Martín Dockx: «Somos un conjunto, pero el más importante es el caballo»

Llega a París con 50 años y un elevado nivel de madurez. La experiencia es un grado y Martín Dockx ya sabe de qué va la película. Como los primeros Juegos, reconoce, no hay nada, aunque le ilusiona y le enorgullece sentir y estar al máximo nivel, en la cresta de la ola, doce años después de su debut olímpico.

–¿Cuál es su primer recuerdo de unos Juegos Olímpicos?

–La impresión de competir y de ver a tantos atletas de distintos países y disciplinas. Ver a 12.000 ahí, juntos, contigo, impresiona mucho.

–¿Quién era su ídolo en la infancia?

–Ídolos no tenía, aunque sí había jinetes o amazonas que me gustaban mucho. El sueño de estar en unos Juegos lo tienes siempre, aunque no pensaba, entonces, que se fuese a hacer realidad.

–¿Qué es lo que más le ilusiona de París 2024? Teniendo en cuenta que son sus terceros Juegos Olímpicos.

–Lo que más ilusión me haría sería tener un buen resultado y quedar bien, más o menos acorde a lo que venimos haciendo todo el año. Eso sería lo que más me ilusionaría.

–¿Tiene algún referente que vaya a estar en París con usted?

–Rafa Nadal. Para mí representa todos los valores del deporte. Como atleta y la lucha que ha tenido, dándolo todo en la pista. Es la imagen que da al exterior. Es una persona que cumple con todos los requisitos.

–¿Se conocen?

–Coincidí con él en Río y nos hicimos una foto, pero no lo conozco. Me encantaría.

–Si no existiera la doma clásica... ¿En qué otra disciplina le hubiera gustado ser olímpico?

–En baloncesto. De niño me encantaba y lo practicaba mucho. Sin duda elegiría esa, de no ser por la doma.

–¿Ha estado en París anteriormente?

–Estuve una vez, pero de paso. Sabemos que es una gran ciudad, una de las más importantes no sólo de Europa, si no del mundo. Van a ser unos Juegos Olímpicos muy especiales.

–¿Qué sería para usted hacer un buen papel en los Juegos?

–Para nosotros, sacar un diploma olímpico, la verdad. La competición en doma clásica está muy reñida. Los demás son muy fuertes. Si tenemos suerte, el concurso va bien y podemos rendir al máximo, creo que podremos sacar el diploma olímpico. Para nosotros sería un éxito.

–¿Cómo fueron los últimos días de preparación?

–Ajetreados, la verdad, por la preparación del caballo y todo el papeleo que hay que rellenar, que es mucho, porque no sólo viajas tú, también el caballo. Y también atender a todos los medios, que se hace encantado. Muy feliz.

–¿Cómo han sido las últimas competiciones?

–Nos fuimos a Alemania, a Kronberg. Esa fue la última competición que hicimos y también la decisiva para la Federación, para tomar la decisión de los miembros que van a coger para participar en doma clásica.

–¿Se viven unos terceros Juegos con la misma ilusión que los primeros?

–Como los primeros la verdad es que no hay nada. Es algo que no esperas en tu vida y cuando lo consigues es increíble. Como eso no hay nada. Pero los terceros también se viven con mucha ilusión, porque van pasando los años y siguo estando al mismo nivel que estaba hace doce años, que fueron los Juegos Olímpicos de Londres. Eso te enorgullece muchísimo como deportista.

–¿Puede decir que está, quizá, en el mejor momento de su carrera deportiva?

–Sí, la verdad es que ha sido un año muy bueno. Histórico, incluso. Ha sido fantástico. Me pilla con más madurez que hace tiempo. Y sí, me encuentro en un buen momento.

–Va a competir en un entorno idílico, los jardines del Palacio de Versalles.

–Eso es impresionante. Solo con ver las fotos ya te quedas alucinado. Eso hace más grande la cita, más grande el deporte y yo creo que va a ser una cosa impresionante. Y creo que estará lleno, porque con todo el que he hablado me ha dicho que se han agotado las entradas. Va a ser muy bonito de vivir.

–¿Cómo es la vida en la villa olímpica?

–Nosotros al final pasamos todo el día en el centro hípico. Somos un conjunto, porque los dos tenemos que estar a tope, pero el más importante es el caballo. Así que nos pasamos casi todo el día en la cuadra con ellos. Y luego, cuando llegas allí, resulta impresionante ir por las calles y ver como uno hace ciclismo, otro atletismo... También es impresionante el comedor, porque son inmesos y allí hay gente de todos los países y disciplinas, y algunos no los conoces. Cada uno con sus costumbres y sus cosas. Al final, tampoco es que allí hagamos mucho. La comida o la cena. Pero es impresionante ver la vida que tiene la villa en esas semanas.

–¿Y cómo es el ambiente en las calles?

–Muy bueno. En Río por seguridad no salíamos mucho de la villa, pero en Londres sí lo hacíamos y la verdad es que es impresionante ver como las ciudades se vuelcan con los deportistas, dándote ánimos y parándote. Los servicios que tiene la ciudad esa semana para los deportistas... Y la gente se vuelca.