Impulso de autoestima

Buen comienzo de partido del Unicaja, consiguiendo ventajas significativas en el marcador, con un dominio abrumador del rebote y produciendo en cada ataque lo que provocó que en apenas tres minutos y medio llegara el primer tiempo muerto de Peñarroya, tan pronto como se oyeron los primeros pitos del Buesa Arena a su equipo.

El Baskonia poco a poco fue igualando el partido gracias a sus rápidas transiciones ofensivas y de la aportación de Moneke, que saliendo desde el banquillo sacó a relucir su calidad, aprovechando su velocidad en el 1 contra 1 en su emparejamiento interior con Kravish.

La grandeza de este Unicaja es que sale Carter el último en la rotación, ya en el segundo cuarto, mete rápidamente dos triples consecutivos y termina el partido como el jugador más valorado y máximo anotador. Fue en este cuarto cuando ambos equipos entraron en dinámica de intercambio de canastas, tiros rápidos, jugando a campo abierto y con un Unicaja que fue bajando poco a poco su agresividad sin conseguir en ningún momento un buen balance defensivo.

Pero en el tercer cuarto el conjunto malagueño consiguió controlar de nuevo el rebote, parar las transiciones y el juego rápido del Baskonia, llevándole una a atacar en estático, donde era incapaz de encontrar buenos tiros. Mientras tanto, Cárter se erigía en el dueño y señor del partido, tanto en la creación de las ventajas, la lectura del juego y en la anotación para meterle al rival un importante parcial y lograr una ventaja de 13 puntos a su finalización.

Y ya a la desesperada, en el último cuarto, resurgió la figura de Howard llegando el solito a apretar el marcador, pero que fue contrarrestado por Kameron Taylor anotando tiros decisivos, rematando una magnífica actuación particular y una merecida victoria en una cancha donde pocos la lograrán.