Los presidentes más duraderos del fútbol base provincial

Así las cosas, es normal encontrarse en la provincia de Málaga con una generación de presidentes sexagenarios o hasta septuagenarios que comenzaron en los ochenta o los noventa y que siguen en el cargo con un trabajo muy valorado en su entorno. Estos son los presidentes más duraderos del fútbol base local.

El más longevo de los dirigentes del fútbol malagueño es un caso atípico, porque se ha dedicado de forma exclusiva a esta labor. Más allá de haber sido repartidor de Coca-Cola siendo muy joven, se ha volcado con el Puerta Blanca. «El club es mi vida y yo para él. La gente me dice que qué gano.Cada ficha es algo que gano, porque es un niño que me quito de la calle», explica como filosofía. A Manolo Gámez lo conocen más como 'Lato', porque fue máximo goleador de los juveniles en la etapa del mítico jugador polaco. A sus 63 años, ejerce desde 1978 (hace 41 por tanto) en la entidad de la populosa barriada malagueña, que surgió de la unión del Club Deportivo Puerta Blanca, el Athletic Puerta Blanca y el Puerta Blanca Club de Fútbol (fusión que se completo en 1990, aunque el club data de 1972). Lato recuerda que en diferentes décadas el club tuvo el problema de las instalaciones, teniendo que ir a otros campos y, deportivamente, señala dos hitos: haber sido subcampeón de Andalucía infantil (se perdió la final por un gol de diferencia ante el Sevilla) y jugar la fase de ascenso a Tercera sin medios algunos (campaña 2000-01). Con 18 equipos actualmente, por ellos han pasado Juanlu, Rubén Párraga y Pepe Vergara entre los más conocidos.

José Andrés Vázquez es toda una institución en el fútbol de Marbella y es difícil verle sin gorra en los campos de fútbol. Vicepresidente del Marbella, fue jugador de la cantera del Málaga hace 48 años y fundó también la Unión Deportiva Marbésul. «Llevo toda la vida con el fútbol. Voy para los 66, y llevo 33 años en el Vázquez Cultural. Tengo un by pass de safena, la válvula metálica, pasé por un ictus...«, relata, pero no lo atribuye sólo al estrés o sinsabores que a veces también tiene su deporte favorito. »Ha sido un cúmulo de circunstancias«, explica. Jubilado tras 26 años de inspector de Vías Públicas del Ayuntamiento de Marbella, antes trabajó para el grupo empresarial Prieto en Calahonda. Su club el Vázquez Cultural, muy reconocido en la localidad costasoleña, cuenta con 16 equipos, tradicionalmente con gran nivel en cadetes y juveniles. De ahí llegaron a la élite actualmente Bernardo (Espanyol), Loren (Betis), Ontiveros (Villarreal) y Silva (en Asia). Antes Juan Jesús (Betis) y Jaime Molina (Málaga).

Es toda un institución en el Roma Luz, en la populosa Carretera de Cádiz y, a sus 62 años, comenzó como presidente en 1987, con lo que suma ya 32 años al frente del club. «Antes fui jugador y estuve de directivo un tiempo. Muchos dirigentes actuales son de los que terminaron de futbolistas en aquella época mía», explica. Lo suyo es en realidad una labor social, en un barrio humilde. «Lo importante es que los niños jueguen», sentencia, y recuerda con orgullo los nombres de dos jugadores que han pasado por su entidad y que van a dar de qué hablar mucho en los próximos años. Por un lado, Iván Jaime, que acaba de hacer la pretemporada con el primer equipo del Málaga y, por otro, David Larrubia, flamante internacional sub-17, ambos medios punta. Juan Guerrero trabajó como replanteador de obras y se jubiló por un infarto.

Uno de los más longevos entre los presidentes de clubes de la capital. Manolo Díaz tiene ya 72 años y fue nombrado presidente del Atlético Juval en 1986. De su periplo de ya más de tres décadas en esta entidad destaca dos hitos: el 50 aniversario de la creación de la misma, alcanzado en 2004, y el ascenso a División de Honor del equipo juvenil en 1992. «Vine como padre de futbolista en 1981, y a los cinco años dimitió el presidente y entré», recuerda. Su club controla 16 equipos y nuestro protagonista se dedica ya a él en cuerpo y alma después de que se jubilara de su dedicación en una empresa de fabricación textil (de moda joven).

