R. C.
MADRID.
Miércoles, 28 de febrero 2018, 00:49
Enrique Castro 'Quini' tuvo en vilo a la sociedad española en 1981. El 1 de marzo, con el país aún muy afectado por la intentona golpista del 23-F, el mítico jugador fue secuestrado. Venía de jugar un partido con el Barcelona ante el Hércules en el Camp Nou. Cuando se disponía a ir al aeropuerto a recoger a su esposa y sus dos hijos, tres individuos lo abordaron y le hicieron subir a su coche a punta de pistola. Luego lo metieron en una furgoneta para llevarlo a Zaragoza, donde pasó 25 días cautivo en un zulo de nueve metros cuadrados. El episodio tuvo un final feliz. El 25 de marzo sus captores fueron detenidos y a él le rescataron sano y salvo.
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«Es como si aquellos días se hubiesen borrado de mi memoria, así que prefiero no hablar de ello», señalaba hace un par de años 'El Brujo'. No era un hombre rencoroso, y ya durante el juicio renunció a exigir indemnización alguna a sus raptores, dos mecánicos y un electricista en paro y sin antecedentes que habían solicitado cien millones de pesetas -600.000 euros- por su rescate, y que fueron condenados a diez años de cárcel. En cuanto a Quini, dos semanas después de su liberación volvía a hacer lo que mejor sabía: marcar goles. Acabó aquella temporada como máximo realizador del campeonato.
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