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JUAN RAMÓN PADILLA
Vélez-Málaga
Jueves, 4 de abril 2024, 12:01
El Vélez Club de Fútbol cumplirá en septiembre 102 años de historia. O al menos pretende llegar a esa cifra si no se desmorona en el camino. La situación es desesperada, y las noticias, en forma de golpes continuos, son negativas y poco esperanzadoras. En ... cada momento llegan nuevas noticias. A día de hoy el club sigue buscando jugadores para su partido ante el Racing Cartagena Mar Menor de este domingo, en el Vivar Téllez a las 12.00 horas.
El Vélez es un club con bastante solera. Recordemos que de su cantera han salido jugadores como Esteban Vigo, Tello, Javi Guerra y por supuesto la zaga de los hermanos Hierro, encabezada por Fernando. El desmoronamiento parece iniciarse el pasado verano. El Vélez afrontaba la cuarta temporada bajo una propiedad sueca, que estaba representada por Jesper Norberg, como presidente, y Magnus Pehrsson como entrenador. Ambos habían cogido el club en el verano de 2020 tras la pandemia, y lograron hacerlo campeón de Tercera División y ascender a la nueva categoría de Segunda Federación.
La idea de estos inversores eran «hacer un equipo profesional y en cinco temporadas estar en Segunda división». Junto a este proyecto ambicioso estaba la búsqueda de unos terrenos en el municipio veleño para hacer una ciudad deportiva y fomentar una academia. No hubo mucha sintonía con el antiguo equipo de gobierno formado por socialistas y Grupo Independiente de Torre del Mar. La llegada de los populares parece que ilusionó a la propiedad sueca, pero todo se iba a torcer en las primeras semanas de competición.
Un club que pagaba en fecha, comenzó a retrasarse ya en la primera mensualidad. El equipo estaba bien situado, o bien en el grupo cabecero o rozando los puestos de ascenso. Comenzó a extrañar que el retraso en el cobro se hacía evidente y los jugadores confiaban en percibir sus emolumentos pronto y, a pesar del retraso no hubo ninguna salida, ni manifestación pública de esa incidencia. El primero en salir fue Luismi al Antequera. Los jugadores creen la promesa de la propiedad, pero el retraso se eleva a cuatro meses en enero. La desbandada es evidente, y llegan a salir hasta 20 jugadores, encontrando casi todos acomodo en rivales del mismo grupo. Los dirigentes manifiestan «haber fallado un grupo inversor francés» y dicen «buscar soluciones para seguir con el proyecto».
Llegó el 7 de marzo y se presentó a Pablo Sebastián Nilo como nuevo inversor. Los suecos traspasaron el 72 % del club a este argentino. Aunque anunció la llegada de varios fichajes y un nuevo entrenador, esto no se concretó y las negociaciones con técnicos se frustraron. Pehrsson dejó el banquillo y el Vélez se quedó sin un primer entrenador y la plantilla, a merced del preparador físico. Nilo advertía que en el contrato de compra-venta no empezaría a pagar hasta el 5 de abril. Pero temas de entrenador, jugadores o de la campaña de socios anunciada no llegaron a buen puerto.
Evidentemente, el plantel de jugadores no daba la talla competitivamente, por estar formado por efectivos sin experiencia que estaban jugando cuatro categorías por debajo de Segunda RFEF. Bastante hace con intentar competir. Incluso llegaron a empatar en tres de los diez partidos, ante Antoniano, Yeclano y Manchego. En los últimos encuentros, rozando la alineación indebida. Incluso ante el Manchego fue sancionado por no tener las catorce fichas profesionales, siendo castigado con tres puntos menos.
Las tres últimas semanas han sido casi ridículas y esperpénticas. Porque de la ilusión se pasa a las dudas del nuevo inversor. Esto hace que el entorno del Vélez mueva ficha y busque nuevos inversores, que curiosamente vinieron pero no se reunieron con la nueva propiedad, y sí con los suecos. Esto ha indignado a Nilo, que sacó un comunicado en el que aclara que «sigue gestionando el club», que «no quiere vender», que «todo está en los plazos que anunció» y que «se está especulando mucho que la parte minoritaria (los suecos) está gestionando y teniendo las comunicaciones con inversores interesados».
Diego Barrios, el único jugador que quedaba de los habituales que comenzó la temporada, dejó el club. O mejor dicho, el portero se daba de baja médica. Algo que secundaron los pocos que quedaban en el cuerpo técnico, y personal del club. Nilo mueve fichas y trae a Alejandra Jiménez como entrenadora. Esta granadina, exjugadora profesional sólo estuvo un día en los entrenamientos. Los jugadores se quejaron de que no estaba preparada. Nilo argumentó: «Queríamos trabajar la cabeza de los jugadores, que los partidos no se ganan pateando sólo al arco, y la entrenadora venía para unos días antes de que llegar otro técnico, y los jugadores no pueden entrenar por su cuenta».
Estos se entrenaron 'a escondidas' y se presentaron en la Línea ante la 'Balona' sin cuerpo técnico, sólo con utilero y delegado. Incluso, la grada de animación Esquina Veleña facilitó los bocadillos a la plantilla que no contó con el presidente en ese partido.
La última semana han seguido llegando golpes. Mario Barrera, entrenador y director deportivo de equipos como Elche o Girona, llegó al Vivar Téllez, pero viendo la situación de abandono, decidió no firmar. Los prometidos jugadores que iban a fichar no llegan. Nilo contactó con más entrenadores y el miércoles apareció Catanha junto a su hijo para formar el cuerpo técnico, horas después de recibir la sanción de tres puntos menos. Seguro que de aquí al domingo habrá más novedades en un club asolado por muchos golpes que espera no dejarlo tumbado definitivamente.
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