El Barça de esta temporada tiene muy poco que ver con el de la anterior, al menos en el apartado defensivo. El conjunto que dirige Xavi evidenció este martes en casa del Mallorca que es un equipo vulnerable atrás, que concede demasiadas ocasiones y ... que necesita mejorar en esta faceta si quiere volver a pelear por grandes objetivos. Los tantos de Muriqi y Abdón Prats, ambos precedidos de errores puntuales, retratan a un grupo que ha perdido solidez y en el que ya hubo un tirón de orejas por parte del técnico azulgrana.
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«Tenemos que mejorar defensivamente. Comentemos errores puntuales y tenemos que concentrarnos más. Hay que mejorar ahí porque es nuestro punto débil. Creo que generamos ocasiones para ganar, pero concedemos demasiado», aseguró Xavi después de un partido en el que nuevamente a los suyos les faltó ese punto de solidez que tanto tuvieron el pasado curso a lo largo de toda la temporada.
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Y es que las siete primeras jornadas de Liga han servido para desterrar la imagen de aquel equipo inexpugnable que estuvo a un paso de ser el menos goleado en Europa de todos los tiempos. El Barça ha recibido ocho goles en siete jornadas, una cifra que no alcanzó el pasado curso hasta la vigesimotercera fecha del campeonato. Unos guarismos que preocupan a Xavi. El egarense se mostró contrariado con las sensaciones de los suyos y no es para menos. Los culés ya habían recibido previamente tres goles contra el Villarreal, uno frente a Osasuna, dos contra el Celta y ahora dos más frente al Mallorca, una sangría que necesita frenar de inmediato.
Las malas sensaciones en defensa tienen que ver con faltas de concentración como las que el equipo tuvo este martes, pero también con un periodo de adaptación en el que los culés siguen inmersos. Se fue Busquets, un líder posicional del que todo el equipo dependía y un seguro a la hora de mantener bajo resguardo la pelota. Sin él, los de Xavi pierden más balones y cuando lo hacen, en muchas ocasiones, están volcados con muchos futbolistas sobre la portería rival. Ese repliegue defensivo es un quebradero de cabeza y es, a la vez, la gran baza de los equipos rivales, que saben que a la espalda de los Koundé, Araujo, Oriol Romeu y compañía siempre hay espacios por explorar. El Barça es más frágil y es un problema que Xavi debe solucionar más pronto que tarde.
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