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En los últimos días, el nombre de Ayoub Ghadfa ha dado la vuelta al país, e incluso al mundo, al culminar uno de sus ... grandes sueños y lograr, a sus 25 años, el billete a los Juegos Olímpicos, en los que ha hecho historia al ser el primer boxeador malagueño en acudir a estos. Toda una gesta para un deportista que comenzó su carrera hace apenas 7 años y que, además, ha logrado emocionar a todos con su historia de superación personal. El 'bullying' que sufrió siendo un niño, por comentarios despectivos hacia su físico y sus raíces marroquíes (aun habiendo nacido en Marbella), le llevó a apuntarse en kickboxing para aprender a defenderse. Así, el destino le llevó hasta el Olimpo.
–Su historia acerca del 'bullying' que sufrió es inspiradora. ¿Qué piensa ahora que ya es adulto y está consiguiendo grandes hitos en su carrera?
-Desde luego, no se debe normalizar que los chavales abusen los unos de los otros, pero no le tengo rencor a nadie. Incluso algunos me escriben y yo les contesto, alguna vez he quedado a jugar al fútbol con ellos… Ahora, a la larga hasta me río, aunque entonces no lo pasaba bien. Al final, gracias a eso me apunté a kickboxing y me involucré en el deporte. Hay que enseñarles a los niños a no burlarse de nadie.
-¿Sigue recibiendo a día de hoy comentarios racistas?
-Siempre hay comentarios de gente que duda de que soy marbellí y tal, pero yo me río y ya está. A palabras necias, oídos sordos, todo lo que consigo lo consigo para mí, estoy orgulloso de donde soy, de mis orígenes, de donde he nacido… Yo soy español y marroquí, es que es como decidir: '¿A quién quieres más, a papá o a mamá?'
-Muchos siguen sin comprender que usted ha nacido y se ha criado aquí y que sus padres llevan asentados en la Costa décadas…
-Claro. Mi madre se vino aquí porque ella estudiaba español, empezó a trabajar aquí, y conoció a mi padre en el ferry que va de Tánger a Algeciras, porque él trabajaba en el barco. De película (ríe). Y yo soy de aquí de toda la vida, además soy bilingüe y también hablo bien inglés. Al final, siempre doy gracias a Dios por todo lo que me pasa, porque por casualidades de la vida, también he acabado en el boxeo.
-Pues sí, porque fue cuando se marchó a estudiar a Madrid (es graduado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte) cuando, en su gimnasio de la capital, empezó a probar con el boxeo...
-Sí, yo empecé haciendo kickboxing, de hecho, no veía mucho boxeo ni sabía nada del boxeo olímpico…
-¿Seguía los Juegos de pequeño?
-La verdad es que no, donde me empezó a entrar el gusanillo fue a partir de los Juegos de Río, ahí vi a Nadal, veía la gimnasia artística con Simone Biles, el atletismo, que me gusta mucho... Cuando llegué a Madrid, dudé de si apuntarme a kickboxing o a atletismo.
-Escogió bien al final, y desde que el seleccionador nacional de boxeo, Rafael Lozano, le descubrió en aquel gimnasio, su progresión ha sido meteórica…
-Me vieron proyección por mi físico. Empecé a ir con la española a algunos campeonatos y fue ya en tercero de carrera cuando me becaron en la Blume y empecé a tope.
-¿Cuándo comenzó a enfocarse en el ciclo olímpico?
-Realmente, me estuve preparando el de Tokio y me quedé a las puertas, perdí contra un ruso en el Preolímpico y luego, como hubo muchos cambios con la pandemia por los riesgos de contagio, adjudicaron algunas plazas y me quedé a dos puestos.
-Su momento ha llegado ahora, y además llega en el mejor estado de forma de su carrera. Plata en el Europeo de 2022, bronce mundial en 2023 y ahora campeón de Europa. ¿Cuál ha sido la clave?
-Preparación, la madurez mental… Tengo claro mis objetivos y quiero ir a muerte con ellos.
-¿Y cuándo comenzó su sueño olímpico?
-En cuanto comencé con el boxeo. Además, en los Juegos de Río, cuando veía a alguien subirse al podio, se me ponía la piel de gallina. Y luego, en la carrera, nosotros compartíamos instalaciones con los deportistas del CAR, y veíamos entrenarse a Orlando Ortega, Carolina Marín…
-¿En qué piensa ahora que ha conseguido su meta?
-Cuesta asimilarlo. Es parte de mi sueño, porque ya que lo he conseguido, ahora quiero conseguir la medalla, hay que lucharlo hasta el final.
-¿Cree que los Juegos serán similares a un Mundial? Porque usted ya sabe lo que es subir a un podio mundial…
-Es diferente, porque en los Juegos están los 16 mejores del mundo, ahí el más malo no es malo, porque ha tenido que ganar algunos combates para clasificarse.
-¿Qué momentos le haría especial ilusión vivir en París?
-Además de subirme al podio (ríe), el desfile en barco en el río Sena tiene que ser espectacular, y luego ver algún partido de baloncesto de Estados Unidos, conocer gente, saludar a Rafa Nadal...
-Imagino que en el futuro le gustaría ser boxeador profesional, ¿no?
-Sí, claro que me gustaría, pero estoy tan centrado en los Juegos ahora que no veo más allá. Si no llego a ser profesional, también quiero impartir clase.
-De momento, ya ha hecho historia de Málaga porque será el primer boxeador olímpico, ¿qué supone para usted?
-Estar ahí junto a grandes referentes de la provincia es un orgullo para mí.
-Un cantante.
-Morad.
-Un libro.
-La trilogía de 'La Novia Gitana', de Carmen Mola.
-Un amuleto.
-Una cadena que me regaló mi madre.
-Su rutina previa a los combates.
-Preparo la ropa de pelear, me ducho con agua fría, me cambio, rezo y me voy al pabellón. Luego caliento, le pido a Dios que me ayude y leo un poco del Corán antes de salir.
-Una serie y una película.
-Juego de Tronos y La vida es bella.
-Una comida favorita.
-El sushi.
-Algo que se le dé muy bien.
-Las matemáticas.
-Algo que se le dé muy mal.
-El fútbol (ríe).
-Un segundo deporte.
-El atletismo.
-Un referente deportivo.
-Rafa Nadal.
-¿Dónde se ve en 10 años?
-Con familia, una casa y ojalá mi propio gimnasio.
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