Ayoub Ghadfa vuelve a hacer historia y luchará por el oro olímpico

El bronce no era suficiente para él. Luchó contra sus miedos, contra un peligroso rival y contra todo un estadio en su contra ayer, y lo logró, con un boxeo más limpio, ágil, rápido y contundente, con un físico envidiable y mucha elegancia. Lo hizo lo mejor que supo, y lo consiguió. El boxeador marbellí Ayoub Ghadfa volvió a hacer historia al derrotar al francés Djamili-Dini Aboudou en la semifinal de los Juegos de París y ahora ya es, como mínimo, subcampeón olímpico de peso superpesado (+92 kilos).

Entra a formar parte del selecto grupo de cinco olímpicos malagueños que han logrado a ser plata o bronce en toda la historia de los Juegos, pero además, es el boxeador español que más lejos ha logrado llegar en París. El vigente campeón de Europa, de 25 años, venía dispuesto a luchar por todo, y así lo ha cumplido.

La delegación española, pese a su ciega fe en Ayoub, sentía cierta incertidumbre con respecto al posible criterio de los jueces, sobre todo dadas las quejas de sus boxeadores Emmanuel Reyes y Rafa Lozano en sus últimos combates. Para más inri, el público estaba completamente volcado con su representante local. Ya se vio desde la presentación de los púgiles, donde se aclamó al francés y se abucheó al español, pero también durante todo el combate. Las miles de gargantas del Philippe Chatrier (Roland Garros) retumbaban en el estadio. Pero fue clave una frase del ‘coach’ del malagueño: «La gente, que diga lo que quiera, aquí arriba estás sólo tú con él».

La tensión podía cortarse con un cuchillo en el primer asalto, que comenzó ya muy activo, con un gran intercambio de golpes, más templanza por parte del marbellí, pero también buenas sensaciones del francés. A falta de un minuto para el cierre del ‘round’, todo parecía bastante igualado, aunque el local parecía desestabilizarse en ocasiones. Por fortuna, los jueces vieron en Ayoub al vencedor de estos tres primeros minutos. Tenían que cambiar las tornas en el segundo, y lo hicieron. Aboudou quería tomar las riendas pero físicamente demostraba constantemente estar muy por debajo del malagueño. De hecho, llegó a caer varias veces al suelo, más descoordinado. El malagueño comenzó a jugar todas sus cartas, manejar las distancias, mover al rival para seguir desestabilizándolo y sacar a pasear su largo y potente brazo. Ganó confianzas al verse en plena forma y con mucha más seguridad que su rival y eso premiaron los jueces, con un pleno de tarjetas para Ayoub.

Llegó el tercer y decisivo ‘round’, el público seguía volcado con el rival, pero Ayoub hacía oídos sordos. Fueron los minutos más duros del combate: ninguno quería perderse la final. En un desliz, el malagueño cayó al suelo, lo que hizo saltar las alarmas. Aunque bien es cierto que se levantó al más puro estilo ‘hollywoodiense’, de un salto que no tardará en hacerse viral en las redes. Ahora no se podían perder los nervios. En sólo unos segundos, recuperó su mejor versión, mucha movilidad de piernas, intercambio de golpes nuevamente y, por fortuna, más certeros y contundentes para el malagueño. Aunque le concedieron el tercer asalto al francés, dieron por claro ganador al malagueño; logró silenciar Roland Garros.

En la final, este sábado a las 22,50 horas, se medirá nada menos que al ‘coco’ de la competición, el máximo aspirante al título olímpico: el uzbeco Bakhodir Jalolov, de 30 años, 2,01 de estatura, bicampeón del mundo (en 2015 y 2023), y campeón olímpico en Tokio 2020, además de acumular otro bronce mundial y un quinto puesto en los Juegos de Tokio. Un hombre que, ni en la semifinal de ayer ni en los combates previos, ha concedido un solo asalto. Este miércoles, de hecho, ni siquiera cedió una tarjeta al alemán Tiafack, lo que habla de su poderío. ¿Puede ganar el malagueño? Puede. Si bien no es favorito sobre el papel, ha demostrado durante todo el torneo que está listo para hacer grandes cosas, y desde luego, reúne todas las herramientas para hacer historia.

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