Luces y sombras de los olímpicos malagueños en París

Suele suceder que, por muy preparado física y mentalmente que se llegue a esta gran cita, uno nunca sabe qué puede suceder en unos Juegos Olímpicos. Quizás alguien que no partía como favorito da la campanada, mientras que el líder del año puede sufrir algún inconveniente y quedarse fuera de los puestos de medalla. Así es el deporte, y así ha sido también la actuación de los ocho olímpicos malagueños que han llevado el nombre de la provincia por bandera en esta edición. En general, luces y sombras, sorpresas y decepciones.

Por supuesto, la mayor alegría, el gran protagonista malagueño en París 2024 es el hombre que este sábado se subió al podio olímpico: Ayoub Ghadfa. El marbellí, que partía como vigente campeón de Europa, deslumbró combate tras combate, imponiéndose incluso al medallista de bronce en Tokio, hasta plantarse en una histórica lucha por el oro. Hacía 24 años que un boxeador español no alcanzaba una final olímpica. En su caso, el púgil se colgó la plata tras caer ante Jololov, que acaba aquí su ciclo olímpico para centrarse ahora en el profesionalismo. La tercera plata olímpica para el boxeo nacional, pero también para la provincia de Málaga en toda su historia, tras la conseguida por Berni Rodríguez en Pekín 2008, con la selección de baloncesto, y la del karateca Damián Quintero, en Tokio 2020.

Tras él, sin duda, la mayor sorpresa al firmó el malagueño Alberto González, que pasó de ser el tercer triatleta español en conseguir su plaza para París, a ser el mejor deportista nacional, de largo, en su prueba. El joven de 26 años tuvo a todo el país en vilo, llegando a pelear por las medallas en varios momentos de la prueba. Finalmente, cuando parecía que se quedaba fuera del 'top 10' al quedar relegado en los últimos compases, el malagueño sacó a relucir su potente 'sprint' para lograr un histórico diploma olímpico, un octavo puesto tremendamente meritorio. Días después, también compitió con el equipo de triatlón mixto por relevos, firmando él la posta más rápida del conjunto, aunque por desgracia, siendo también penalizado en varias ocasiones, lo que acabó influyendo en el resultado final. Aun con ello, España se quedó a siete segundos del diploma.

La tercera deportista malagueña que brilló con luz propia en París fue la reputada Azahara Muñoz. La golfista sampedreña se despidió de París, y probablemente del universo olímpico (a sus 36 años), sellando la mejor posición de su carrera en unos Juegos (13ª). Se resarció de una mala primera vuelta (+6) y firmó la mayor escalada de la competición, con tres rondas logrando una tarjeta de 69 golpes. Subió hasta 37 puestos y se quedó a sólo dos golpes del diploma y a cuatro de la medalla de bronce. De haber hecho una buena primera vuelta, habría optado claramente al podio.

En los deportes acuáticos comenzaron a venir las sombras. Por un lado, la regatista esteponera Ana Moncada sufrió una semana con muchos altibajos. Pasó por una descalificación, varias regatas por debajo del 'top 20' o incluso 'top 30', pero también dejó buenos momentos, en los que firmó un sorprendente primer puesto en una de las magas y otro noveno en la última, para marcharse, al menos, con buen sabor de boca. Sin embargo, finalmente, concluyó 29ª. En las prueba de natación en aguas abiertas en el río Sena, la fuengiroleña María de Valdés vivió la peor carrera de su vida, según ella misma explicó. Se vio sobrepasada por las durísimas corrientes del río y pese a que no decayó en su intento por alcanzar la parte alta, acabó pagando el sobreesfuerzo y no pudo más que concluir 17ª.

En los deportes de equipo no mejoró la situación. Tanto el malagueño Alberto Díaz, en baloncesto, como la malagueña Marta López, en balonmano, concluyeron últimos de sus grupos. Fue mejor el papel que mostró la selección de Scariolo, encuadrada en el grupo de la muerte con Canadá, Australia y Grecia. España dio una muy buena imagen imponiéndose al cuadro heleno y plantando cara a Canadá, pero por desgracia, no fue suficiente. En el caso de las Guerreras, no ganaron ni un solo partido de los cinco que disputaron en la fase de grupos, lo que provocó el peor resultado histórico para el equipo (12º). El papel de la extremo en lo personal, fue realmente bueno, con 19 goles, pero las de Ambros Martin no lograron sacar su mejor faceta y acabaron últimas. Para más inri, Sole López acudió a París como reserva y no pudo debutar finalmente, una lástima, dado que había formado parte de todos los procesos clasificatorios.

El octavo malagueño en liza, el mijeño José Daniel Martín Dockx, por desgracia, no llegó a debutar. El jinete, que llegaba en el mejor momento de su carrera, se vio obligado a retirarse el día previo a su concurso por el estado de salud de su caballo, 'Malagueño LXXXIII', que presentó molestias en el cuello y malestar general. Una lástima, pues podrían ser sus últimos Juegos.

Cabe mencionar también a dos malagueños más. Por un lado, el tenista Alejandro Davidovich, que aun siendo convocado, renunció a priori por sus problemas de lumbalgia, aunque también para no renunciar al circuito profesional, dada su necesidad de sumar puntos en el 'ranking' ATP y remontar puestos. Por otro lado, cabe poner en valor el papel de Antonio Carlos Ortega, que regresó al olímpismo como seleccionador del combinado masculino de Japón, un equipo en crecimiento. No logró ganar, pero plantó cara en varias citas.

Ayoub Ghadfa (boxeo): Plata en el peso superpesado.

Alberto González (triatlón): Octavo (diploma) en la prueba individual y noveno en el triatlón mixto por relevos.

Azahara Muñoz (golf): decimotercera en el torneo femenino.

María de Valdés (natación): Decimoséptima en los 10 kilómetros en aguas abiertas.

Ana Moncada (vela): Vigésimonovena en ILCA 6.

Marta López (balonmano): La selección española fue decimosegunda, última.

Alberto Díaz (baloncesto): La selección española fue décima y última de su grupo.

José Daniel Martín Dockx (hípica): Sin competir por enfermedad de su caballo.

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