Uno de los presidentes longevos más jóvenes, pues sólo tiene 50 años. «Calculo que llevo unos 25 como presidente», afirma sin poder precisar la fecha en que se situó al frente de una entidad cuyo germen fue el San Andrés Club de Fútbol. «Empecé como secretario, y pronto me convertí en presidente -añade-. Todos los años han sido satisfactorios. Hubo muchos ascensos del primer equipo, hasta llegar a Tercera (hace cuatro años y categoría en la que se mantuvieron una temporada), y ahora estamos en División de Honor con el equipo juvenil, que es la tercera vez que lo logra». Club de barrio, orgulloso de su identidad, cuenta con doce equipos, y Gregorio, que compagina la tarea con su labor profesional como empleado de una empresa instaladora de gas, no es el más veterano en él, sino su secretario, Manuel García Román, que lleva entre 40 y 45 años ya en el mismo. «Es mi hobby y mi familia es futbolera y me apoya. Soy presidente desinteresamente», concluye Gregorio.

Expolicía nacional, el almargeño Miguel González fue uno de los fundadores del Club Deportivo Conejito de Málaga en la temporada 1989-90. El peculiar nombre procede de la calle en la que vivían sus fundadores, en la barriada de Vistafranca, en la Carretera de Cádiz. A sus 68 años, calcula que lleva 22 de presidente, y su mayor hito es situar por segunda temporada seguida al juvenil en Liga Nacional. «Tenemos 19 equipos y por aquí han pasado jugadores como Samu García, durante 8 años, y Samu Castillejo, una temporada. El primero nos dejó dinerito para ir creciendo en derecho de formación», recuerda el dirigente,que tiene a cargo la frilera de 19 equipos y que hace una labor social de primer nivel en una zona humilde de la capital.

Salvador Rodríguez Tello, con 72 años, es más conocido como 'Vera', nombre que le colocaron en honor a un portero malagueño de la época. El presidente del Cortijillo Bazán lleva una larga trayectoria en clubes del fútbol base locales, ya que fue uno de los fundadores del San Félix,como recuerda con orgullo. También estuvo al frente del Málaga femenino y fue director deportivo del Altamira y del Cortijillo, antes de convertirse en presidente hace más de dos décadas. En el club tienen doce equipos más la escuela, y Vera recita la filosofía que le tratan de dar a los conjuntos:«Deporte, enseñanza, educación y formación. A todos nos gusta ganar, pero siempre con deportividad y respeto al contrario». Habla con experiencia, pues también ha sido entrenador. Entre los jugadores más ilustres que han pasado por el club recuerda el caso de Juan Rodríguez.

Otro referente del fútbol base malagueño, con casi toda su vida dedicada al fútbol. A sus 67 años, este agente comercial ya jubilado ha estado al frente del ICET y del Centro de Deportes El Palo (al que subió a Tercera en 1981), así como del Málaga femenino (una década). Sin embargo, su labor más amplia es la actual en el Rincón, con el que totaliza 19 años como presidente en cinco etapas, la actual de once años. «Venía de la mili y ya estoy jubilado», recuerda para valorar todo lo que ha sido y está siendo su trabajo en este deporte. No es el Club Deportivo Rincón una entidad precisamente pequeña, con 24 equipos y unos 480 niños. «No tenemos más, porque no tenemos más campos», se lamenta. «Estamos ahí para que los niños hagan deporte y se quiten de otros vicios», añade, y aún le escuece la herida del polémico descenso de Tercera del primer equipo, que llegó a categoría nacional bajo su mandato, pero de alguna forma se compensó con la alegría del ascenso de tres de sus equipos la pasada campaña.

Uno de los más jóvenes (48 años), pero lo que no ha sido óbice para su larga andadura al frente del Churriana, en la que encara ya su decimosexta temporada al frente.«Este es un club humilde, cercano y familiar, Conozco a todos los padres y niños que vienen», explica orgulloso. Su procedencia es paleña, pero lleva 28 años en Churriana, de donde es su mujer y en el club con el que entró en contacto a través de su hijo. A nivel deportivo destaca lo conseguido en la campaña 2009-10, con los ascensos producidos en todas las categorías de la entidad. Uno de los futbolistas que han pasado por el club, Álvaro Espinosa, juega ahora en el Vélez, en Tercera. Gregorio compagina esta labor con la de su empresa de publicidad.

A sus 55 años, es una persona ocupada. Constructor de profesión, cofrade de Nueva Esperanza, negocia los convenios siderometalúrgicos en la Confederación de Empresarios de Málaga y preside desde hace tres lustros el Malaka, club en el que lleva de directivo dos décadas. En ese periodo puede presumir de la creación de las escuelas de formación del club, o del ascenso de todos los equipos de categoría hace tres temporadas. Sus cinco hijos han jugado en la entidad. Uno, Víctor (25 años) es lateral izquierdo en el sénior y otro, Paco (un ghanés adoptado), estuvo en la cantera del Atlético de Madrid y ahora juega en Suiza. «La idea es mejorar las instalaciones, hacerlas más grandes y completarlas con otro campo más», se propone en este popular club de la zona oeste de la ciudad y por el que pasaron Alexis Ruano (Racing) e Ismael Heredia (Don Benito, de Segunda B).

