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Daniel Panero
Domingo, 4 de agosto 2024, 09:36
Clásico extraño el que disputaron este domingo Fútbol Club Barcelona y Real Madrid. Lo fue por la ausencia de estrellas como Mbappé y Lamine Yamal, porque una tormenta eléctrica detuvo el encuentro durante más de una hora y, sobre todo, porque un jugador de apenas 22 años se llevó de repente todos los flashes. Pau Víctor ha llegado al primer equipo para convencer a Hansi Flick y dos goles suyos fueron suficiente para tumbar al campeón de Europa por 2-1 y presentar candidatura para ser una de las grandes revelaciones de la temporada azulgrana.
Y eso que la noche no tenía buena pinta para los culés. El Real Madrid contaba con primeras espadas como Courtois, Rudiger, Militao o Modric y el Barça, enfrente, era un banco de pruebas, un canto a la esperanza. No le queda otra al bueno de Flick. El germano, como ante el City, aprovechó para tirar de los chavales y seguir con un casting que parece estar dando buenos resultados. El centro del campo compuesto por Marc Bernal, Marc Casadó y Unai Hernández necesitó apenas once minutos para dejar la tarjeta de visita. Ese lapso fue suficiente. Las condiciones climatológicas obligaron a un parón al que los de Flick podían llegar con la conciencia tranquila.
Bajo la lluvia el Barça siguió con el mismo guión. Flick parece criado en La Masia. Su equipo juega como si el ADN culé lo hubiera estudiado en su Alemania natal. Presión en campo contrario, velocidad en la circulación y superioridades siempre en torno a la pelota. Con esa idea Pablo Torre se hizo indetectable como un jugador más para ayudar en la medular y Pau Víctor comenzó a ser una tortura con su movilidad. El canterano lo tiene todo. Tiene la portería entre ceja y ceja y, además, sabe estar en el lugar adecuado. Lo hizo ante el City y lo repitió al aprovechar un remate en semifallo de Lewandowski para adelantar a los culés antes del descanso.
Tras la reanudación, la herida seguía abierta. El Real Madrid no tenía fluidez con la pelota y la medular compuesta por Mario Martín, Modric y Ceballos hacía aguas ante la intensidad de un Barça muy superior a nivel físico. Los de Flick lo sabían y subieron una marcha más tras el paso por vestuarios. Los automatismos en el cuadro culé cada vez son mayores y cada salida de Lewandowski del área era aprovechada como un resorte por Pau Víctor. El canterano lo volvió a hacer. Fue a la zona del gol y cazó un preciso centro lateral de Álex Valle para hacer el segundo y reescribir su nombre en el clásico.
Para entonces, Pau Víctor ya estaba en todos los buscadores de google. Su irrupción en el Barça es total y se marchó del clásico tras una hora de exhibición. El carrusel de cambios deparó en que entrara Vinicius para revolucionar el partido y sacar del atolladero a los de Ancelotti. A falta de Bellingham o Mbappé él puede tirar del carro y se bastó para poco a poco cambiar la dinámica del choque. Su velocidad desestabilizó a un Barça solidario, ordenado y con las ideas claras. Pocos como el brasileño para hacer la revolución. Encaró, fue una amenaza constante y levantó a un equipo que recortó distancias en la recta final con un remate de cabeza de Nico Paz tras un córner botado por Arda Güler. Fue demasiado tarde. El Barça vuelve a reinar el clásico de Estados Unidos y, lo que es más importante, vuelve a tener una pila de canteranos repletos de talento y con ganas de demostrar que pueden estar a la altura.
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