Este puede ser un día histórico para Málaga y para toda la delegación española presente en los Juegos Olímpicos. En una edición en la que, pese a los notables resultados, aún escasean las medallas, uno de los malagueños en liza ya tiene una presea colgada del cuello, sólo queda determinar su color. El marbellí Ayoub Ghadfa partió hacia París con la ilusión de aquel niño que soñaba con escuchar el himno español en lo más alto del podio olímpico, o bien lograr un hueco en el mismo, así como lo hicieron otros deportistas en Río de Janeiro, la edición que despertó en él ese gusanillo por el universo olímpico.
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Dos ediciones más tarde, y sólo seis años después de iniciar su carrera deportiva como boxeador (2017), el joven de 25 años, vigente campeón de Europa, es medallista olímpico. Tras ganar sus dos primeros combates en París (uno de ellos al bronce olímpico en Tokio), el púgil logró el billete a las semifinales del torneo del peso superpesado (+92 kilos), lo que, en este deporte en el que se reparten dos bronces (sucede en muchos deportes de combate) ya le aseguraba, como mínimo, el bronce.
Esto convertía al marbellí, residente en Madrid y becado en la Blume, en el noveno malagueño de la historia en subirse a un podio olímpico, y por ahora, el único en lograrlo a esta edición. Pero Ayoub, que aunque muy cauto destaca por su carácter inconformista, ya ha dejado claro que quiere más, incluso, que se ve preparado físicamente para ganar el siguiente combate, el de esta noche, a las 22.18 horas, donde se medirá al también debutante francés Djamili-Dini Aboudou. Una victoria le otorgaría el pase a la gran final, a la que ningún otro boxeador español ha logrado acceder en París (Emmanuel Reyes Pla logró el bronce, aunque cayó en su semifinal).
Pero no sólo eso, el pasaporte a la final daría al marbellí (de padres marroquíes pero nacido y criado en Marbella) una medalla de oro o plata. Sólo cuatro deportistas de la delegación española en estos Juegos han logrado una de estas preseas hasta el momento, por lo que su éxito pasaría a ser toda una gesta para todo el país. Pleno de confianza en su trabajo y motivado por su marcada fe, Ayoub saldrá esta noche al 'ring' más ambicioso que nunca.
El francés Djamili-Dini Aboudou llega a esta semifinal tras imponerse en octavos de final al argelino Mourad Kadi, y en cuartos, al ecuatoriano Gerlon Gilmar Congo. Tiene 28 años y mide 1,81 metros, con lo cual, es bastante más bajo que el malagueño, (17 centímetros). Comenzó su carrera en 2016 y su logro internacional más destacado hasta la fecha es el bronce del Europeo de 2017, y sí, hay un precedente de combate entre el francés y el malagueño, concretamente en las rondas preliminares del Europeo de 2022, con victoria para Ghadfa. Su balance de combates de este año es de 7 victorias y 3 derrotas, frente a las 8 victorias y una única derrota del malagueño este 2024. Puede concluirse que es un rival accesible, aunque en un deporte como este, un solo golpe puede cambiarlo todo, por lo que no habrá que bajar la guardia, sobre todo teniendo en cuenta que, como local, podría tener al público de su lado.
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Cabe señalar que en la otra semifinal olímpica se sitúa el gran rival a batir: nada menos que el campeón olímpico en Tokio y dos veces campeón mundial, el uzbeco Bakhodir Jalolov. Este se enfrentará al alemán Nelvie Raman Tiafack, campeón de Europa de 2022. Sea cual sea el resultado de esta noche, Ayoub Ghadfa podrá estar satisfecho de su paso por sus primeros Juegos, haciendo ver al mundo su potencial y proyección.
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