Compaginando su labor empresarial (la popular marisquería Godoy) con la gestora, el presidente del Centro de Deportes El Palo ronda las dos décadas al frente del club, divididas en dos etapas. «Ahora llevo doce años y antes otros seis, con un paréntesis de unos años entre ambas», recuerda. En ese periodo El Palo fue campeón de Tercera División en el grupo IX, estuvo dos años en Segunda B (tras subir en la temporada 2012-13), como principales logro. Godoy también estuvo al frente de la sección del fútbol-sala antes (fueron campeones de Andalucía dos años). En total, la entidad cuenta con veinticuatro equipos masculinos y uno femenino. ¿El futuro? «Dependerá del físico, si me aguanta o no...».

Frente a dirigentes de un perfil sexagenario y ya jubilados en sus trabajos privados, también hay dirigentes que llevan muchos años trabajando en clubes aun siendo jóvenes. Es el caso de Rafa Cuenca, con sólo 34 y que totaliza once en la directiva del Club Deportivo Torrox, después de ser jugador y capitán del cuadro sénior. Este orientador laboral del Ayuntamiento de Torrox ascendió a presidente en la temporada 2016-17 y puede presumir de la presencia del conjunto en Primera Andaluza. La entidad, fundada en 1978, sólo tiene este equipo y protagonizó un sonado ascenso en el campo del Mijas-Las Lagunas, con tres autobuses de torroxeños desplazados allí. «El mundo del fútbol base es difícil. Tienes que tener mucho tiempo y te cuesta dinero. En realidad, te tiene que gustar mucho el fútbol», afirma.

A sus 68 años este exfuncionario de aduanas lleva más de media vida vinculado al Puerto Malagueño, uno de los clubes más ilustres del fútbol base en la capital. En concreto, lleva ejerciendo la labor de presidente durante algo más de una década, aunque por respeto a la figura histórica de Julián Torralba no se ha oficializado su nombramiento hasta esta temporada Antonio empezó en el Puerto como futbolista en 1964 y desde la campaña 1968-69 comenzó como entrenador. Tras un paso por el Guimbarda, que también se vinculó luego al Puerto, trabajó también como secretario técnico, hasta convertirse en el máximo responsable de la entidad de Segalerva. En tanto tiempo vinculado al fútbol base, destaca dos hitos: «El esfuerzo del Ayuntamiento por construir los nuevos campos (en la era reciente), y las escuelas de fútbol 7, que agrupan a niños de 5 a 11 años y le han dado un gran impulso a ese fútbol».

Un perfil de dirigente distinto a la mayoría de los protagonistas de este reportaje es el de este cartameño adoptivo, nacido en Ponferrada, que lleva ocho años al frente de la entidad. «Empecé a trabajar aquí y a jugar en los veteranos. Luego me lesioné en la rodilla y comencé de coordinador, hasta que me eligieron presidente». Una de las cosas de las que se enorgullece en su mandato es de haber pasado ya de cinco a catorce equipos. «Este es un barrio de Cártama y ese logro es muy importante», explica, y añade que «aunque nuestro conjunto sénior es muy competente, lo que más me llena es el fútbol base, formar no sólo en lo futbolístico,sino en el tema de valores». Entre las mayores glorias verdiblancas cita a Pedro Carrión, exjugador de varios equipos de Segunda B y ahora empleado del Sevilla, y Dani Vilanueva (en el Villarreal B).

Con 26 años ya de antigüedad, la Escuela Francisco Castejón, que usa las instalaciones del Vivar Téllez, ha sido un referente futbolístico en Vélez y deben su nombre a uno de sus creadores, ya fallecido. Desde hace ocho años su presidente es Francisco Heredia, agente comercial que lleva doce años como directivo y que comenzó su vínculo con la entidad como padre de futbolista. Actualmente, tienen 17 equipos en competición. «Lo más importante es inculcar valores a los chavales que les sirvan en su vida, y también inculcarles el gusanillo de la competición», afirma.

Con 52 años estuvo entre los fundadores en 2003 del Club Deportivo Romeral, una de las entidades más modernas del fútbol base en la capital. Ahora lleva seis años como presidente y tienen 24 equipos y más de 400 jugadores.« Comenzamos con un campo de albero en la calle Carmen Laforet, con casetas prefabricadas. Se empezó con fútbol 7, y ya cuando logramos tener el fútbol 11 nos fuimos al campo del Hipercor. Posteriormente se solicitaron los campos de fútbol artificial que instaló el Ayuntamiento en diferentes barrios», relata. «La idea principal del Romeral es la educación, la diversión, la formación y los valores. Este es un proyecto a largo plazo. Hay otros clubes en categorías superiores, y como algunos se marchan nos cuesta algo llegar a la élite del fútbol andaluz«, explica.