Panenka calca su legendario penalti en Los Boliches: «Tiré 30 así y sólo fallé uno»

En el césped, simultáneamente, se ultimaban preparativos para el partido que enfrentaría, en cuestión de minutos, a la selección de veteranos de Eslovaquia y a la Asociación de Veteranos de Fuengirola, los vigentes campeones de España. En ambos equipos había caras conocidas y algún 'infiltrado'. Se puso la casaca de guardameta de la escuadra centroeuropea el ministro de Turismo y Deporte del país, Dusan Keketi, y el embajador de la nación en España, Juraj Tomaga. En el lado malagueño, dos viejos conocidos del malaguismo: Jesús Gámez y Antonio Tapia, que se desempeñaron en sus roles habituales.

Panenka estuvo acompañado en esta jornada tan especial de otros dos compatriotas y compañeros de aventuras en el pasado, integrantes de aquella Checoslovaquia que tocó el cielo en Yugoslavia antes de la fragmentación de ambas naciones, Karol Dobias y Ladislav Jurkemik. Ninguno de los tres jugó el partido por motivos de edad, con 75, 70 y 76 años, respectivamente.

«Si ganase dinero por las veces que me han dicho lo del penalti, sería millonario», introdujo el protagonista del día, entre risas. Atendió a los medios en este mediodía de sábado, antes del arranque del amistoso, para resolver algunas de las curiosidades que se le plantearon. No supo decir quién ha sido su mejor imitador, aunque le llamó la atención un lanzamiento que realizó un jugador de la segunda categoría argentina: «Lo hizo mejor que yo». Catalogó todos los penaltis 'a lo panenka' que se han tirado a lo largo de estos casi 50 años de diferentes entre sí y aseguró que lo importante es meterlo.

Confesó que aquel lanzamiento no fue fruto de la improvisación. «Lo tenía preparado desde hace dos años, había estado practicando y sabía que en ese partido saldría bien». Aunque nació en Praga, en Eslovaquia sigue siendo un héroe nacional por lo que representó aquel gol cuando Checoslovaquia era una sola nación. Él está orgulloso de formar parte de la historia. No obstante, se lamenta de que su carrera sea sólo recordada por aquel tiro, nada más. «Tiré 30 penaltis así y sólo fallé uno», añade.

El turrón llegó en el descanso. El equipo fuengiroleño, que trabajó con mimo durante meses para que todo saliera según lo previsto, organizó una tanda de penaltis en el entretiempo. Estuvo llena de detalles y de guiños al pasado. El partido y los lanzamientos se llevaron a cabo con el balón de aquella Eurocopa, el Adidas Telstar, que uno de los porteros del equipo costasoleño, Julio Osuna, se encargó de comprar en eBay. Bajo los palos, en esta sucesión de lanzamientos, se pusieron él y el ministro eslovaco. El equipo visitante, que aunque apostó por algún pateador menos habitual (lanzó un penalti el ministro del país), quiso asegurarse la victoria por medio de su mejor especialista, Panenka, que calcó su lanzamiento 48 años después para volver a ser decisivo. Julio Osuna emuló a Sepp Maier y se venció al mismo lado. El marcador final (2-4) cayó del lado eslovaco. Pero no importa, porque en días así el resultado es lo menos.

En Eslovaquia fue todo un acontecimiento lo vivido en Fuengirola. A la expedición de los políticos y los representantes institucionales se sumó la televisión nacional, que retransmitió el partido y el lanzamiento a todo el país.