La doble vinculación malagueña de la campeona olímpica Maica García

Hablamos de la experimentada y reputada jugadora de la selección española de waterpolo Maica García. No, no es una jugadora cualquiera. Esta boya de 33 años e imponente físico (1,88 de estatura), es una de las caras más laureadas del waterpolo nacional: campeona del mundo en Barcelona 2013, tres veces campeona de Europa, en Budapest 2014 y 200 y en Split 2022, y por si fuera poco, tres veces medallista olímpica. Fue plata en Londres 2012 y Tokio 2020 y, en estos sus terceros Juegos, en París, ha cerrado el ciclo de oro al convertirse en campeona olímpica, siendo además pieza indiscutible del equipo.

Pero es que además, su palmarés continúa a nivel de clubes: acumulando ya 16 Ligas, 15 Copas de la Reina, 12 Supercopas de España, 7 Copas de Europa, 4 Supercopas y 13 Copas de Cataluña, además de incontables MVP y las medallas de Plata y bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo, otorgadas por el Consejo Superior de Deportes. Todo ello logrado con el Club Natación Sabadell, de la localidad en la que nació y creció.

Cuesta imaginar que esta leyenda del waterpolo tenga vinculación directa con el pequeño municipio axárquico de Periana, con poco más de 3.000 habitantes, en plena montaña, y sin una sola piscina. Aunque haya pasado y siga pasando toda su vida en Cataluña, la campeona olímpica acude siempre que puede a la tierra de su familia materna y los municipios vecinos, donde disfruta de unos días de desconexión. Incluso, en varias entrevistas ha llegado a comentar lo que le gusta la zona, e incluso que se siente de aquí.

Una tierra en la que, además, cuenta con una de sus mejores amigas y compañeras de batallas, que no es otra que la olímpica mijeña Duane da Rocha, tres años mayor que ella (36). Es más, la laureada nadadora malagueña compartió estos días en redes sociales unas fotos junto a Maica, dado que estuvo presente en la grada parisina durante la gran final de su amiga. Orgullosa, la vio cumplir el sueño de subirse a lo más alto del podio olímpico, donde rompió a llorar ya con su medalla al cuello.

Ambas coincidieron tanto en los Juegos Olímpicos de Londres y también en los de Río de Janeiro 2026, así como en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat (allí estuvo la malagueña dos años) y también como parte del equipo de deportistas y estudiantes de la UCAM. Aunque la carrera de cada una ha desembocado en un sitio diferente, siguen conservando una muy buena amistad. Ahora, un pedacito de este histórico oro olímpico (ganado a Australia, por 11-9 en la gran final) también recalará en la provincia de Málaga.