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Víctor Tomás celebra un gol.
España se destapa ante Catar
Mundial de balonmano

España se destapa ante Catar

La selección de Manolo Cadenas ofreció su mejor versión para superar con táctica, juego y calidad al equipo de Valero Rivera

Miguel A. Pindado

Miércoles, 21 de enero 2015, 04:05

Apareció lo mejor de España justo cuando se necesitaba. Las dudas por la inconsistencia del equipo de Manolo Cadenas en los tres partidos anteriores y ante rivales de menor enjundia quedaron disipadas ante el primer rival de entidad, el anfitrión Catar. La selección española no solo supo controlar el ritmo del partido, sino que supo sobreponerse en la primera mitad a la excepcional actuación del guardameta Stojanovic y en la segunda parte a las exclusiones rigurosas de los colegiados serbios. Además, Cadenas supo cambiar el dibujo táctico en el momento adecuado, cuando Catar se había fiado en exclusividad al brazo de Markovic o de Capote, para cegar las posibles ideas de los anfitriones y dar la puntilla en los cinco últimos minutos, de la mano, cómo no, de Cañellas y Julen, con la inestimable colaboración de Chema en la creación. Así pues, España logra la primera victoria de auténtico mérito en este mundial que le garantiza prácticamente la primera plaza del grupo y un supuesto mejor cruce en los octavos de final.

España comenzó el encuentro muy enchufada, tanto en defensa como ataque. Precisamente fue Valero Rivera Folch el encargado de marcar el primer gol del partido y los dos siguientes para la selección española, dejando bien claro que sobre la pista se olvidan las relaciones paternofiliales. El equipo de Manolo Cadenas manejaba con autoridad los tiempos del juego, defendiendo con orden para evitar los lanzamientos lejanos de Capote o Markovic, y también para montar los contragolpes. El ataque estático enseguida se pudo comprobar que iba a ser un pequeño talón de Aquiles. Con Julen Aginagalde perfectamente controlado y vigilado, la única opción eran las fintas de Raúl Entrerríos, empeñado en penetrar por el lado izquierdo del ataque, dejando en poco más que anecdótico toda el lateral zurdo. Cierto es que Maqueda no estuvo nada afortunado en sus acciones y perdió cuantos balones le llegaron a sus manos en el primer periodo. Pese a todo, en defensa España era muy superior y ello le permitía mandar en el marcador. Los cambios en el equipo español mantuvieron la intensidad y el nivel de juego, si bien las paradas de un excepcional Stojanovic (11 paradas, dos penaltis incluidos, en la primera parte), fueron minando las opciones hispanas, aunque los cataríes tampoco conseguían acercarse. Pero la doble exclusión de Rocas y Morros a falta de poco más de cinco minutos, dio alas al conjunto anfitrión, que con un parcial de 3-0 se marchó al descanso con un 10-8 a su favor. A pesar de ello, la superioridad táctica y de juego del equipo español había sido manifiesta y sólo era cuestión de acertar en las claras opciones de ataque para enjugar esa diferencia.

Por eso mismo, tras el descanso nada cambió en el equipo español, que siguió atenazando cualquier intento de jugada catarí. Pero entonces apareció el brazo de un Markovic prácticamente inédito en la primera mitad. Si en los primeros 30 minutos los de Valero Rivera intentaban jugar con combinaciones, buscando los extremos o el pivote, ahora se limitaban a un cruce y balón para el acertado Markovic. Y el montenegrino no falló. Hasta siete goles anotó en la segunda parte. Por su parte, España jugaba con acierto los ataques, llevando las jugadas hasta los extremos, donde Valero Rivera y Víctor Tomás se mostraron mucho más acertados, pero no era suficiente el intercambio de goles. Cadenas ordenó salir a buscar el brazo de Markovic, pero entonces tomó el relevo el cubano Capote (5 goles en la segunda parte).

Al llegar al ecuador de esta segunda mitad, se habían anotado prácticamente los mismos goles que en toda la primera parte. España había conseguido igualar el marcador después de quince minutos, pero no bastaba para frenar a su rival y ponerse por delante, por lo que Cadenas apostó por Chema Rodríguez como director de juego e iniciar una defensa con 5-1 para evitar los lanzamientos lejanos de los cañoneros cataríes. Y cuando todo hacía indicar que España iba a tomar el mando, la exclusión de Chema y poco después un error en los cambios, permitió a Catar contar con cuatro minutos de superioridad. Ahí salió a relucir la calidad que atesora el equipo español y que solo se ha visto con cuentagotas hasta ahora. Con cinco hombres en pista no solo mantuvo el tipo, sino que marcó por medio de los infalibles Cañellas y Aginagalde, y con la aportación justa e imprescindible de Gonzalo Pérez de Vargas bajo los palos. Catar desaprovechó su ocasión y lo pagó bien caro. Tras una serie de decisiones arbitrales cuando menos discutibles que España solventó con acierto, al final no les quedó más remedio a los serbios que señalar una exclusión a Catar. Y fue la puntilla. España se colocó por delante 24-25 y con su 5-1 asfixió por completo al equipo de Valero Rivera. Catar ya no sabía si defender los extremos o vigilar a Aginagalde y España se llevó una más que merecida y bien ganada victoria (25-28).

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