Vuelve Manuel Pellegrini al primer plano del fútbol europeo tras su paso por China. El exentrenador malaguista afronta un reto apasionante, llevar al West Ham a competición europea, y en su estreno revivirá los recuerdos como responsable del equipo blanquiazul. El azar ha deparado que el reestreno del chileno en la Premier League (mañana, 14.30 horas, Movistar Liga de Campeones) sea precisamente frente a Jurgen Klopp, rival en aquella noche del 9 de abril de 2013 con el 'robo' de Dortmund
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Anda Pellegrini muy ilusionado, casi tanto como cuando aquel verano de 2011 en el que se ponía en marcha un mastodóntico proyecto que generó una ilusión sin precedentes y que luego, en menos de un año, se desplomó con el paso atrás de Abdullah Al-Thani, la marcha de varios jugadores y hasta el riesgo de desaparición. El West Ham le ha dado mando en plaza y el chileno trata de dejar su sello, de convertir un equipo modesto en otro que brille por el juego vistoso y de toque. «Los únicos equipos reconocibles son aquellos que tienen un estilo propio», suele decir.
Evidentemente, Pellegrini no olvida aquella infausta noche en Dortmund. Hundido físicamente (pasó tres días casi sin dormir por el fallecimiento de su padre, que lo obligó a viajar a toda prisa a Chile), estuvo casi media hora cara a la pared del vestuario, apoyado en el hombro derecho y con la cara hundida. Sólo reaccionó cuando escuchó: «Manuel, es hora de salir».
Pellegrini, tan vinculado a Málaga (compró casa en Marbella y viene cada vez que puede, aunque trata de pasar inadvertido) y olvidado por el Ayuntamiento (con aquella glorieta que se llevó el viento), volverá a medirse a Klopp, tan excelente como histriónico entrenador cuya actitud dejó bastante que desear aquella noche. El asalto perpetrado por el infausto Craig Thomson y compañía fue objeto de mofa por el alemán, buscando claramente que le rieran las gracias los periodistas locales en la sala de prensa.
El exentrenador malaguista, nobleza obliga, mantiene una cordial relación con Klopp, pero ni él ni sus ayudantes (Rubén 'el Flaco' Cousillas y José Cabello) olvidan aquella afrenta. De ahí que en febrero de 2016 se quitaran a medias la espina en aquella final de la EFL Cup contra el Liverpool, ya dirigido por el alemán. Fue el último título del trío en las filas del Manchester City. Bueno, en realidad del cuarteto. Porque en la victoria frente al Liverpool en los penaltis el protagonismo fue para el que muchos consideran el mejor portero de la historia del Málaga junto a Deusto, 'Willy' Caballero. El argentino estuvo inconmensurable al detener los lanzamientos de Lucas Leiva, Coutinho y Lallana.
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Aquel triunfo al menos sirvió para acabar con el maleficio que perseguía a Pellegrini y a su grupo de trabajo frente a Klopp. Porque este había saboreado el triunfo frente al chileno en los dos encuentros en que habían coincidido en la Premier. El alemán se hizo cargo del Liverpool a comienzos de octubre de 2015 y mes y medio después su equipo arrollaba al City en el Etihad por 1-4. en la segunda vuelta, a comienzos de marzo, se repitió la diferencia entre ambos equipos, un 3-0 para los 'reds' con goles de Lallana, Milner y Firmino. Para entonces ya se sabía que el chileno no sería renovado y que lo sustituiría Pep Guardiola. Mañana regresa a la Premier, con un equipo modesto (el West Ham), y frente a un entrenador que siempre le hará revivir una noche trágica. Para él y para el malaguismo. El recuerdo de aquel robo sigue presente cinco años y medio después.
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