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Llegados a este punto, ¿por qué no soñar? Hasta hace unos meses, el marbellí Ayoub Ghadfa ni siquiera sabría si podría llegar a ser olímpico en París. Tuvo que ganarse su plaza en el Torneo Preolímpico. Ahora que está nada menos que en la gran final, ya con la medalla de plata asegurada y con el rival más duro del mundo al otro lado del 'ring', no tiene nada que perder, sólo puede ganar. El joven púgil malagueño de 25 años quiere revolucionar el estadio de Roland Garros este sábado por la noche (a las 22.50 horas), escenario al que silenció ya el pasado miércoles cuando, en una dura semifinal, logró imponerse al anfitrión francés Djamili-Dini Aboudou.
Aquella estampa, levantando su mano al cielo tras ser abucheado de inicio por miles de franceses, quedará ya para el recuerdo no sólo de toda Málaga y Marbella, sino para la historia del deporte español. Y es que con esa victoria, Ayoub se convirtió en el primer boxeador de nuestro país en meterse en una final olímpica del peso superpesado. Es más, antes que él, sólo dos españoles habían pasado a una final de boxeo, logrando la plata: el sevillano Faustino Reyes (en Barcelona 1992) y el actual seleccionador, el cordobés Rafael Lozano (en Sídney 2000), curiosamente, los tres finalistas han sido andaluces, pero, ¿será el marbellí el que se cuelgue el oro?
Ya en la primera ronda de estos Juegos, en octavos de final, el malagueño dio la campanada al tumbar al vigente bronce olímpico, el kazajo Kamshybek Konkabayev. En cuartos de final, se impuso al armenio Davit Chaloyan, en el combate más 'cómodo' del torneo, y en la semifinal del miércoles, ganó al ya mencionado rival francés. Eso sí, nada tendrán que ver estos combates con el de esta noche. El marbellí se medirá al 'rey' de esta disciplina, el uzbeco Bakhodir Jalolov (de 30 años): cuatro veces campeón asiático, bicampeón mundial y vigente campeón olímpico entre otros muchos méritos en su larga carrera.
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Un rival que supera incluso la altura del malagueño, con su 2,01 frente al 1,98 de Ayoub. Ambos son rivales con un gran físico, musculosos, de piernas ágiles y rápidas y un estilo elegante. Será un duelo entre la experiencia y la ambición de una gran promesa de este deporte. Y sí, hay un precedente entre ambos, precisamente en la semifinal del último Mundial, en mayo de 2023, duelo en el que el malagueño fue bronce y el uzbeco acabó coronándose. Aquella fue la segunda presea internacional del púgil marbellí, un año después de ser subcampeón continental. Aunque la joya de su vitrina por ahora es el título europeo que logró este mismo año.
Pero Ayoub, que se resiste a dar esta final por perdida antes de tiempo, confía en sí mismo, en todo lo trabajado, y en su capacidad para leer los combates. Quiere seguir haciendo historia para su país, no le asusta el palmarés del rival, porque es consciente de que él también se ha ganado a pulso el llegar hasta aquí, hasta la lucha por el oro. El malagueño ha ganado sus últimos ocho combates disputados y ansía ampliar su racha victoriosa y honrar tanto a las personas con las que ha compartido este camino, como a su familia (nacidos en Marruecos y residentes y trabajadores en Marbella desde hace décadas), pilar fundamental en la vida de Ayoub.
Este es el combate con el que soñó desde que se iniciara en este deporte, de manera tardía, a los 18 años, nada más recalar en Madrid para iniciar su carrera universitaria en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Pase lo que pase esta noche, ya ha hecho historia.
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