Es un icono del golf mundial. Pisó fuerte como 'amateur' y brilló como profesional, algo muy difícil de conseguir... Y de mantener durante 14 años que lleva en el máximo circuito mundial. Una jugadora elegante, talentosa, disciplinada... Y valiente, porque apostó por hacer un alto ... en su carrera para cumplir el sueño de ser madre (en febrero de 2022). La vuelta de la olímpica sampedreña Azahara Muñoz (36 años) no ha sido sencilla, se ha tenido que enfrentar a críticas e irregularidad en los torneos, pero a base de esfuerzo, volvió a subirse a un podio la semana pasada, y esta, volverá a sonreír en casa, en el Andalucía Costa del Sol Open de España.
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-Esta temporada ya ha comenzado con un ritmo más alto de competiciones con respecto al año anterior, ¿Cómo ha vivido esta vuelta a la normalidad?
-El año pasado fue mi año de maternidad; este he vuelto al calendario normal y creo que ha ido bastante bien. Al principio sí que me costaba entrar en competición, competía esporádicamente, pero a partir del verano empecé a juzgar más de seguido, y sobre todo los últimos meses, he jugado bastante bien, por ejemplo en Texas, en China y el último torneo quedé segunda (en Florida).
-Fue al límite en este último, porque necesitaba una buena actuación para revalidar su tarjeta y seguir compitiendo en la máxima categoría, ¿cierto?
-Sí. Tampoco tenía que jugar tan bien, pero sí que iba al límite, así que tenía que jugar bien, y dependía también de las demás.
-Sería muy extraño para usted llegar a la situación de verse sin tarjeta, ¿no?
-Sí, en 14 años en el 'tour', nunca me había visto en esa situación, era raro pensar que podía perder la tarjeta. Yo intentaba ser positiva y pensar que todo iba a salir bien, pero sabía que esa posibilidad estaba ahí.
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-¿Se habría llegado a replantear su futuro si la hubiera perdido?
-Totalmente (ríe).
-Por fortuna, llegó ese ansiado segundo puesto e imagino que fue satisfactorio el sentir que volvía a un podio, que podía competir con las mejores de nuevo…
-No te lo puedes ni imaginar, sobre todo por el estrés de que tenía que mantener la tarjeta. Me da rabia a veces porque la gente dice: 'Es que, como ya eres madre…'. Es más complicado, es difícil, tengo que viajar con el niño, si él no duerme, yo no duermo, cuando vuelvo a casa después de entrenar tengo a un niño que no para de correr… Es muy cansado y aun así una tiene que competir contra gente joven que no tiene hijos, pero yo sabía que podía, lo que pasa es que no me salían las cosas.
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-¿Ha llegado a sentir frustración?
-Sí, un deportista siente muchas cosas. A veces una se para a pensar: 'A ver si es que ya no sirvo'. Yo no soy mayor, pero es que las chicas del 'tour' ya tienen 15-20 años menos que yo, yo seré de las mayores, pero no siento que esté al final de mi carrera, pero una duda mucho.
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-Últimamente son varias las golfistas que han sacado a la luz sus baches psicológicos y frustraciones. En su caso, no ha llegado a mayores, ¿no?
-No, pero sí que se pasa mal… El golf es muy mental y la gente habla mucho. A veces me han escrito por Twitter diciendo: 'Es que desde que te has casado… Desde que has sido madre…'. Y una quiere jugar para hacer ver que eso no es verdad, pero eso te mete presión. He estado a punto de perder la tarjeta, y ahora, ¿cómo voy a la Escuela después de 14 años en el 'tour'? Notaba que no salía nada, parecía que no valía porque jugaba bien, pero no lograba un buen puesto.
-Por suerte, todo salió como debería y ese segundo puesto también le permitió volver a casa esta semana para disputar el Andalucía Costa del Sol Open de España. ¿Qué significa para usted el volver a casa, ante su público?
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-Siempre está esa presión de jugar en casa, pero en mi caso hace que le eche más ganas. Me lo tomo bien, mucha gente viene a verme, me anima, y eso me ayuda mucho.
-Además, si consigue el título por tercera vez, sería un hito histórico para el torneo…
-Sí, a ver si hay suerte. No sé qué haría si ganase, a ver si cuelgo los palos (ríe). No, pero no estoy lista aún para retirarme, me veo bien para seguir.
-¿Le dio rabia no estar en la Solheim Cup que se disputó en su casa, en Málaga?
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-Sí, mucha. Es verdad que no jugué bien. Creo que algo que hice mal es que, cuando fui madre, la Solheim era mi objetivo pero en realidad sabía que no entraría al equipo, pensaba que sería imposible. Me dio pena no venir al menos como parte del equipo, como vicecapitana, ayudante… Pero me dio rabia no creer en mí misma.
-Ahora le toca poner el foco en el presente, que está en Las Brisas. ¿Conoce el campo?
-Tengo muy buenos recuerdos, porque gané ahí un Campeonato de España absoluto en 2002 y luego otro torneo en 2004. He visto el campo y está espectacular, así que estoy con muchas ganas.
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