Entre lores anda el derbi madrileño

Tiene una cuenta pendiente el '5' del Real Madrid con el conjunto rojiblanco, al que no logró marcar en los cuatro derbis celebrados durante su primer año en Chamartín. Ganó uno, empató otro y perdió los dos restantes, siendo aquellas las dos únicas derrotas cosechadas en toda la temporada por los blancos, que se personarán el domingo en el feudo colchonero acumulando 39 jornadas seguidas sin perder, a cuatro del récord que estableciese el Barça de Luis Enrique y de Ernesto Valverde.

Especialmente doloroso resultó el 3-1 que le asestó el Atlético en la sexta jornada de Liga, que frenó a un equipo que volaba hasta entonces a lomos de su nueva estrella y sacó a relucir las debilidades de un rombo en el centro del campo que Ancelotti había armado para potenciar la llegada al área de Bellingham.

Aquel partido modificó en parte las funciones del todocampista de Stourbridge, que a partir de ese momento se recostaría en el flanco izquierdo del centro del campo cuando su equipo defendía, sin perder de vista la condición de enganche en fase ofensiva. Bellingham saldría además de aquella cita convertido en objeto de la ira por parte de la afición rojiblanca, que le reprochó una dura entrada a Ángel Correa en el descuento que dejó lesionado al argentino, sin que el inglés viese más que una amarilla por esa falta que fue producto de la impotencia.

No mejorarían demasiado las cosas en los tres derbis siguientes para Bellingham, que colaboró en la victoria de su equipo sobre el Atlético en la prórroga de las semifinales de la Supercopa de España (5-3), dio una asistencia a Joselu en la derrota frente a los rojiblancos en octavos de final de la Copa del Rey (4-2), certificada también en el tiempo suplementario, y volvió a formar de inicio, aunque sin demasiado impacto, en el 1-1 cosechado en el derbi liguero de la segunda vuelta que acogió el Santiago Bernabéu. Unos magros registros que contrastan poderosamente con la influencia que tuvo el ex del Borussia Dortmund en los clásicos: tres goles y una asistencia en tres pleitos ante el Barça.

Supo atar en corto el Atlético a un futbolista que acabó su primera temporada en el Real Madrid con 23 goles y que vio puerta ante once de los diecinueve equipos de Primera a los que se midió. Con el objetivo de desquitarse de esa escasa incidencia en los derbis llega ahora Bellingham a un Metropolitano que tiene entre sus nuevos ídolos a Conor Gallagher.

El centrocampista nacido en Epsom ha caído de pie en el Atlético, que peleó con denuedo por hacerse con sus servicios y está viendo satisfechas las expectativas que había depositado en la figura del que fuera futbolista del Chelsea. Gallagher ha participado hasta la fecha en seis partidos, cinco de Liga y uno de Champions, que le han servido para dejar su impronta con dos tantos, pero sobre todo con unas enormes dosis de trabajo que le han hecho ganarse encendidos elogios por parte de Simeone.

«Es un jugador trabajador, con calidad, con buena llegada de segunda línea, que no deja de dar el máximo en cada pelota en la que participa. Ha venido con mucha ilusión. Necesitamos ese tipo de futbolistas en la mitad de la cancha porque nos hace mejores», dijo el técnico del Atlético sobre el británico después de que el cuadro rojiblanco derrotase hace un par de semanas al Valencia por 3-0.

Gallagher abrió aquel triunfo con el primero de sus goles como colchonero. Había aterrizado en el Metropolitano el 21 de agosto, después que fructificase una peliaguda negociación que estuvo a punto de irse al traste cuando el Chelsea rechazó incorporar a Samu Omorodion como parte de la operación a causa de problemas en el reconocimiento médico al que se sometió el delantero. El pase de Joao Félix a los 'blues' destrabó el negocio y Gallagher se enfundó la elástica rojiblanca después de que el Atlético desembolsase 42 millones de euros por sus servicios.

Desde entonces, se ha ganado a la parroquia colchonera con su calidad y despliegue, siendo elegido como MVP en dos de los seis partidos que ha disputado. Es el decimotercer futbolista que más duelos ha ganado en lo que va de campeonato (25, a una media de 6,3 por partido) y el sexto que se ha impuesto en más entradas (10), datos que hablan de la intensidad con la que aborda cada cita. «Me empezaron a llamar el Pitbull porque nunca paro, siempre estoy corriendo detrás del balón por todas las partes del campo», dijo en una entrevista con As, resumiendo el espíritu con el que encarará su primer derbi.