Triángulo de las Bermudas

Resumiendo: que el Málaga se juega mucho en estos dos partidos, por arriba o por abajo. Deben tomar conciencia de esa responsabilidad tanto jugadores y entrenador como el mismo club, con el convencimiento de que se va a ganar ahora, antes de que la angustia ponga las cosas más difíciles. Sus últimas victorias dan margen para la esperanza.

En cuanto a los llamados grandes ocurre algo similar. Se amontonan los partidos. Una vez resuelto el trance de los dieciseisavos, la Champions sigue adelante y los equipos 'combatientes' empiezan a poner en marcha sus estrategias a la vez que miran de reojo a los posibles futuros adversarios, caso de superar esta eliminatoria que ya tenemos entre manos. Pero antes de que lleguen los nuevos enfrentamientos cabría preguntarse a quién le tocará ahora jugársela a una eliminatoria, si a Simeone o quizás otra vez a Ancelotti… Y digo esto por el afán de ciertos medios nacionales de ajusticiar en casos que no pasan de la anécdota. Miramos la Champions y, otra vez, el dichoso y mosqueante sorteo depara otro reencuentro entre dos equipos españoles y madrileños, además. El morbo está servido. Y esa especie de triángulo con el Barcelona a la espera y que me recuerda al de las Bermudas, aunque sólo sea por lo que tiene de antiguo, misterioso e increíble. Como dicen los taurinos, que Dios reparta suerte.