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Los «guardianes» de la piscina olímpica
Socorristas

Los «guardianes» de la piscina olímpica

78 socorristas velan por la seguridad de los mejores nadadores del mundo durante su participación en los Juegos de Río. Cobrarán 425 euros y se muestran ilusionados por su trabajo pese a que algunos no entienden su presencia entre las grandes estrellas de la natación.

AFP

Martes, 9 de agosto 2016, 19:50

Josue Ribeiro, a punto de alcanzar la cuarentena, lleva años recorriendo las calles de la región de Guaratiba con su mototaxi. Estas dos próximas semanas, sin embargo, su vida ha dado un giro radical. Socorrista profesional durante seis años, Ribeiro se ha convertido en una de los 78 «guardianes» de la piscina olímpica durante los Juegos Olímpicos de Río y uno de los responsables de que los mejores nadadores del mundo no se ahoguen.

Una ley aprobada en 2001 en la ciudad anfitriona de la competición exige que todas las residencias, hoteles y clubs deportivos con piscina deben contar con un equipo de socorristas. Esto, por tanto, también debe aplicarse a la piscina olímpica en la que desde el pasado sábado los mejores nadadores del mundo compiten por las preciadas medallas.

«Nos presentamos muchas personas a las pruebas y afortunadamente me contrataron», cuenta ilusionado a un periodista de la agencia AFP cuando se le pregunta por los pasos que tuvo que dar para conseguir este empleo. Según la prensa local, los 78 seleccionados cobrarán un salario de 1.500 reales (unos 425 euros), por custodiar las siete piscinas olímpicas, incluidas las de entrenamientos y competición.

Josué patrulla el borde de la piscina en las hora de la sesión de práctica con su uniforme de camiseta amarilla con la palabra «salvavidas» escrito en portugués e inglés en letras rojas, pantalón corto y gorra, Lleva un flotador naranja cruzado y usa chanclas de caucho. «Debemos estar siempre vigilantes ya que cualquier nadador puede sufrir calambres dentro del agua o ahogarse. Estamos aquí para ayudar. Si hay un problema, yo soy el primero en estar allí», explica, añadiendo que el procedimiento de emergencia es «saltar a la piscina, sacar a la persona del agua y esperar a la ambulancia» ¿Y hasta ahora se registró algún incidente? «¡Gracias a Dios, no!», dice sonriente.

Incidentes en anteriores Juegos Olímpicos

El mayor accidente en una piscina olímpica de la historia de los Juegos fue el que sufrió el estadounidense Greg Louganis en Seúl'88. Al saltar durante la competición de salto, se tiró de forma extraña y golpeó su cabeza contra el trampolín tras girar en el aire. Pese al gran susto, no necesitó ayuda y pudo salir por su propio pie de la piscina. En Roma 60, la nadadora estadounidense Carolyn Wood tragó agua y tuvieron que rescatarla. Más recientemente, en Pekín 2008, una nadadora japonesa de sincronizada se desmayó en la piscina a causa del esfuerzo exigido para su prueba.

Josue no piensa, sin embargo, en convertirse en un héroe de la piscina olímpica. Le basta sólo con cumplir con su trabajo de «guardián» y tan siquiera codearse con las estrellas de la natación mundial le despierta interés. «La verdad es que a la mayoría no los conozco, llevo trabajando desde los 16 años y apenas he visto natación en la tele. A algún brasileño sí, como a Thiago Pereira, pero aún no lo he visto por aquí todavía».

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