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miguel gonzález
San Sebastián
Jueves, 17 de marzo 2022, 18:20
Pocas noticias pueden ser peores para la Real. Mikel Oyarzabal, capitán, líder y emblema del club, se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en el entrenamiento de ayer y tendrá que pasar por el quirófano para reparar la articulación. El eibarrés se pierde todo 2022, ya que el plazo habitual para volver después de este tipo de lesiones suele rondar los ocho meses. Un auténtico mazazo que pondrá a prueba, una vez más, la fortaleza de un grupo que esta temporada no ha hecho más que superar adversidades.
La lesión sucedió durante la sesión de entrenamiento en las instalaciones de Zubieta, cuando el jugador hizo un mal gesto y notó inestabilidad en la rodilla. De inicio ya se advirtió que algo grave pasaba y las pruebas confirmaron el peor de los pronósticos. El futbolista, que puede tener también tocado el menisco, será operado por Mikel Sánchez para solucionar el problema.
El protocolo médico para estos casos ya está en marcha. Lo normal es que se espere unas semanas para ser intervenido con el objetivo de que baje la inflamación y ganar movilidad articular. En este tiempo se suele realizar trabajo para aumentar la fuerza muscular de cuádriceps, isquiotibiales y aductores para mejorar la elasticidad y normalizar el tono de la musculatura.
En cualquier caso, la fecha de la intervención no determina el plazo de recuperación, que empieza hoy mismo con el trabajo de fisioterapia. El objetivo es que llegue al quirófano en unas condiciones óptimas, sin dolor, andando normal, sin inflamación en la rodilla y con una buena musculatura, lo que luego favorecerá su rehabilitación.
La referencia más cercana de una lesión parecida es la de su compañero Carlos Fernández, que el 31 de julio se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha en el amistoso disputado ante el AZ Alkmaar. Ahora, después de siete meses y medio, afronta la recta final de su recuperación trabajando con el grupo pero aún le falta algo.
A corto plazo su lesión es un golpe para el jugador y para el equipo, pero a larga lo importante es que regrese a su mejor nivel, algo de lo que no hay duda teniendo el ejemplo de Canales. El cántabro, compañero suyo de vestuario durante tres temporadas, ha superado tres cruzados durante su carrera deportiva y alcanzó su máximo rendimiento después, hasta el punto de debutar con la selección con 28 años después de una dilatada trayectoria a sus espaldas.
Echando un vistazo al calendario lo primero que se advierte es que no estará en las diez últimas jornadas de la presente temporada en las que la Real se juega su tercer billete consecutivo para Europa. Al conjunto de Imanol le queda visitar los campos del Sevilla, este domingo, Elche, Rayo, Levante y Villarreal, y recibir en Anoeta a Espanyol, Betis, Barcelona, Cádiz y Atlético. Ahora mismo es sexto a dos puntos del quinto, el Betis, y con dos de ventaja sobre el séptimo, el Villarreal. La baja del capitán es un hándicap importante pero puede suponer un aliciente más para alcanzar el objetivo marcado en el curso, ahora que lo ve tan cerca.
La temporada concluye el 22 de mayo y la Liga 22-23 arrancará, según el boceto sobre el que se trabaja, el 14 de agosto, dentro de cinco meses. En este tiempo se perderá solo estos diez encuentros oficiales que restan por disputar en la Liga.
Mirando hacia la próxima temporada, y en el plano personal, la rotura del cruzado significa la despedida del Mundial de Catar, una cita en la que tenía depositadas muchas ilusiones después de ser un fijo en el combinado de Luis Enrique como demostró el año pasado en la Eurocopa y el Liga de Naciones. Después de colgarse la medalla de plata en los Juegos de Tokio iba a ser su debut en el evento futbolístico más importante del planeta.
Con todo, y desde la perspectiva txuri-urdin, la celebración del Mundial en noviembre y diciembre reducirá el impacto de su ausencia en la Real, porque la Liga parará seis semanas entre el 13 de noviembre y el 29 de diciembre por la cita de Catar. Mes y medio en el que podrá terminar de recuperarse sin competición oficial por equipos de por medio.
Aunque cada lesión lleva su tiempo y es complicado aventurar plazos para su regreso, restan nueve meses y medio al 2022, por lo que si todo transcurre bien su vuelta podría producirse después del Mundial. De esta manera se perdería estas diez jornadas y los tres primeros meses de competición del curso que viene. Un golpe importante que, dentro de lo negativo, deja margen de maniobra al club para planificar la plantilla en verano y su vuelta a la actividad.
Lo que tendrá que cubrir sobre la marcha Imanol es su hueco en esta recta final de Liga, para la que cuenta con la baja segura de Barrenetxea y la de Carlos Fernández, cuya reaparición sería una gran noticia en este contexto pero sobre el que sería injusto volcar más expectativas de las que corresponde a un jugador que se ha perdido casi toda la temporada.
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