El Barça no sentencia la Liga

El partido comenzó siendo una declaración de intenciones por parte de ambos equipos. A un lado estaba el Barça, siempre dispuesto a ser protagonista, y al otro un Girona que se ha convertido por derecho propio en uno de los conjuntos más alegres de la competición. Con estos ingredientes, y el 4-3-3 que Xavi propuso con Ansu Fati como gran novedad en el tridente ofensivo, cabía esperar un ida y vuelta constante, un ejercicio de abdominales interminable para un Camp Nou que no paró de levantarse del asiento en los instantes iniciales. Avisaron primero los visitantes con dos llegadas que no fructificaron de Tsygankov y Taty Castellanos y contestaron los locales con hasta cuatro ocasiones claras en las que estuvieron erráticos de cara a portería Ansu Fati y Lewandowski.

Ese inicio fugaz fue la tormenta antes de la calma. El Girona logró emparejar la posesión de balón, supo eludir la presión adelantada de los de Xavi y consiguió incluso que el empuje azulgrana se apaciguara con el paso de los minutos.

Lo hizo fiel a su estilo y haciendo estéril el plan de Xavi, que pasó por situar a Ansu Fati por dentro, en ocasiones como cuarto centrocampista, y dejando los costados para que Balde y Raphinha percutieran una y otra vez. Esa idea, que tantas veces ha funcionado este curso, se topó con un rival ordenado que solo sufrió sobre la bocina con un remate de Araujo tras un saque de esquina que Gazzaniga sacó bajo la línea de gol.

Tras la reanudación, Xavi trató de agitar el avispero con la entrada de Kessié por Sergi Roberto con el objetivo de recuperar el control en la medular. No lo logró y el Girona volvió al terreno de juego demostrando que es un equipo con mucha personalidad. Los de Míchel tuvieron posesiones más largas y encontraron la profundidad en una ocasión clamorosa de Taty Castellanos. El punta argentino se plantó solo ante Ter Stegen y disparó desviado para desesperación de Tsygankov, libre de marca para empujar el balón a puerta vacía, y de Michel, que acto seguido decidió que el tiempo del ariete en el choque había terminado.

El Girona no aprovechó su momento y ahora le tocaba al Barcelona. Lo sabía Xavi, que dio entrada a Ferran Torres por Ansu Fati, quien volvió a evidenciar que sigue sin estar en su mejor forma, y a Jordi Alba, un arma indetectable para el extremo izquierdo. Los cambios le sentaron bien a los culés, que cercaron la meta de Gazzaniga a base de centros laterales que no fructificaron. El Barça se topó una y otra vez con las cabezas de Bueno, David López y compañía hasta firmar un empate que amplía a trece puntos la distancia con el Real Madrid y le deja un pasito más cerca del título.