Líderes en el desastre

En el Sánchez Pizjuán empezó a fraguarse el desatino con la polémica marcha del secretario técnico Monchi y los traspasos por sorpresa del portero Bono y el defensa Koundé, sus máximas figuras, no reemplazados convenientemente. Y por si no fuera bastante, cuatro entrenadores en un mismo año; el último, llamado para tratar de 'arreglar' la situación, vino de Sudamérica sin la más mínima idea de lo que ocurría en el fútbol español. Tenía que ocurrir lo que ha ocurrido. Un disparate de principio a fin, con el colofón de los clásicos Del Nido, padre e hijo, tirándose los tratos a la cabeza. Y lo que es peor, el Sevilla en la cola de la clasificación.

Por lo que respecta al Barcelona, casi lo mismo: un presidente que se cree un Dios y mete mano en el equipo desautorizando y hasta humillando al entrenador, Xavi, que parece estar perdiendo los papeles con declaraciones que son pura fantasía. Y verán que en ambos casos, Sevilla y Barcelona, omito nombres que son de todos conocidos; además, se trata de una reflexión personal que podría aplicarse a otros clubes de menor entidad que viven situaciones parecidas. Ya vendrán tiempos mejores. Ahora bien, entre tanto desatino y situaciones de apuro, un paréntesis: el deseo de una feliz Navidad para todos.