«Esta es nuestra realidad, este es un Barça en construcción. Hoy nos ha salido cruz, pero nos podía haber salido cara. Ha sido un partido parejo en el que si hubiéramos ganado también hubiera sido justo. Son detalles y hoy ha marcado la diferencia la contundencia en defensa y la falta de efectividad», afirmó Xavi minutos después de que su equipo cayera ante el Girona. El técnico de Tarrasa hizo autocrítica, pero a medias. Habló una vez más de la falta de gol, pero no hizo hincapié en la falta de ideas que los suyos mostraron para cambiar la inercia de un choque que, como se demostró, era una bomba de relojería para los culés.
Y es que el Barça fue incapaz, una vez más, de tener el control del choque. Míchel supo imponer su estilo, sorteó la presión culé en campo contrario y a partir de ahí desactivó a un equipo que no tiene plan B. Los azulgrana cayeron en la trampa una y otra vez y cada transición de los Savinho, Yan Couto, Dovbyk y compañía era una tortura. «No hemos controlado las transiciones. No tenemos jugadores para el ida y vuelta», reconoció Xavi en un diagnóstico que esta vez fue certero, pero para el que no encontró solución a lo largo de los más de noventa minutos que duró el encuentro.
Ese guion de partido sacó a relucir todas las carencias defensivas de un Barça que no es, ni por asomo, el del pasado año en esa faceta. Gündogan, Pedri y De Jong no fueron capaces de llegar a tiempo a la presión y dejaron tras de sí infinidad de metros a su espalda. Así llegó el primer gol, fruto de la defensa adelantada, y así encontró petróleo el Girona para vivir una noche histórica en el Lluis Companys. Los de Míchel encontraron facilidades para jugar a uno o dos toques, para hacer conducciones de muchos metros e incluso para internarse en el área como Pedro por su casa, tal y como ocurrió en el tanto de Miguel Gutiérrez.
Todo ocurrió ante un Barça que, por momentos, parecía desconectado y llegando un instante tarde a las disputas. «A nivel grupal no estamos tan intensos ni tan contundentes», reconoció Xavi. La consecuencia fueron cuatro dianas que elevan a 18 el número de goles que los culés han encajado esta temporada en Liga. Una cifra que muy poco tiene que ver con los seis que llevaban el curso pasado a estas alturas de campeonato.
Poca eficacia
A todos estos males hay que sumar la falta de gol, ese problema al que Xavi achaca prácticamente todos sus males. El conjunto culé generó frente al Girona 31 remates y apenas logró dos dianas. En lo que va de curso, los azulgrana han tenido 338 ocasiones de gol y apenas han logrado 40 dianas entre Liga y Champions League, o lo que es lo mismo, apenas tienen una eficacia del 11%. Estos guarismos preocupan a Xavi, igual que lo hace que, un año más, Lewandowski esté demasiado solo en el apartado goleador. El polaco suma ocho dianas, mientras que los siguientes en el ranking son Ferran Torres con tres y Gündogan, Joao Félix y Joao Cancelo, con dos dianas cada uno de ellos.
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