pique con su hijo Javi, meta titular del juvenil B del Madrid

  • El apellido Belman parece que va a seguir sonando en el fútbol español. Su hijo Javi, que nació en Alicante y ha residido casi siempre en Madrid, es también portero (y titular) en el juvenil B del Real Madrid. Los piques entre ambos son habituales. «El pasado día 4 cumplió 17 años y ya mide 1,85. Anda bien y la temporada pasada perdieron en las semifinales del Mundial de clubes, pero siempre le digo que yo a su edad ya era internacional... Tenemos buenos piques con eso» El mayor de los tres hijos de Belman se formó en el Rayo Majadahonda y luego recaló en el Getafe, club del que llegó al Madrid. Su padre asegura que es «muy diferente» a él. «Con los pies es de otro mundo y luego domina mucho el juego aéreo. Es de un corte parecido a Courtois. Yo, en cambio, era más potente y ágil, un gato bajo los palos», confiesa.

Y decidió volver a Madeira. «Estuve otros tres años y en el último año conocí a Caixinha, con el que ganamos incluso el Carranza. Ya ve, el Nacional, tan modesto, es el único equipo portugués que ha logrado el Carranza». Su sintonía con Caixinha fue total «es como Mourinho en muchas cosas», recalca, así que no le sorprendió que lo llamara para acompañarlo a México. «Primero pensé: Ni de coña. A mí me echaba para atrás la inseguridad en el país. Pero Marc Crosas (jugador) y Albert Espigares (entrenador) me transmitieron que había mucha tranquilidad, cómo se vivía el fútbol, las instalaciones que había... Total, insistieron desde el club una barbaridad y me hicieron una gran oferta y decidí probar suerte».

Los tres años en el Santos Laguna, equipo de la ciudad de Torreón (con cerca de millón y medio de habitantes), han sido para él «fantásticos». Y la experiencia ha sido enriquecedora porque su papel no se ha limitado a la preparación de porteros. «Hemos explotado como cuerpo técnico. El primer año esa era mi función, pero en el segundo, con la llegada de otro preparador físico, pasé a ser auxiliar técnico. Me sentaba en el banquillo y contaban conmigo en aspectos tácticos, hasta el punto de que muchas situaciones fueron sugeridas por mí». En México el joven Santos Laguna, el equipo con la media de edad más baja (23 años), logró primero ser subcampeón de la CONCACAF «nos faltó poco para ir al Mundial de clubes», recuerda, después accedió a la Copa Libertadores tres once años, a continuación se alzó con dos trofeos relevantes (la Copa Jalisco y la Copa Aeroméxico) y, para concluir, la Copa, la Liga y ser campeón de campeones (se miden los vencedores de los torneos Clausura y Apertura) ante el Monterrey. «Y eso que vendíamos a los jugadores importantes y se iban jubilando las referencias del equipo», apunta. Hubo que tirar mucho de las categorías inferiores. «Veo el caso de los Samus y ahora de Pablo, y yo lo tengo claro. En estos casos hay que decir aquello de ¡A jugar!».

Pero curiosamente, entre tantas situaciones emotivas, Belman asegura que no es de lágrima fácil. Solo admite que lloró una vez, y no por el Santos Laguna. «Yo he presumido mucho de malaguismo. Es más, en México he soportado muchas bromas sobre si yo era el culpable de que no jugara Memo Ochoa, que si yo había dado informes positivos de Kameni... Siempre he seguido mucho al Málaga, todo lo que he podido por el tema de las televisiones, pero sobre todo con Pellegrini. He presumido mucho de malaguismo. Imagínese cómo viví el partido de Dortmund. Yo nunca he llorado por el fútbol y aquella noche lo hice de impotencia».

¿Existe tanta diferencia entre el fútbol español y el portugués o el mexicano? Belman hace una valoración muy clara: «España es la excelencia en lo técnico, lo táctico y lo físico. En México la parte técnica es buena, la táctica queda un poco lejos y en la física se trabaja bien, pero falta profesionalidad. Sobra mucha fiesta. Nosotros, pese a tener a jugadores muy jóvenes, supimos comprometerlos. Respecto a Portugal, se ha progresado mucho aunque los grandes (Oporto, Benfica, Sporting, ahora Braga) marcan mucho la diferencia. El resto tiene buenos jugadores, pero como conjuntos son muy limitados. Es cierto que a nivel físico y táctico han crecido, pero aún se observan muchas situaciones de desorganización».

Ahora Belman descansa en Benajarafe. El cuerpo técnico de Caixinha renunció al poco de empezar la temporada con el Santos Laguna y no descarta que a corto plazo tenga otra vez que marcharse al exilio. ¿Estados Unidos, otra vez México, quizá Europa? Ya comienzan a recibir ofertas. «Ya no pienso como cuando tenía 18 años, que decía: ¿Qué hago yo fuera de mi Málaga?» Las maletas y el pasaporte están preparados.

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