Davidovich gana a Millman y se vuelve a citar con Djokovic

Tras ceder ante el serbio con claridad hace meses en Roma, Davidovich está jugando al menos para un resultado más reñido. Quedaría para la historia protagonizar un sorpresón ante el serbio, que se ha propuesto este curso ganar las cuatro citas del Grand Slam y el oro en los Juegos, hazaña sólo lograda por Steffi Graf (en féminas) y para la que ya sólo le queda el laurel olímpico e imponerse en el US Open.

En el primer set Davidovich mantuvo bien el pulso y la exigencia del choque, que era evidente que iba a resultar mucho más difícil que el inicial ganado a Pedro Sousa. En un partido jugado siempre con muchos intercambios desde el fondo de pista, con un perfil tenístico muy parecido de los contendientes, el malagueño ya logró una primera ventaja en el tercer juego, pero no consolidó el 'break' en el siguiente cuando dominaba con 30-0 al complicárselo todo con dos dobles faltas. Ese fue su mayor rival todo el choque.

El set estuvo amenazado más tarde al verse con 4-4 y 0-30, pero el malagueño, dirigido en Tokio por Sergi Bruguera, supo salir del atolladero salvando dos bolas de 'break' y rompiendo en el siguiente juego y cerrando con 6-4 instantes después de que Millman sufriese una leve torcedura en su tobillo izquierdo. Ni siquiera paró el juego el australiano, aunque sí que fue vendado en la articulación al término del set.

Ganar el primer parcial le dio algo más de tranquilidad cara a un inicio del segundo aún más igualado. Por momentos Millman, que no ofrecía síntoma alguno de mostrarse limitado por el percance en el tobillo, ganaba en el total de puntos sumados en el choque, lo que daba idea del equilibrio, pero Davidovich tuvo paciencia para aprovechar sus primeras opciones de 'break' y sin conceder ninguna. Desperdiciada una en el tercer juego, sí valió la del séptimo, y acariciaba ya el triunfo. Entonces reapareció el fantasma de las dobles faltas. Con 5-4 y 30-30, a punto de cerrar el choque, cuatro servicios seguidos fallidos dieron al traste con el trabajo anterior y se acabó condenando a un 'tie break' que le fue esquivo (4-7), pese al balance de 9-4 que presentaba este año en esta fase decisiva de los partidos en el circuito ATP.

Tras un descanso más amplio por las altas temperaturas y elevada humedad en Tokio, Davidovich, sin fustigarse ya por la ocasión perdida minutos antes, recuperó el esquema idóneo de partido y se situó enseguida con un tranquilizador 3-0, y más tarde con 5-1 y saque... pero volvieron las dudas. Increíblemente, otra vez no fue capaz de cerrar al servicio el pase a octavos, y tampoco al resto en un juego largo en el que ya tuvo las dos primeras bolas de partido. A la cuarta fue la vencida. Al saque, con casi tres horas de partido jugados y diez dobles faltas que casi le juegan una mala pasada. Por eso el alarido de «¡¡¡¡¡vamos!!!!!», se oyó a kilómetros a la redonda en Tokio.